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viernes

Dando Guerra



La música tiene un efecto sanador equivalente a un cóctel de las mejores y más coloridas capsulas. Aun antes de sentir el enorme malestar algo me dice que esta a punto de hacerse presente. Cerrando los ojos empiezo a controlar el inevitable temor que se cuela por las grietas que han quedado tras el derrumbe de mi salud.

Si me encuentro en casa me acomodo en el sillón soltando toda la tensión que puedan presentar mis hombros, cuello y brazos. Enciendo el reproductor, dejo paso libre a cada nota emitida. Elevando los brazos y dejando fluir el malestar anidado en mi vientre aspiro grandes bocanadas de aire sosteniendo y manteniendo la mayor estabilidad para luego soltarlo en pequeñas cantidades. El estallido llega a su punto máximo cuando siento sudar frío y mis extremidades tiritan por unos minutos; aun así trato de concentrarme en lo que la música me hace sentir, sin dar demasiada importancia al inevitable dolor; las emociones brincan de un lado a otro y aun con todo lo malo que pueda parecer siento placer en vivir dentro de este caparazón y sigo el ritmo torpemente moviendo la cabeza y manos lentamente, mientras vuelve la calma.

Quizá por ahora mi cuerpo se encuentre en una tremenda guerrera pero por mi parte he decidido mantenerme firme ante la adversidad y aunque no pueda controlar todo lo que ahí dentro sucede en gran parte si puedo minimizar el daño, esperar con el mayor de los temples y serenidad la llegada de la victoria.

http://youtu.be/cJxTcFFErYg

domingo

Adiós, adiós abril...


Ha pasado el mes de abril. Estoy acostumbrada a que cada año me sorprenda un accidente y realmente tenia temor de lo que pudiera suceder; pero afortunadamente y comparado con el del año anterior fue mínimo, solo lloré un poco.

Sigo encerrada en casa a causa de mi desafortunado estado de salud, el desánimo ha inundado mis días y en ocasiones realmente me veo muerta. Me encuentro cansada de las personas que veo a diario y no me mal entiendan pero es muy frustrante ver como llegan y se van los minutos sin traerme una minima chispa de entusiasmo.
A mediados de mes sume a los quinientos días sin ti un año más (tú sabes a que me refiero). No todo a resultado ser malo, tengo un nuevo sobrino, sigo viva y acudo regularmente a mi terapia. Creo que empiezo a simpatizar con la psicóloga. Me escucha como solían hacerlo antes, se ríe de mis ocurrencias y compartimos anécdotas de personas que han sido importantes en nuestra vida; es lo bueno de vivir aquí, compartimos amistades. Tenemos un tema recurrente que inevitablemente comienza cuando me dice: "Enfócate en lo que te trajo aquí, como vas con... " lo cual me hace desviar la mirada y retraerme, la habitación de escasos metros se vuelve aun más claustrofóbica y el nerviosismo se torna evidente -sigue siendo difícil afrontar la verdad-. Hace días, justo antes de las vacaciones lloré tanto en una sesión que inevitablemente mi piel se volvió rojiza -cosa que me molesta en demasía- pero que despertó un sin fin de emociones que tenia congeladas en alguna parte de mi interior, un día después recuerdo haber escuchado en la radio una noticia, tristemente común en nuestra ciudad, un asesinato y actos por demás crueles contra un joven, en un momento comencé a llorar inconsolablemente por más de una hora; al final me sentí tremendamente tonta y por supuesto que paré de inmediato reponiéndome para ocultar el hecho a mi familia. Desde entonces una y otra vez llega el sentimiento que me embarga en momentos cuando la vida se torna diferente a lo que esperaba, a lo que aun espero. No digo que vaya a sobrevivir más años, justo estos meses empiezo a notar su paso en los surcos de mi piel -se supone que una mujer no debe decir tal cosa en público-; en algún punto perdí algo que cambio lo que era, la persona que solía decir con una carcajada, en el momento más inoportuno SOY UN HÉROE, para luego solucionar lo que seguía.
comienza mayo para ser un año mayor, más MADURA. Esto último no deja de darme un poco de risa, y a pesar de mi derrotismo juro que estoy sonriendo por la idea. No creo que llegue a ser tan madura y centrada como esperan mis padres. Incluso después de todos estos años no veo el día de aceptar tal estado emocional, mental y físico; realmente no me resigno. Por lo demás y a pesar de los pesares la vida sigue su curso, así que digamos adiós a este mes que termina y sigue siendo uno de mis favoritos.





viernes

Marabunta



Comenzaron a salir diminutas hormigas de mi ordenador. De las ranuras de ventilación, teclado y entradas USB salían apresuradas las invasoras. Al parecer fue durante la noche que estas encontraron en mi compu un sitio cálido donde dormir, comer o lo que sea que hayan estado haciendo ahí adentro. Realmente no sabía qué hacer y comencé a tirarlas hacia el suelo donde trataba de pisarlas. Al prenderlo ya solo se dejaba ver una de vez en cuando. Encendí la música a todo lo que mis bocinas daban de potencia y claro que se espantaron. Seguro creían que era el fin del mundo, tanto ruido tuvo que haberles causado algún efecto. Aun siguen corriendo algunas al ritmo de “This World Is Watching Me”.

Me empiezo a fastidiar de los insectos en casa, como es posible que después de que les doy chance de vivir aquí (en el piso por supuesto) ahora hayan tomado por asalto mis propiedades, una de las cosas que considero más íntimas. Les doy un cuadro de la loza y ellas suben a mi buró “Pero que desgraciadasss”. Me dan ganas de aplastarlas una por una hasta ver que se hacen bolita y caen al piso formando un montoncito negro. Como es posible que se reproduzcan tanto. Es increíble que este tipo de cosas me pasen a mí, solo a mí que trato de estar en un estado de calma total.

