Lucía, Alicia, Mia, la inolvidable Sarah y la puta de Carmen han estado dentro de mi pensamiento por largo tiempo; estas mujeres representan en gran parte lo que debí haber sido en alguna otra vida. Tiempos que se han ido perdiendo lentamente, recuerdos añejos y sepultados dentro del camposanto de mi mente que vuelven en oscuras y solitarias noches para quedar sobre simple papel. Momentos que sólo saboreo mínimamente como trozos de un día más que ha pasado sin pena ni gloria por este cuento del cual soy presa y erroneamente etiquetamos como realidad.
Duermo interminablemente para lograr consiciliar paz en las aventuras que ironicamente me vuelven a dar un poco de vida, aún y sabiendo de ante mano su inalterable final; peleo contra el olvido de lo que fue sin duda un mejor tiempo o al menos uno menos lento que éste que habito hoy. Me siento atrapada sin ver salida alguna que no me tache de cobarde -sabemos a que me refiero...
Dormir para siempre sería lo necesario y lo que anhelo día tras día. Es casi insoportable despertar sobre la misma cama, comer y avanzar perezosamente por un camino el cual hasta hoy considero que me ha traido muy pocas gratificaciones y sin embargo algunos me consideran una persona afortunada. Sí, aquellos que saben de mi y se llevan una pequeña nota de lo que soy ¡Suponen que mi vida resulta cómoda!
-No con mucho lujo pero tampoco con grandes privaciones ni restricciones que trunque mi «estable» rutina.
-¡Que estupidez!
Suponiendo que Mia, especialmente ella existiera... pues, eso me haría ver un poco bisexual -completamente, digo. Perdón.- actividad que no creo llevar a la práctica por diversas razones y la más obvia es que me encantan los hombres. Entonces en este cuento Mia es un hombre de un aspecto poco definido por mi imaginación -y es que lo «amé» tanto- Como lo he dicho eso es vida pasada y como tal las cualidades de esta persona han cobrado fuerza así como sus defectos han desaparecido casi completamente de mi memoria. Casi perfecta o perfecto mejor dicho «me fallan las palabras», y es que aun lejos de olvidar lo necesario y lo que sería correcto parece que mi aferrado comportamiento sólo se limita a mantener el recuerdo latente; similar a un corazón recien sacado de un pecho tibio que aún palpita negándose a dejar de bombear, sentir y reprimir aquello que ya no será; terriblemente extraño sentimiento para una mente tan inmadura como la que hoy pretendo ocultar pero que sin duda ya han notado me resulta un tanto imposible.
Pensando en otra posibilidad por sobre todas las cosas yo me instalaría en el cuerpo de Carmen; sin duda y por muchos acontecimientos es la que puede llevar su camino más allá de lo que tiene enfrente. Es libre y sí, con algunas trabas sentimentales y muchas, muchas heridas por sanar lo cual le da a su apariencia algo de amargura que en el fondo y siguiendo una buena guía creo que es la que más promete de todas las mujeres en mi blog.
Sarah a muerto, dejemosla en paz. Alicia es vieja y se encuentra aun atada a un hombre que definitivamente no se atreve ni dejará jamás; es la peor de todas y es fastidiosamente similar a muchas mujeres que conozco y no, definitivamente queda fuera de toda posibilidad.
Por las demás debo decir que a penas si recuerdo sus nombres, cortas historias y sin embargo el personaje principal casi siempre lo he representado yo; con mis ochenta años a cuestas, mi primer amor por bandera, mis errores aún no asimilados y lejos del arrepentimiento creo que he vuelto a caer en un nuevo bache.
Saldré, lo haré y seguramente ya se elabora en mi un proceso complicado de cambio y lo sé, lo siento latente y en cualquier momento se hará presente así que aguardando la «metamorfosis» aquí estoy compartiendo mis galimatias, mi tiempo lento....