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domingo

Acepto


Dejé de escribir poniéndole una mordaza a ese yo interior que no dejaba de gritar que te extraña. Le he ocultado los detalles de tu vida y puesto bajo un estricto régimen limitando su cosa favorita... Nombrarte. 

Fracasé en el intento. No se puede callar lo evidente, y aunque siento que lo mejor ha sido alejarme, también comprendo que no lo he llevado de la mejor manera. No se tú, pero a mi me parece que has salido a flote, como siempre, me ganas con desfachatez en olvidar lo más pronto posible. 

Comenzaré de nuevo, vamos de nuevo, aunque no recuerdo por donde comenzar, algo lograré esta vez. Tendré que recordar lo que ha pasado en este supuesto tiempo perdido, lo que los sueños me han dejado tras largos días de aparente calma... ¡Vaya, es más fácil escribirlo que vivirlo, eso también lo había olvidado!

Creo que algo estoy dejando fuera de todo esto, quizá una mentira que me conté y ahora me la creo completita, suele pasar, disculpa. Es cierto... ya no pasas a leerme, no se cuando volverás a hacerlo o siquiera si te interesa lo que solía gustarnos, es un enorme infortunio que cambies tanto en un par de meses; casi siento que te odio, casi pero no, sería algo equivalente a odiar una gran parte de mi.

Somos o debería decir éramos tan parecidos que no podría llegar a ser real tal sentimiento, me dejo llevar. Algún día descubriré cuán similares o diferentes nos volvimos, por ahora y hasta que mis letras crucen tus pupilas acepto que te echo de menos.

Taun We

miércoles

Autobiografía en cinco pasos / Alguien dijo



1. Bajo por la calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Me caigo dentro,
estoy perdido… me siento impotente.
No es culpa mía.
Tardo una eternidad en salir de él.

2. Bajo por la misma calle.

Hay un hoyo profundo en la acera.
Finjo no verlo.
Vuelvo a caer dentro.
No puedo creer que esté en el mismo lugar.
Pero no es culpa mía.
Todavía me lleva mucho tiempo salir de él.

3. Bajo por la misma calle.

Hay un hoyo profundo en la calle.
Veo que está allí.
Caigo en él de todos modos… es un hábito.
Tengo los ojos abiertos.
Sé dónde estoy.
Es culpa mía.
Salgo inmediatamente de él.

4. Bajo por la misma calle.
Hay un hoyo profundo en la acera.
Paso por el lado.

5. Bajo por otra calle.



–Poema de Portia Nelson mencionado en “El Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte” de Sogyal Rimpoché.



viernes

Si supieras



“Si me preguntas, la gente pasa demasiado tiempo buscando a alguien que los complete. ¿Cuántas personas encuentran el amor perfecto? 
Y si lo hacen, ¿dura? 
Más evidencia de la teoría de que la vida es irracional y sin sentido”.


-Ellie Chu.

martes

Comencé a escribir


Esa noche comencé a escribir, me sentía un alma en pena a través de aquel camino que comenzamos juntos... Había perdido tu rastro por completo, flotaban en el aire las notas de la última canción que escuchamos; la que sentenció el final. 
Avanzo lentamente a una realidad que no me agrada, como empujada por los minutos y después por las horas que se vuelven cada vez más duras, están hechas de recuerdos que se perderán finalmente y eso duele.

Taun We.

viernes

Despertaré mil veces







¿Por qué experimentamos dolor constante? 

En qué momento dejamos entrar hasta lo más profundo de nuestro ser la semilla de la duda que germina soledad. Falta de acompañamiento constante aun estando en tu círculo y "contenida".

Me preguntó en qué lugar recóndito y oscuro nace la angustia que nos hace reconocer que siempre hay un mañana, siempre... Quizá no el esperado, no el despertar soleado y energético que te impulsa y te mantiene a salvo de esa perra brava que vive en los rincones acechando para caer sobre tu cuerpo, entrar en tu mente, fecundar desolación.

Justo hoy la siento dueña de mis emociones y aún así me permite escribir. Es una maldita que abre los ojos; amplía la visión, te das cuenta que en los peores momentos, terminales de autobuses, hospitales, cárcel e incluso con el corazón roto; sin los que dijeron acompañarte, no tienes a nadie más fiel. Perra tenías que ser, maldita soledad, como el mejor amigo del hombre. Hoy comprendí que cuando el barco se hunde las ratas huyen primero. Y quién las necesita, solo son eso: Estúpidas bolas de pelo que viven a costa de los demás, propagan enfermedades y al final, por la noche cuando la quieta calma lo cubre todo, en sus sueños o desvelos se reconocen como tal, se sienten más solas, vacías, amargadas y tóxicas por tanta mierda que esparcen diaria y sutilmente. 

Siempre hay un mañana, después de todo, quizá se sientan como mil mañanas antes de despertar en tus brazos y tener a la fiel mascota para cuando necesitemos tiempo fuera, vamos a ser solo dos y jalaremos la cadena del retrete que la vida nos regala para expulsar lo que sobra.



Taun We / 2018 ---->




lunes

No era neoyorquino




Aunque vivía en Nueva York, no era neoyorquino. Estaba allí como una nota adhesiva que puedes arrancar sin esfuerzo y pegar en cualquier otro sitio. Nunca se hizo al lugar, no conectaban. Ni sentía su ritmo ni poseía su ADN. Pasaba de todo lo nuevo y lo que estaba de moda: restaurantes, galerías, exposiciones, espectáculos, clubes. Él venía de fuera y no quería estar dentro. Si la ciudad fuera una tela, él sería una hebra deshilachada. 

