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Mostrando las entradas con la etiqueta Todo mío. Mostrar todas las entradas
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jueves

Llegas abril

Llegas abril como el sol de la mañana con esperanzas renovadas, heridas mal sanadas.
Estas parado en mi puerta, me muestras la vida siempre dispuesta.; te observo trémula y cautelosa, pues la muerte parece ansiosa..

Llegas y sigo viva esperando tu regreso, sé que me encuentras más vieja con el cabello revuelto. La música de Sabina ya no se escucha en mi huerto, mientras el sol de medio día golpea mi entrecejo.

Sé que algún año no te daré la cara, pero bajo mi fosa alguna raíz quisquillosa me dirá que estas en marcha,  me llenará de nostalgia saber que aún germina en mí la semilla que plantaron tus alegrías.




martes

Perdóname

Hoy al leer esas viejas letras -únicas- que me enviaste, es que me doy  cuenta que realmente me querías; aunque yo te amaba con todo el corazón no supe comprender que en esas líneas intuías o al menos tratabas de ver el futuro. 
Ahora que no queda nada de nosotros sufro, y lloro porque debí comprender y mantenerte a mi lado como el gran amigo que siempre fuiste. Incontables ocasiones me disculpe, te pedí perdón por todo y mi insensatez, creo que es el último que puedo ofrecer y el más sincero, perdóname.



jueves

El grupo


Esa tarde llegue puntual, como pude, cuando vi que el reloj marcaban las seis sentí como un enorme peso caía al suelo desapareciendo para siempre. La puerta estaba cerrada, la abrí despacio y entré. 

Del fondo de la habitación, de entre un grupo de personas que hablaban bajito, se levanto la hermosa figura de esa mujer que me señalo donde poner mi abrigo, y zapatos ya que era regla de la casa. Mientras los quitaba y pisaba la alfombra en color naranja me sentía casi desnuda; por lo cual no deje de emitir -para mí- una risa burlona.
 
Caminé lentamente a la pieza principal y me uní a la reunión mientras los miembros me ofrecían una leve sonrisa y seguían con su tema; no entendía mucho y me limitaba a seguir con la vista el ritmo de está, afirmando o negando según mi experiencia.

Pronto el lugar comenzó a llenarse y todos conversaban entre sí, parecía un grupo cerrado y al que no pretendía pertenecer; pero debido a la insistencia de una mis amigas accedí a probar.

-No puedes estar sin un trago decente entre tus manos. -dijo Carlos, al tiempo que extendía un vaso hacia mí.

-Gracias. -le dije al tiempo que sonreía.

-¿Nos conocemos de algún otro lado? -preguntó con voz fuerte pero cálida.

-Claro -respondí-, te sueño todo el tiempo. ¿Cómo has estado?

-Me pasa todo el tiempo, me encuentro bien. -dijo. Y reímos por un rato, aunque en realidad en la vida lo había visto, parecía tener alguna conexión con aquel hombre de aspecto fachoso y agradable.
 
La música cambió de ritmo, parecían adiestrados cuando comenzaron a moverse, brincar y aplaudir al rededor de la habitación. Antes de que las luces se apagaran por completo pensé seriamente en buscar un lugar del cual pudiera observar sin ser participe pero en ese instante, ya a oscuras sentí como alguien se acercaba por detrás tomándome por la cintura, besando tiernamente mis hombros descubiertos. La luces comenzaron a volver por instantes, resplandecían las siluetas revueltas por todos lados. Un hombre de tez blanca y enormes ojos me sorprendió cuando intentaba zafarme de sus manos; buscaba desesperadamente una cara conocida pero pronto noté que nadie se percataba de mi estado, se veían naturales y aunque las luces seguían intermitentes observe a lo lejos, tumbado sobre un sofá y bebiendo un trago de colores, a Carlos. Me salí de las manos que me aprisionaban, el hombre blanco tomo por detrás a otra chica que a la vez era besada por una rubia vestida de rojo. Avancé a tientas y mientras las luces lo permitían trataba de importunar lo menos posible. Carlos me veía huir y  cuando nos separaba un pequeño espacio extendió su brazo, de un tirón fui a dar junto a él. Le quité de las manos  la copa y la bebí de un solo sorbo. Él  no dejaba de sonreír, no cruzamos palabra alguna. Sus labios me atraían irremediablemente y deje de resistirme, fue el beso más efusivo que recuerdo; tanta pasión no podía ser desperdiciada así que terminamos a un lado del sofá, entre cada lapso de visibilidad abría los ojos para captar un poco de las novedades que entraban a mi mente; no llegamos más allá pero nos disfrutamos mutuamente. No recuerdo haber visto más de un par de chicas en toppless y un tipo medio loco que bailaba con sus pantalones al aire. 
Las luces fueron encendidas para que pasaran charolas con tragos multicolor, cigarrillos, botana, cerveza. Al final me pareció bastante inocente el ambiente, había hilado cosas perversas en mi mente pero Carlos se encargo de explicarme las reglas del grupo, solo diversión -dijo para finalizar.

