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Mostrando las entradas con la etiqueta Accidente. Mostrar todas las entradas
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jueves

Efectos Secundarios



Es correr de una habitación a otra dentro de tu cabeza... caer, caer y seguir en vuelo por mucho rato o hasta que descubres las manchas en la pálida pared que te muestran una nueva historia.

Encontrar que has estropeado algo nuevo, o de mucho tiempo atrás... solo recordar que te equivocaste y aun intentando reparar la parte de mundo que te tocó, no lograr sino volverlo de cabeza y huir a ninguna parte, lejos de ti y del planeta; hastiada, hasta nuevo aviso.

Despertar teniendo la certeza que será mejor y no conseguir descifrar el juego que todos ganan, menos tú. Es controlar la prisa de no hacer nada tumbada en la cama y aun así nunca terminar de planear el futuro; tomada de las manos del destino, creer que hay algo mas bajo esas gafas oscuras que te miran fijamente y no puedes superar...

Taun.

miércoles

Cada vez que hacemos algo...


 "El ser humano ha olvidado que no tiene otro remedio que convivir con el espanto de la naturaleza, con la frialdad de la naturaleza, que es como el corte de un bisturí sobre una mesa de mármol. Eso está ahí. Los humanos nos hemos protegido de esa frialdad, nos hemos rodeado de una serie de amortiguadores, tratando de sobrevivir física e intelectualmente ante el hecho de que somos insectos bajo la bota de los dioses. ¿Qué pasa? Que ignorar esa realidad es una mentira. Si tú construyes una urbanización en una cañada, algún día bajará el agua por ahí. Aunque tarde siglos, bajará y se lo llevará todo. Entonces, cada vez que hacemos algo, esto lleva implícito el desastre."


Arturo Pérez-Reverte



viernes

El que busca...



El que busca encuentra, pero a fuerza de tanto buscar chocas con una pared de verdad; te destrozas la poca cara que te queda y aun así te atreves a pensar: -¡qué mas da! Lloraré tanto, después, que los golpes y cicatrices apenas se notarán. 
Yo encontré, lo confieso, y frente a la evidencia no tienes tiempo de ponerte escéptica. Tus piernas flaquean a la vez que quieren salir corriendo y dejar la búsqueda atrás. Vaya ironías de la vida, si ya sabía -de alguna manera, sin pruebas- que he vivido con el  lobo, que decía que me amaba, me miraba, me comía y al final de todo me trago -sin apretar el gatillo.

miércoles

Con suerte ( Feliz 2015)


Justo hoy me di cuenta que perdí mi propósito, disculpen... parece una gran contrariedad cuando falta tan poco para despedir este año que me ha traído de todo, muchas penas y, no recuerdo grandes alegrías pero seguro que las hubo. 
Este mes he sentido una energía extraña y agotadora, me pierdo fácil en actividades que antes no hubiera querido hacer, y me niego a seguir con aquellas que me atraían irremediablemente -locura temporal, supongo.
No hay más que decir, ya que -este nuevo año- no tengo nada que me lleve a hacer o expresar cosas que no siento, adelgazar o ponerme "bien buena", cruzaré los dedos y me limitaré a encontrar algunas ideas razonables para vivirlo y disfrutarlo lo mejor posible, y bien... parece la mejor opción para alguien que ya no creía tenerlas.

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

jueves

La llave a la felicidad



Pensaba en decirle la verdad, de una vez por todas -mientras recorría inquieta la estancia-. Cuando por fin él cruzó la puerta y con toda la calma colgó y acomodo su chaqueta en el perchero, la valentía y empuje que sentía empezaban a desvanecerse dentro. Como un hielo en espera, sentía como de su cuerpo emanaba una gran cantidad de líquidos, y las lágrimas amenazaban con aumentar aquel caudal. Lo miró cruzar el pasillo, pausadamente, hasta alcanzar la habitación para caer de un golpe en la cama; que se estremeció y luego todo volvió a la aparente calma. Mientras ella lo observaba parada en la puerta. En lo profundo de aquel silencio un sollozo se ahogaba en el interior del cuerpo del que fuera, hasta hace poco tiempo su compañero de viaje, el que le seguiría y daría cuenta de su existencia.

Pasaba los días sola, en casa, pensando como podría hacerse escuchar. Si al gritarle a su dios no se había dignado en responder, ahora creía que todo estaba perdido, que había una capa de realidad y ficción que la separaba inevitablemente de los vivos.

Recordaba la última escena de aquel día trágico y luego todo era calma, como entrar en una burbuja enorme y repleta de bruma blanca que no dejaba ver mas allá de sus pies, un paso a la vez hasta caer rendida y dormir una eternidad. Cuando por fin despertó, sentía marcado el tapiz de los sillones en su mejilla y sintió alivio, un sueño terrible -pensó, antes de suspirar profundamente. Para cuando sé dio cuenta que nada había sido un invento, resolvió en hablar de todas aquellas cosas malas que según su conciencia debían ser confesadas, para así ganar el sueño eterno, la llave a la felicidad.