Glenn Cooper / La Biblioteca de los Muertos

martes

Vuelvo...


A veces me siento y pienso detenidamente en cómo tus ojos se posaban sobre mi, lo rápido que parecían pasar los momentos; pero no era así, porque hoy a la distancia todo se vuelve más real, incluso más tangible que el día que el calor de tu mirada tibiaba mi existencia, su brillo alumbraba la oscuridad y el saber que me acompañas a donde fuera era suficiente motivo para seguir viva; nos damos cuenta de lo importante tarde, tan a destiempo que tu mirada me vigila desde otro plano. 
No sé si leerás estas letras sobre mi hombro y te asombraras de lo poco que he logrado avanzar... vuelvo sobre mis pasos, gastada y maltrecha con algunas historias repetidas, vuelvo aunque jamás me fui o intenté hacerlo.

Con sólo guardar silencio y observar desde lejos me sonaba a despedida, pero esta nunca llegó.

Taun.

jueves

Vuelve



Todos los sentimientos se disolvieron, la presión de la rutina, un día tras otro y dejamos de ser los que se buscan para dar paso a este absurdo temblor que consigue la añoranza; lo único que nos indica que seguimos vivos. El movimiento involuntario de las extremidades se generaliza de un segundo a otro colocando el corazón, ajustando su latir constante, alterando su función... y así nos quedamos, tambaleando sobre el recuerdo mientras la nostalgia nos habla quedito al oído, algo dentro nos desgarra sin llegar a sangrar mientras los ojos gritan "vuelve".

-Taun We

martes

Creencias



Envueltos en creencias transitamos...

No está de más decirlo, las creencias troqueladas en cada uno, en cada una, son nuestro punto ciego, el mapamundi de nuestra ignorancia, el semillero de nuestras dolencias. Y desde ellas, más allá de ellas y, a pesar de ellas, renacemos e incluso despertamos.

-Dalia M. Baptista

domingo

Los mismos sueños



Me atormenta el destino, es como si todo se resumiera a tener que recorrer los mismos sueños, sin tener la certeza de que algún día se cumplirán. Los caminos que guían mis pasos se desvanecen por momentos, dejando a la esperanza el gran trabajo de mantenerme a flote mientras sea posible, o hasta que el sendero vuelva a tomar color.

 He soltado la mano de mis aliados y surgen ante mi personajes que aseguras qué no existen. No los consigo definir. Tengo miedo...

Taun We

miércoles

Algo nuevo surgió...


Conocí una parte de la vida que estaba negada a mis ojos. La podredumbre humana con sus bajas pasiones, sin valores; los sueños reales en personas erradas y lo que un alma tóxica puede contener. 

Los límites de las palabras que siempre fueron mis aliadas y se volvieron contra mi, me mostraron su poder para que las admire más, respete y use de acuerdo a mis convicciones. 

La vida en su máxima expresión abrazada por la oscura muerte en su infinita y paciente espera. 

Casi caí en la trampa, tus ojos me salvaron como lo han echo por años, tus manos me recordaron el calor que mi cuerpo olvido casi por completo. Tus labios sobre los míos reclamaron el derecho de propiedad; regresé a tus brazos, a la vida y algo nuevo surgió.

Taun.

martes

Palabras Contra el Olvido II


Palabras contra el olvido, contra esa oscuridad que  devora hasta la luz del día.

Hablar para combatir el olvido es natural en los hombres. Articular palabras que se deslizan sobre el espacio hasta caer en oídos de otros, es una comunión cotidiana que se disfruta a diario, desde "Buenos días" hasta el hablar de los amantes en las horas de la noche; porque los hombres no somos sino palabras que se transforman en tabiques, muebles, guisos, bailes, poemas, conocimiento, hijos y silencios.

Las palabras contra el olvido nos aproximan al mundo que se extiende más allá de lo tangible, al futuro, pasado y presente tejidos en la realidad más fina, a las palabras de los muertos, al susurro de una tierra recién arada. A los andares y vestires de quienes transitamos las calles, los mares y las sierras. Luchar contra el olvido llevando como arma las palabras es una labor grata en tierra de cantores. 
Combatamos pues el olvido, basta con observar nuestro derredor, hablar y permitir que el silencio llegue sólo como pausa. Así se libra esta batalla. 

Jesús Paredes 




domingo

El Clavo / Alguien dijo



Todo lo revivido se estremece.
Repites las historias muy despacio
con los nombres del mundo de los muertos
pues lo bello, al final, resulta triste.

Las huidas sin carrera son la imagen
grotesca de los sueños, el agua que se escapa
entre las manos y, por eso, prefieres
cambiar aquellos nombres y lugares, dejar
sólo los hechos con los sentimientos
que arrastran.
Puede ser una señal
y casi te deslumbra.
En el dolor, no obstante,
el abrazo es más rápido que un cepo.
Ser uno mismo, sí, pero antes ser de otros.



Un intruso nos somete, 1997
Juan Carlos Abril

Mayo cruel



La vida es un sorteo. Ganas o andas por ahí sin dueño. Deambulas por una línea recta que hace zigzaguear la mente y aunque intentas, sin éxito, enmendar las faltas, volver a la tómbola y obtener algo mejor, la esperanza sigue dentro de ti haciéndote cerrar los ojos, trastabillar una vez más, caer en algunos brazos si tienes poquita suerte, o de plano sobre el asfalto fresco de este mayo cruel.