Terminamos sobre el piso; unos reían con otros, el de al lado ebrio o en resuelta relajación tumbado sobre las extremidades y pies de unos cuantos. La música ruidosa apenas si dejaba escuchar la conversación que  ahí se daba y en ratos hacia un esfuerzo por seguir los movimientos en los labios e intuir lo que pretendían transmitir; una vez más estallábamos en carcajada, el tema se olvidaba para siempre y volvíamos a empezar mientras me sentía en confianza y no quería que terminará la velada.

lunes

Cascarones pedigrí

Mujeres extrañas vienen y van, noto en sus pies la torpeza al caminar; el hambre les brota por los ojos, se contonean al pasar, se cotizan mientras venden su falsa realidad; nada más a tono con su afán. La piel parece cálida pero fría está. Maniquís sonrientes, relucientes.
 ¡¿Qué bonitas van, habrán escapado de una tienda departamental?!  
Me parece ver una mala imitación; es como si no tuvieran otra ocupación,  y se miraran en el espejo que solo les muestra lo que podemos destacar
Una dama de esa talla no tiene porque sufrir; seguro al llegar a casa solo quiere prescindir de aquello que la presiona, la envuelve, la eleva... ataviada no estar más del disfraz que le dará lo que ahora es evidente trata de capturar. Cascarones vacíos con olor a pedigrí recorren las ciudades mientras el tiempo pasa lento y las miro desde aquí.


 

viernes

Necesito un Sol ♪



Una dosis de romanticismo al despertar me regresó a tus brazos. Los detalles y palabras bonitas, emitidas por tus labios, comenzaron a brotar de las paredes.

Semejante a flores abiertas por el calor de la primavera mis poros comenzaron a necesitarte, mi piel anhelaba el rose de tu cuerpo y comenzó una leve brisa a cubrirme. Tendida sobre la alfombra  y  con las manos inquietas seguía deseando tu regreso.


lunes

"26"

A los trece buscaba un espejo,
Que mostrara lo que realmente soy…
Un espejo que no le sobrara nada,
Que le faltara todo excepto yo.

A los trece sabía poco de la vida;
Aún así la tristeza me abrazo
Realmente trece años poco cambian
Hoy los doblo y me reflejo sin ser yo
Tengo sueños, esperanzas, sin sabores
Y una caja de repasos del ayer.....

Yo no pido otros trece para entenderme,
A veces siento que el camino concluyo.
Si algún día me descubro en un retrato
Sabre que algo en mi  sobrevivió
Treinta y nueve serán excelentes,
Presagio una sonrisa en mi buró
Que acomode en mi rostro en la mañana
Que regrese por la noche a mi cajón
Para seguir con trece años en tu ausencia
Para llorar trece años sin tu amor.


Cecy
18/dIC./2008

viernes

Cama Seca



Rumbo al monte camina la india.

Carga el sol en la espalda que ya el cuello le quemó.
Sus pies descalzos dan pasos cortos,
ya no preguntan a donde van. 
Piel oscura y gruesa que simulan una armadura.

Cabello largo y trenzado con un listón al final
que dice adiós al pasar del viento.
Finge una sonrisa inocente,
ni mueca de ilusión se asoma en sus ojos vidriosos sin anzuelos.
 
Cada atardecer a su regreso
la india susurra bajito una canción que parece darle consuelo,
en cada rima a cada paso con la luna iluminando su sendero.
Le he visto pasar de mañana y aún nadie le acompaña.

Más sombría, más ausente bordea el río para subir a la montaña.
Un recuerdo parece rodearla, un sollozo la sigue de cerca.
Hasta donde mí mirada la abandona un aroma le cuenta las mermas.
Caminando entre piedras y memorias dejó su regreso en el olvido.

Hoy del monte solo baja el desconsuelo;
pues bajo un pino grande como sus quimeras,
cobijada por la madrugada y hojas secas
la india sin que nadie lo notase se ha dormido.

Cecy.