Desconectada del mundo.
Las circunstancias, deseos, frustraciones de otros me llegan y mientras los entiendo, me alegran o entristecen; me atrevo a opinar y ofrecer lo mejor para todos, pero siempre queda un espacio sin definición en el cual flotan un millón de pensamientos dispersos dirigidos a mi pareja, hija y círculo familiar cercano.
Me encuentro en un momento de cambios, conflictos menores y una pizca de desesperanza.
No son ustedes, soy yo.... El hámster en mi cabeza no deja de girar, no distingo entre lo que está bien o está mal. Etapas, etapas donde no terminas de encontrarte y hacer las pases con tu reflejo.
Por ahora, no busco consuelo... No es una opción.
Taun.
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