Taun We

sábado

Clara (Alguien dijo)

A veces, sin decir ninguna palabra, me abre la puerta de la habitación y yo, que suelo estar sentada en el pasillo cazando mariposas al vuelo, con algún libro en la mano de los que ella me dejó hace tanto, o contando las baldosas grises y blancas que me acercan a su puerta mientras pienso qué podría yo contarle esa noche antes del paseo, entonces, me levanto y voy tanteando la penumbra hacia el hueco que ha quedado abierto entre madera y pared. Y acerco tanto mi cara a la tan estrecha rendija que nos separa que puedo sentir el vaho del vacío oscuro que hay en su habitación y el aliento de su soledad no forzada, aunque mucho menos querida de lo que las dos creímos al principio. Respiro de su mismo aislamiento y le pregunto entonces que si hoy tampoco. Le digo: «Clara, Clara, ¿hoy tampoco?», y ella me susurra que no, que hoy tampoco. «¿Y el paseo?», le digo casi sin voz. Y ella primero calla y luego me dice que caminará al llegar a la página ciento ochenta y tres de su libro, el que ahora lee o escribe. No sé. No sé qué hace. Pero entonces le pregunto si me dejará pasear con ella y, a veces, después de años de espera, me dice que sí. Y a veces me dice que no. Y vuelve a cerrar la puerta. Y entonces, cuando se encierra de nuevo, me ahogo de ansiedad y me sorprendo tendida de cuerpo entero sobre las heladas baldosas grises y blancas del pasillo. Porque, ¿qué sé yo cuándo va a volver a abrir? Y porque, ¿qué sé yo si ella querrá verme en su próximo paseo o no?
Voy a la cocina y preparo una taza de leche. No la bebo porque es para ella, que tampoco la bebe.
No sé qué hace en la habitación. Al principio se lo preguntaba: «Clara, Clara, ¿qué haces?», y no me contestaba. Y yo pensaba que estaría dormida y la dejaba dormir. También al principio, otros amigos —los afables amigos que antes solían venir a casa— se acercaban lentamente a su puerta y se interesaban con voz festiva por ella. «Vamos, Clara, Clarita», decían. «Sal de ahí, que queremos verte y hablarte. Queremos hablar contigo, Clara. Pero así no podemos. Anda, sal de ahí». Y ella no contestaba ni tampoco salía. Yo a veces le oía susurrar a kilómetros de distancia un sonido triste, perdido, que se iba transformando en la palabra mentira. Y nuestros amigos, los amigos tan amables que antes venían a casa, me comentaban durante la cena fría que qué pena, con lo deliciosa que era Clara. Y lo inteligente. Y también a veces decían que con un futuro tan brillante, y que con lo bien que hablaba. Y yo me confundía y pensaba: «Pero si nunca la escuchabais, si nunca creísteis lo que decía, si nunca mirabais sus ojos, si nunca prestabais atención».
«De todos modos, yo creo que Clara sigue siendo una dulce y triste damita…»
«Encantadora y lánguida…»
Y a veces, entonces, podía caerse la lámpara de arriba o llegar hasta nosotros el estruendo de un vidrio al quebrarse contra algún muro.
«¿Es Clara, Clarita?», preguntaban.
«No. Será el gato».
Nuestros buenos amigos ya no vienen tanto a casa. Yo no sé si era el gato, pero tampoco sé si era Clara. Ella ya no salía de la habitación y el gato apareció muerto en la despensa una mañana de invierno hace ya dos años. Lo encontramos al amanecer. Hacía tanto frío y el pobre gato estaba tan tieso y con los ojos tan abiertos, mirándonos fijamente, rogándonos que lo sacáramos de allí. Clara lo recogió del suelo, lo miró y se lo acercó un poco. Lo mantuvo junto a su pecho durante un breve instante y dijo «ha muerto». A continuación lo tiró al contenedor de basura y cerró la ventana. «Te prepararé el desayuno y luego podemos ir a pasear hasta el lago».
—Pero si llueve —dije yo.
Ella me miró y se fue hacia el armario de las tazas.
—Si no quieres venir, puedes quedarte leyendo o también puedes empezar a buscar el espíritu del gato. Seguramente estará por el piso de arriba. Si no lo haces tú ahora, tendremos que hacerlo las dos esta tarde o mañana. No podemos dejar que vagabundee solo por ahí, sin saber en qué parte de la casa va a querer quedarse. Tendremos que poner su comida allí donde él esté, y supongo que se decidirá por el piso de arriba. Siempre le ha gustado más.
Desayunamos y fui con ella hasta el lago. No quería buscar el espíritu del gato yo sola por las habitaciones oscuras de escaleras arriba.
A veces Clara se quedaba toda la noche sentada ante su mesa sin dormir, pero a la mañana siguiente seguía siendo ella quien venía temprano a mi habitación para despertarme y para contarme: «Hoy pasearemos hasta el lago». «Hoy dormiremos hasta la hora de comer». «Hoy contaremos los libros de las estanterías y leeremos primero los que tengamos dos veces, porque eso quiere decir que nos gustaron mucho en dos momentos distintos». «Hoy escribiremos sentadas en las escaleras, yo arriba y tú abajo». «Hoy iremos a la ciudad a comprar un perro». «Hoy no nos vestiremos y saldremos así, en camisón». Y yo solía decir: «Pero si llueve». Entonces ella me miraba: «Hoy bailaremos danzas turcas». «Hoy daremos ración doble al gato». Y una mañana dijo: «Hoy no hablaremos». Y otra mañana dijo que hoy se encerraría en su habitación para siempre y que no saldría jamás. Y yo pensé: «Pero si hoy no llueve».
Y se encerró.
Yo imaginaba lo que podría estar haciendo. Estaría sentada en el suelo con un libro delante, o en la silla mirando una hoja blanca de papel que nunca empezaba a escribir, o frente a la ventana cerrada, atontada con las nubes grises, y pensé que saldría por la noche a la hora de la cena porque venía gente.
Pero no salió. Y la gente llegó, cenó y se marchó.
—Qué pena que Clara esté indispuesta.
—Sí —decía yo.
Y miraba hacia arriba, con la esperanza de verla aparecer en cualquier momento.
Cuando desapareció el último de sus amigos, supe que Clara se había encerrado. Y el espíritu del gato atravesó velozmente la casa ante mis ojos.
Entonces me dejé caer al suelo y me deshice el pelo.