Taun We



martes

Kafkiana


Hace unos días salí a pasear con un grupo de amigas y algunas conocidas. No tenía muchas ganas de ir porque justo esa noche había planeado estar con mi pareja. No me gusta quedar mal y accedí a ir. Nos vimos alrededor de las 10:30 en despoblado, por supuesto que nos fuimos en el carro de Dani. Ya saben, lo de siempre y cuando estábamos viendo videos en uno de los celulares me hice para atrás, hasta quedar espalda contra el carro.
Tomaba cerveza de vez en cuando, la noche estaba algo fresca, parecía no pasar nada; hasta que sentí un piquete en la pierna, a la altura del muslo y por reflejo me toque rápidamente el lugar por encima del pantalón. Logré atrapar en el momento al insecto que se metió por debajo de esté y me lastimó. Lo tenía entre la tela del pantalón, sentía como luchaba para zafarse; me dio tanto coraje que presioné al mismo tiempo que escuché como trono entre mis dedos causándome una gran repulsión. Obviamente estaba asustada y me apresuré a subir mi ropa para ver el daño; sentía algún tipo de bochorno por lo acontecido.

Nunca me percaté de que solté al bicho y debía haberlo conservado por si las consecuencias eran mayores. Avancé hasta alcanzar uno de los cartones de cerveza que descansaban detrás de otro automóvil, me senté y comencé a frotar el área afectada. Para ese entonces mis amigas ya se habían dado cuenta de que algo pasaba. Conté el hecho y las recomendaciones no se hicieron esperar: me dijeron que bañara con la cerveza el área afectada; lo cual sinceramente hice porque la comezón empezaba a fastidiarme, además de que el frío del líquido bajaría un poco la inflamación. Otra dijo que pese a sus muchos estudios (lo cual creo ya que es mucho mayor que todas) lo mejor era poner una leve capa de fango y esperar. Me da pena, pero si lo hice y por supuesto la infección estaba latente pero también sentía que me quemaba la piel la brisa que corría en el momento, no sé si fue lo correcto (seguramente no) pero el lodo me causo alivio y tratamos de olvidar el tema; mas ellas que yo porque realmente estar ahí sentada y con la incertidumbre no era como para poder olvidar el hecho.

Esperamos un rato, no por seguir la fiesta, sino para ver como evolucionaba la situación respecto a mi pierna. Una hora más tarde nos despedíamos mientras buscábamos la canción correcta en el reproductor para salir a carretera rumbo a casa, las demás siguieron la velada.

Escuchar nuestra música también me conforto hasta que la llave giró en la puerta principal de mi casa y la empuje haciendo el mínimo de ruido para no despertar a nadie. Aunque no era tan tarde no quería incomodarlos. Corrí al baño, lave mi piel adolorida, note que estaba llena de residuos de la tierra que use como compresa y me vestí para dormir. Tome agua y coloque una capa de hielo sobre la mancha rozada llena de ponzoña en mi piel, se derretía cual si lo hubiera puesto sobre un comal caliente.

Esa noche no dormí nada bien y el día siguiente estuve llorando todo el día por mil motivos. Luego soñé cosas extrañas y desperté con la idea de que realmente debí haber conservado el insecto por si me pasaba como a Peter Parker o peor aún como al personaje de Kafka; que tal que convertía o adquiría habilidades del agresor. No deseaba convertirme en una cosa rara, en un pinacate por ejemplo. Andar parando la cola para defenderse no debe de ser nada agradable. Eso me da risa, conozco a algunas personas que sin llegar a verse como insecto hacen justo eso cuando están en problemas.

Aun me duele la pierna, ya no he llorado tanto porque es una exageración, todo es una ampliación de la realidad y si le hubiera pasado a otra persona cercana a mí seguro ya no tendrían la sensación de pasitos sobre la piel en la noche. Igual si me veo sumergida en una metamorfosis no dejen de llamar, leerme y por supuesto visitar mi casa, prometo no morderlos (muy fuerte). No puede faltar una moraleja, creo que esta seria primero: Si no tienes ganas de hacer algo, pues no lo hagas y ya “No pasa nada” y segundo: Si te llega a picar algún animal (del tipo que sea, dos o más patas) consérvalo por si las consecuencias son mayores a un leve malestar o por si te gusta vuelvas a echarle “una mano” encima.

Taun We

lunes

Todo suele pasar en abril

…Pues que puedo escribir que no haya deletreado ya, me siento enferma. Escucho a Sabina, mi papá está de visita en casa, voy a resfriarme y pues eso es todo lo que ha pasado, este mes se me hace eterno. El corazón está un tanto vacío, lo comprendí cuando en una semana mencione dos veces a diferentes personas que estaba contenta por no sentir nada especial ni grande por nadie, no me amargue ni nada de eso, es sólo una temporada tranquila y aunque reconozco que me hace falta no moriré si nadie llega ¡Que cursi soy! en realidad es una recaída más, no dije que no las tendría. Aún sin ser adicta a drogas, alcohol, pastillas o cualquier otro distorsionador de la realidad (excepto más que a una mala idea de las cosas) me he sentido muy mal, traigo una cruda moral impresionante. Perdí lo poco de lista que me reconocía ante el espejo, no coordino muy bien desde el día en que caí de la escalera en el patio de mi casa, estuvo horrible, pasaron algunos días desde que mi cabeza literalmente quiso probar la boca polvosa del cemento (¿Qué otra boca puedo probar?) tal vez eso influye en mi comportamiento ¡Ah! Es un pretexto MUY malo. Estoy en recuperación y abril no apresura el paso. 

Taun We