Pilar Adón / El mes más cruel

jueves

Puertas abiertas



Se marchó sin avisar, azotó la puerta 
No me canso de buscar alguna respuesta 
No sé si vuelva la verdad, la vida da tantas vueltas 
Pero me quema la ansiedad...
Y dejo puertas abiertas 
Por si anduviera perdida 
El corazón en la mesa 
La cama dispuesta de noche y de día 
Y dejo puertas abiertas 
Por si regresa algún día 
Que por mas lejos que vaya yo sé que me extraña 
Me dejó en medio del mar 
Sin chaleco a la deriva 
Se llevó mi vanidad, le clavó una espina 
Yo que jamás creí llorar, la vida da vueltas 
Pero me quema la ansiedad... 

Y dejo puertas abiertas 

sábado

Dos lunares


Y recordó cómo sonrió, hacía años, la noche en que miraron al cielo desde el acantilado, junto al faro, cuando le hizo creer que las pecas que moteaban su nariz eran estrellas caídas del cielo. Ella lo había celebrado levantando los brazos en señal de victoria, y él la había cargado para abrazarla mientras giraban sobre la roca, la niña pataleando en el aire de pura felicidad. Hoy las pecas habían desaparecido dejando tan sólo dos lunares. El hombre supo ahora que también había desaparecido la niña.

Paul Pen / 2013

domingo

Tú me acostumbraste


Tu me acostumbraste...
Te extraño amor; tus besos, tu piel, esas palabritas en mi oído.
Nuestros cuerpos golpeando el espacio que nos separa mientras estás dentro de mi, vida.
Te extraño en mi cama, en la tuya, en el carro o donde las ganas nos encuentren... 

Taun We

lunes

Sinónimo esperanza


Hola Cielo. Te extrañé mucho, como siempre... creo. Pero no importa en el fondo estoy muy agradecida porque eres parte de mi vida, una muy importante y eso no va a cambiar nunca, ni la distancia, ni el tiempo cambiará mis sentimientos por ti.  A veces me pregunto porque la vida nos puso en el mismo camino, y he llegado a la conclusión que es para que seas mi pensamiento favorito, mi mejor recuerdo y el sinónimo de la palabra esperanza. Sin ti mi vida no tendría mucho sentido, no él que tú le das. Gracias corazón, he aprendido mucho estos días, casi todo lo que treinta años me negaron lo he vivido en un mes... Ojalá la suerte de conocernos sea la misma que un día nos dé la oportunidad de compartir más que letras y este amor incompleto e incondicional. Un beso de buenas noches, de buenos días. Un beso grande por ser quien eres y a quien tanto amo. 

Taun.

martes

La vida


(...)
Cuando el corazón se rompe y se arregla
y se rompe y se arregla...
Cuando un amigo te clava el aguijón del desprecio
y el suelo se abre bajo los pies.
Cuando las amistad son 4 copas rebosantes
y te vengas del mundo en su compañía.
Cuando las estanterías del tiempo
no aguantan el peso de los años
y vuelves a caer en cosas que ya te habían dicho adiós.
Cuando el tiempo se para y te espera
y te sube a sus vagones y te hace maquinista.
Cuando algo arranca la puerta de casa
y viene tu futuro preguntándote por ti.
Cuando viene el futuro
y te susurra al oído la palabra primavera.
Cuando el vaso estalla.
Cuando encuentras pegamento
para curar los agravios.

La vida

la vida

la vida...





-Marwan/Fb

jueves

Y se entregan



Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.


Oliverio Girondo

miércoles

Está bien




Ya no puedo contenerme, 
con tenerte ya está bien.

Cóseme/Beret



martes

El Futuro


Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.

El Futuro / Julio Cortázar

domingo

Ayer...


Cuando el ayer se transforma en el antes de ayer
y el antes de ayer se convierte en hace mucho tiempo
y el hace mucho tiempo se convierte en nunca más
¿qué puedes esperar?

-Nina Cassian

jueves

Mis labios



Anhelo cruzar el umbral de la autocompasión, así temblando de miedo dejar atrás lo que creo que me das, sin lograr ser tangible me ata. 
Me provocas tanto sufrimiento y a la vez el antídoto que lo cura todo. Las mentiras, el desconsuelo, el llanto me parecen tan poco cuando te veo de frente, que aún me atrevo a pedir más​ dolor, mordidas, golpes contundentes, palabras hirientes y tus falsos besos apasionados que agrietan mis labios mientras mis piernas no aguantan, pierden fuerza; caigo derrumbada por un amor que quizá solo existió en mi y tengo temor abandonar.

Taun.

martes

Me he quedado dormida



Me he quedado dormida con tu aroma impregnada en todo lo que soy, no solo la ropa o el cabello; cuando  te digo todo; es más allá del límite del cuerpo, si tuviera la certeza de que tengo alma...

Las tres horas que logré dormir fueron plácidas, aún sentía tu calor alrededor e inevitablemente desperté absorta en pensamientos de soledad. Ese sentido extra que supuestamente poseemos me habla claro y fuerte, me dice que nada es justo... esta vida es una muerte lenta.

Taun.

jueves

Ojos de ciervo



Me siento tan pequeña
como si hubieran​ comprimido
cada una de mis células.

El corazón inalterable, vibra enorme.

Me descubrí enamorada,
caigo de nuevo en sus garras.
Un día después de haber sanado
me deslizo lentamente.

Como migrante que retorna al agua fresca
palpitando y sucumbiendo ante su encanto.
Los ojos al ras del agua me acechan,
e inevitablemente me matarán.

Taun We

Acuarelas, a un paso del infierno en verano.


Cuando la vida se atreve a delinear mi historia con un dedo, lentamente y con ternura; irremediablemente vuelvo a ti, pienso: "ahora que".
Claro, ya sabes por qué y de donde surgen estas letra. Y es que no concibo la idea de obtener lo que alguna vez anhelé disfrutar y no tenerte a mi lado.
Imagina por un momento la felicidad casi completa... Lo sé,  en el "casi" nos perdimos.
¿Aún guardas en la memoria aquella noche despejada que pasamos a las afueras de la ciudad, la caja de cartón que contenía docenas de botellas llenas de cerveza que no podíamos tomar por falta de un destapador? Realmente no quería embriaguez, ni comida, mucho menos soñar; solo te quería, a ti, ahí en la eternidad a un paso del infierno en verano. Que sencillo era ser nosotros, con sus pros y sus enormes contras.
Has notado como me disuelvo en ti; eres un vaso de agua caliente y yo tu bolsita de azahar. Todo me lleva a evocarte, extrañarte y preguntarme que sigue.
Soy -casi- feliz y deseo obtengas lo mismo que la vida me da cuando pinta de acuarelas mis (nuestros) sueños.

Taun

viernes

Ruptura


Bellas palabras, dichas a su justo tiempo son la mejor trampa del cazador. 
Te engancha e inmoviliza de donde difícilmente puedes liberarte; el alma. Se vuelven una red que invade tu mente pausada y cálidamente. 
Caí rendida, fui uno de sus premios; hoy cortará mi cabeza para decorar su añeja habitación de memorias.

Taun We

domingo

De lejos viene / Elsa Cross



Cuando lo sepas quisiera ver tu cara.
Por que vas a saberlo
aunque no te lo diga
ni leas estos poemas.
¿Cambiará algo entonces?
Es imposible
que no adviertas aún mi turbación:
tanto desorden de miradas,
tanta avidez
registrando el más breve de tus gestos.
¿Y nada modifica tu indolencia?
Ah, íntegro varón, que Dios te guarde.
Pero voy a aclararte
en nombre de esta cólera
y a manera de agravio,
que si te amo
es seguramente por error.
has de saber
que nunca me gustaron ojos desteñidos
ni maneras solemnes,
menos aún cabello lacio y bien peinado
(y de la solemnidad líbrame Dios, libérame).
También has de saber que eres
demasiado sencillo para mi soledad,
demasiado humano para mi deseo,
demasiado lineal
para la arquitectura de este laberinto.
Pero ya basta: pido una disculpa.
Ocurre tal vez
que sólo seas un poco distraído.
Vendrá entonces de ti
el reconocimiento
o una sincera frase paternal.


Elsa Cross
De "El vino de las cosas"
Ediciones Era 2004

miércoles

Desconexión


Desconectada del mundo.
Las circunstancias, deseos, frustraciones de otros me llegan y mientras los entiendo, me alegran o entristecen; me atrevo a opinar y ofrecer lo mejor para todos, pero siempre queda un espacio sin definición en el cual flotan un millón de pensamientos dispersos dirigidos a mi pareja, hija y círculo familiar cercano.

Me encuentro en un momento de cambios, conflictos menores y una pizca de desesperanza.

No son ustedes, soy yo.... El hámster en mi cabeza no deja de girar, no distingo entre lo que está bien o está mal. Etapas, etapas donde no terminas de encontrarte y hacer las pases con tu reflejo.

Por ahora, no busco consuelo... No es una opción.


Taun.

sábado

...Comprendí


“…comprendí que no hay lugar más lejano adonde marcharse que irse al fondo de sí mismo, a ese final de mundo donde solo convive uno consigo mismo. Ahí me fui, a la espera de que mi corazón se rompiera o se hiciera de bronce”.

-Así en la vida como en los libros / Sael Ibáñez

martes

Escudriña mis letras

He tenido intención de escribir, muchos días... Eres un pensamiento constante; cada uno de ellos me tragué las palabras destinadas a tus ojos, a tu pensamiento y quizá de haber sido buenas a tu voz recitándolas como una oración para reforzar el vínculo que al pasar de los años vamos perdiendo.

Entonces por azares del destino nos vimos. La vida, por un instante se iluminó y te amé como el primer día, sin querer, pero con la certeza de que será eterno. Volvió la idea de escribirte algo «Hola, regresa, te amo, me estoy muriendo y quiero hacerlo a tu lado». Suena muy desesperado aún siendo real. Opté por beber para olvidar, olvidarte. Ya no caigo en la tentación de marcar tu número a deshoras, es una vieja costumbre que aún me cuesta mucho reprimir.

Ha pasado el fin de semana largo y deshidratado. Hoy te escribo, me dejo llevar y me encanta fluir con tu recuerdo.

Ya no somos los mismos, pronto me reduciré a un montón de recuerdos y palabras calladas. Vuelve a leerme, escudriña mis letras y encuentra al hombre que amo y vive dentro de ti.

Taun We

jueves

Vacío


Se puede estar tan vacío que al cerrar los ojos y observarse detenidamente el espacio puede ser interminable. La soledad interna es apabullante y no existe persona o propiedad capaz de disiparla; se respira con dificultad, los sueños se tornan intranquilos y aquello que solía darnos placer ahora nos toca sin llegar a aquellas fibras internas que antes vibraban al menor roce o pensamiento.


La amargura es una intensa pasajera, se instala de a poco hasta cubrir por completo el pasado y futuro inmediato.

Taun We

martes

Carta


Yo, sí -¿Pero y la estrella de la tarde, que subía y descendía
de los cielos cansada y olvidada?
¿Y los pobres, que golpeaban las puertas, sin resultado, haciendo
vibrar la noche y el día con su puño seco?
¿Y los niños, que gritaban con el corazón aterrado?: "¿por qué
nadie nos responde?"
¿Y los caminos, y los caminos vacíos, con sus manos extendidas
inútilmente?
¿Y el santo inmóvil, que deja a las cosas continuar su rumbo?
¿Y las músicas encerradas en cajas, suspirando con las alas
recogidas?

¡Ah! –Yo, sí –porque ya lo lloré todo, y despedí mi cuerpo
usado y triste,
y mis lágrimas lo lavaron, y el silencio de la noche lo enjugó.
Pero los muertos, que enterrados soñaban con palomas ligeras
y flores claras,
y los que en medio del mar pensaban en el mensaje que la playa
desplegaría rápidamente hasta sus dedos...
Pero los que se adormecieron, de tan excesiva vigilia –y que yo
no sé si despertarán...
y los que murieron de tanta espera... -y que no sé si fueron salvados.

Yo, sí. Pero todo esto, todos estos ojos puestos en ti, en lo alto
de la vida,
no sé si te mirarán como yo,
renacida y desprovista de venganzas,
el día que necesites el perdón.

Poema de Cecilia Meireles.

jueves

Fiesta


Todos mis amantes volvieron hoy a visitarme
La polifonía comenzó con el alba y seguí sus pulsaciones:
Me desplegué sobre sus líneas verticales o redondas
Los aceché con mi lengua
Las bocas se multiplicaron en medio de los sexos danzantes
Los dejé encallar en mí delta
O deslizarse por el cuerpo inventado a sus caprichos.

Navegaron sin tropiezos en las aguas que me sostenían
Curvaron en mis ondulaciones
Jugando a sofocarme en sus corrientes
Y me abrían el hambre de más olas.

¡De pronto
Mis amantes sintieron pánico
Soltaron las ganas
Salieron de escenas!

Desperté
con el cuerpo molido
detrás del escaparate.


Poemas de Hincaduras / Dalia Margot Baptista Araujo
Publicado por bid & co. editor en 2013 en la ciudad de Caracas, Venezuela

Volver contigo



-No tenía de dónde escoger. 
Eras tú o Nadie. 
Por esa razón hui con Nadie. 
Al menos cuando terminé con Nadie me ofreció una alternativa: volver contigo.


Fuente: Crónicas de olvido

domingo

Bailar en la cueva


Mi cuerpo al tuyo y el tuyo al mío.
Los dos bebiendo
de un mismo aire.
El pulso latiendo
y el muslo aprendiendo a leer en Braille.

Bailar,
como creencia, como herencia, como juego.
Las sombras en el muro de la cueva,
girando alrededor del fuego.

La música bajo los árboles
y nos siguió por las llanuras.
La música enseña, sueña, duele, cura:
Ya hacíamos música muchísimo antes de
conocer la agricultura.

La idea es eternamente nueva:
Cae la noche y nos seguimos juntando a
bailar en la cueva.

Bailar, bailar, bailar, bailar!

Me guías o te guío yo?




Jorge Drexler / Bailar en la cueva



Otro día nefasto


Subí las escaleras, dejé la taza en la mesilla que había junto a mi cama y me metí debajo del edredón sin desvestirme. Amontoné las almohadas y estiré la mano para coger el té. Cuando el líquido caliente y dulce llegó a mi torrente sanguíneo me di cuenta de lo fría y vacía que me sentía.

Estaba muerta de cansancio, pero no podía cerrar los ojos. Así que me quedé allí sentada toda la noche, tapada hasta el cuello con el edredón, hasta que la luz entró a través de las cortinas. En algún punto entre el sueño y la vigilia, mi cerebro registró que acababa de comenzar otro día nefasto.

Título original: Numbers
Rachel Ward, 2011

sábado

Un poco contigo, y en gran parte sin mí.


Por alguna extraña razón se han archivado nuestras antiguas conversaciones, las bromas, tus verdades incómodas, mis burlas y ese «todo» que fuimos. 
¿Sabes qué me cuesta más que aceptar que perdí? Me duele descubrir que es evidente que no te supero, estás pero no; al mismo tiempo, es muy cruel darme cuenta que te extraño, tanto que no puedo expresar lo que me duele en este momento. 
Cuan diferentes seríamos de haber seguido por el mismo camino. 
He llorado un poco al leerte como antes, ese compadrazgo que teníamos no lo he podido igualar, me quedé un tanto hueca, deje de confiar como solía. Eras un sol, alegrabas mi vida y sé que me querías más de lo fuiste capaz de admitir.
 ¿Haz notado lo grande que nos vemos, lo poco que sonreímos al coincidir? Disculpa la frialdad de la última vez, sentía el corazón palpitar justo bajo mi lengua y me puse seria, tensa, quizá un poco naranja; como una hoja a punto de abandonar la rama que le da vida. Solíamos fluir tan bien juntos, aún siento que paseas por algunas de mis orillas, cuando el vino se incrementa en mi sistema te quiero ver. Regresas a mis ojos, tan vivo, tan feliz; tus enormes pasos te alejan, vuelvo a decir adiós, recuerdo que hace mil años te fuiste y yo... me quedé, un poco contigo y en gran parte sin mí. 

Shalalá...

Taun We

Y, nada...

Existen muchas maneras de correr hacia la nada; entre todas ellas mi favorita y por ello recurrente es adentrarme en un mundo que no me pertenece. Hundirse en unos brazos firmes, piel cálida y el palpitar musicalmente acorde con el momento, es delicioso.

Taun We

viernes

Cosas mudas

Tengo un jodido miedo de todo. Tengo miedo de no llegar a nada en la vida. Tengo miedo de que (...) muera. Tengo miedo de no tener a nadie a quien poder llamar por teléfono. Tengo miedo de que tú me dejes.

Estoy en mi cuarto y dentro solo hay cosas mudas. Nadie con quien hablar. Los libros están mudos, porque resulta que además no hay ningún Soñador que me explique nada o me convenza de que me podrían gustar. Los cómics están mudos, a pesar de sus colorines. El equipo de música está mudo, porque no tengo ganas de encenderlo. El PC está mudo, porque esa pantalla tan profunda que puede contener el mundo entero, si la miras de perfil no es más que una pantalla plana. Y te preguntas cómo consigue contener tanto mundo, tanto mar, con lo plana que es. Hoy todo está mudo en mi cuarto. Pero no quiero huir. Quiero resistir. Hoy en mi cuarto la tristeza entra a oleadas. Trato de atajarla con una esponja. Doy risa. Resisto unos minutos, luego el miedo asciende, y soy un náufrago en medio de un océano de soledad.

Floto en un desierto completamente blanco: una enorme habitación blanca insonorizada, en la que no se distinguen ni los rincones de las paredes. No sabes dónde está la parte de arriba ni la de abajo, la derecha ni la izquierda... grito, pero todos los sonidos son devorados. De mi boca salen palabras ya podridas. (...) llámame, por favor.


-Blanca como la nieve, roja como la sangre /Alessandro D'Avenia

jueves

Hoy no



Todos somos el mismo hilo, a veces hecho nudos, otras simplemente tendido a  una sola vista; simple, hermoso, corto como la vida misma. 

Pero hoy no.

Taun We

Jodidamente irreparable

A veces no sientes atracción física hacía alguien, sino sentimental. Te enamoras de su alma y eso es jodidamente irreparable.


Me pasó hace años. Y es una pena que una persona tan bella camine por ahí sin una parte de esa alma que decidió quedarse conmigo, al tiempo que lo dejó medio vacío, medio vivo... medio amando a otras personas. Y a mi esperando.

Taun.

martes

Le sonreí



Le sonreí, llena de dolor, pero dentro de ese dolor acababa de descubrir algo muy importante. Él se había trasformado ahora en la persona que yo más quería en el mundo.

Mi planta naranja lima.



domingo

La llevo muy mal



Soportar ese dolor constante por tanto tiempo es realmente agotador, aún cuando no es tuyo, se siente muy real. Dormir a su lado me ha orillado a inventar una rutina noctámbula singular. Mis neuronas espejo me juegan una pasada, sufro más que él mientras duerme y olvida un poco, a veces así lo siento, soy puro egoísmo. Pero a mi favor pondré de escudo mi empatía a prueba de sermones.
La llevo muy mal. No poder calmarlo, aún intentando todo lo posible. Descubrir con un poco de asombro que el amor no lo cura todo, sino que lo empeora y te hace llorar en silencio cada noche, preguntarte por que a la persona que más amo, admiro y justo siento que no puedo vivir sin su hermosa compañía le aqueja, lo que sea que le pase, aún no hay diagnóstico, aunque si muchas esperanzas.
Hay muchas maneras de sobre llevar lo malo; la mía es nadar entre lágrimas por las noches, y al amanecer seguir tirando de la esperanza, de las sonrisas, de sus caricias y de este nudo en la garganta ni hablar... canto pésimo pero con muchas ganas, los vecinos también sufren esa parte, lo siento...
El dolor existe, en diferentes intensidades, por muchas razones; pero debo afirmar que al final todo pasa.
Intenta creerlo con muchas ganas, por mi, ayúdame a no olvidarlo.

Taun We

jueves

Verano que pinta...


Algunos cuerpos tienen tantos puntos por unir, y mi piel es una de ellas. Descubro uno nuevo cada día, me impresiona el silencio, la rapidez y la forma de cada uno; tan parecidos y diferentes. Tan irritantes y queridos al mismo tiempo. Supongo que son un recordatorio de lo diferente que soy. Me hacen insistir en la idea de que tal vez guardan alguna simetría, toman turnos para aparecer y quedarse, porque hasta hoy no he notado que alguno haya  decidido borrarse sin más

Es evidente que este verano me ha tomado bastante mal, tanto como para pasar las tardes observando los trozos de piel que aún servirán de lienzo; y mientras me pregunto el por qué de esto, y de mil cosas que giran en mi cabeza, me pondré pinta.

Taun We

sábado

Estrellada




Antes, muy de niña miraba el destino de frente. Colgada de aquella cerca, protegida bajo la sombra de un par de manzanos la vida parecía más fácil de la que me habita hoy. Antes lo planeaba y trataba como algo manipulable (ingenua). Últimamente el me analiza de pies a cabeza, saca su lista para "palomear" o cancelar con una cruz mis aciertos o faltas. El destino es cruel, mucho. La lista parece un cementerio de deseos, anhelos, sueños y "quizás" convertidos en nada. Enterrados por mi memoria, descartados por falta de entusiasmo y llorados en silencio mientras se desgarra mi corazón. Hilachas avejentadas cuelgan de el y a la vez estas sostienen a cinco, esas últimas personas que siguen conmigo y puedo contar con una mano, justo y preciso; mientras la otra mano me abofetea una, otra y otra vez sin lograr despertarme de este hastío agotador que me mantiene anclada a mi bunker; esperando (por primera ocasión) no salvarme de mi guerra personal, interior y «sencilla».
Tan simple que parece, tan complicada a la vez; como una madeja de estambre echa nudos. Ahora sólo desearía que ese ingrato porvenir me permitiera ser el gato que juega con ella, se aburre y sale a ver la noche estrellada.


Taun We


miércoles

Esta Mañana




Una real y absoluta pesadilla volver adentrarme en aquella casa de madera que habité en una parte de mi infancia, lejana y presente, a la vez, dolorosa y feliz. 
Terror volver a pisar aquel piso mugriento, roído de ratas, avejentado. Que volvieran a mi los ruidos nocturnos, los sollozos y suspiros lanzados a media noche como una oración que pedía solo avanzar hacia otros horizontes. Las monedas ganadas con tanto esfuerzo que rodaban hasta caer por las rendijas entre madero y madero para luego precipitarse a la oscuridad, esa sobre la que se tendía aquel hogar improvisado;  refugio después de nuestra extraña salida del hogar real, el primero... el que siempre extrañaré.

Dos secciones la conformaban, una pequeña cocina y una habitación un poco mas grande que perdía el encanto cuando la llenaban camas individuales para los "lepes" y la matrimonial para mis padres. Aunque esto nunca fue así, pues la mayor parte del tiempo fueron compartidas por amigos, familia y visita que de forma intermite entraban, llegaban, se quedaban días, semanas y luego se iban así, como si nada.


Por fin llegamos, y estando acompañada para realizar la visita me sentía tremendamente sola y vulnerable. Decorada de una manera extraña y acumuladora, parecía no caber un trasto mas sobre aquellas repisas viejas y un tanto vencidas por el peso. Ambas habitaciones tenían salida al patio así que podías entrar por un lado y salir por el otro sin problemas o casi, solo evadiendo todo lo que estorbaba en el camino, un verdadero hacinamiento. Quizá esa era la parte que reflejaba la pesadilla de mis emociones recientes y angustiantes. Ya no se....


Personas andrajosas nos dieron la bienvenida, esa mujer gastada de cara afilada y mirada fría nos señalo el camino hasta llegar a esa otra mujer de enorme ojos tristes que yacía tendida sobre un colchón viejo, al cual le supuraba liquido; mismo que ella tomaba con un trasto y lo vaciaba en una de la hendiduras del piso, ahora mas terrorífico que antes. Yo solo pensaba en lo que debían haber estado sufriendo todas las muñecas que perdí cuando niña y nunca fui capaz de rescatar de ese abismo, ahora un verdadero infierno chiquito y pestilente a muerte.


Conversábamos, de cosas sin mucha importancia hasta llegar a ese incomodo silencio que nos deja el haber repasado todo lo banal que almacenas para utilizar en casos como este... y hora de despedirnos por fin, tenia una necesitad urgente de salir, correr y volver. Por último pregunte el por que de aquel oloroso y lechoso desecho que supuraba una y otra vez de aquella vieja cama. La mujer se descubrió el cuerpo lanzando una sabana roída que la cubría y dejando al descubierto la amputación de ambas piernas, un corte en carne viva, una maltrecha cicatrización casi imperceptible daba fin, de tajo, al cuerpo de la desdichada que nos miraba como si ya nada le importara. Sin mas que un leve gesto con la mano salí de aquel lugar patético, que desplomaba todos los buenos recuerdos que alguna vez tuve o pude haber inventado para consolarme;  y así desperté esta mañana.

martes

No sé si las estrellas sueñan...



«No sé si las estrellas sueñan o deciden nuestro destino, creo sí que nuestro destino es impredecible y azaroso como los sueños. Por eso las mujeres y los hombres de nuestro tiempo aún temblamos cada mañana cuando el mundo se ilumina y nos despierta».

    Ángeles Mastretta, EL MUNDO ILUMINADO