Él cruza la puerta una y otra vez, es pausado. Traspasa el cuerpo de ella como una cortina tenue. Al mismo tiempo ella siente la vida vibrar dentro de él y le sigue hasta quedar anclada en la entrada de la habitación.
Cada noche se escuchan los mudos sollozos del hombre, mientras ella recorre la casa tratando de comunicarse, de liberarse y dejarle continuar.

martes

El loco -sin pies ni cabeza- que vive en mi.



Todo ese silencio para mi -pensé- y me tumbé quedándome dormida en un segundo. Una lágrima corría por mis mejillas y recuerdo perfecto su rocé al bajar lentamente. Aunque no encuentro motivos aparentes o que pudieran valer la pena debo admitir que de un tiempo para acá lloro a la más mínima provocación. En el fondo, en lo oculto de mi hay algo que falta, la pieza que no encaja, el "te lo dije", pfff... ese "no me dejes, quédate". Lo que más puede doler... "y, si hubiera..."

No todo va "tan" mal, es verdad que una hebra sale de su lugar pero a quien no le pasa. Un pendiente inalterable, un esperar constante, un no se qué que me mantiene alerta y este hueco intocable que me regalo el destino.

Galimatías, la vida es eso... brincar de acá para allá a merced de no se que diablos. Marcharte y jurar que no regresas para "¡baaam... lo mismo de siempre!

Lo sé, lo sé, la mayor parte del tiempo no me entienden nada, es confuso.
Tratar de acomodar las ideas si que puede ser un complique. Y pegarlas aquí, teclear, una imagen "bonita".
Un querer aparentar lo madura que soy, y peor aun serlo sin consentimiento propio pero que más da, la vida es así y todos tenemos una pizca de loco.


domingo

Un error

El otro día mientras escribía me lancé al otro lado de la habitación; mi esencia se quedó tendida sobre la cama y sentí un fuerte golpe al chocar con la orilla del cesto de basura sin caer dentro de el. Y lo comprendí, me confundí con un error, una hoja sin sentido y me hice bola entre las manos lanzándome fuera de toda posibilidad... 

Para volver a ser yo, completita, me tuve que reinventar, escribir desde otro punto de vista la historia y aprobarme...


martes

Comenzar a llorar




A veces no basta morir para desaparecer, a veces es necesario salir de la tumba y comenzar a borrar tus huellas a lo largo de la historia; quizá yo no pueda hacer eso, aunque realmente deseo poder revivir mi vida al compás que marque el olvido... 

Yo sé que las personas que nos dejan tardan un poco en entender que deben volver y ayudar a sanar las heridas, quizá es porque se sienten tan perdidas y no comprenden que han muerto de pronto. 

Esperaré un tiempo antes de comenzar a llorar.



domingo

No sentir "nada" complica las cosas

 
 
¿Hemos agotado los temas? O no, creo que puede ser que esa cosa que siento a mi alrededor y no me altera tiene un nombre ¿Cómo deberíamos de llamarla?.

Recuerdo haber estado así, tan nada y a la vez tan completa y serena; pero fue hace mucho y mentiría si dijera que  lo disfruté realmente aunque no tengo ningún recuerdo extraño sobre aquellos momentos, tal vez días... no se.

Dicen -y no me crean-, que apartarse de personas complicadas trae consigo muchos beneficios, y me hizo ruido la idea. Me he considerado complicada, rara y etc. todos los días de mi vida. Incluso de pequeña aunque parezca exagerado mi vida ya se tornaba complicada; demasiada suciedad en el mundo solía pensar, aunque no con esas palabras o quizá sin palabras, un gesto era suficiente y después, lo inevitable... si, después de los pañales viene el amor que es comparado en medida de suciedad según el grado al que hayas llegado. Me fui al limite hace unos años, luego volví a un estado de calma que ya les conté y así me enamoré por segunda vez; que extraño contarlo; en fin. Lo que quiero decir es que tengo algún tiempito tratando de alejarme de algunas personas "complicadas". Personas que no culpo de ninguna manera al contrario las amo, las quiero, aprecio y aun más, pero que según mis cálculos al ser yo complicada las vuelvo un poco locas haciendo de sus vidas algo muy parecido a un carnaval y constantemente siento que todos usan mascaras ante mi y ya no les creo.
 
Pero agoté el tema, este y el del amor, desamor, y shalala... que les digo, no siento "nada" en este punto de la vida, y  con todo gusto me estacionaría a ver pasar los años que me faltan por vivir. No es posible, lo sé... pero mientras me pasa algo sobresaliente que amerite mi queja oportuna al blog, me despido.

jueves

Estupidez de una tarde de calor



Se aprende a vivir con y sin todo, con las envidias, con la mentira, los orgasmos y las estaciones que vienen y van; los inviernos parecen largos hasta que llega el verano y te sofocas. 

Aun no acabas de llorar la última mascota y llega una nueva. Te enamoras como la primera vez y te acostumbras para que luego se vaya también. Yo no me acostumbro a los besos pero después de tanto tiempo creo que no atán, ni los arrumacos, ni las caricias, el amor no une sin embargo las sonrisas si amarran, son una enredadera difícil de cortar.

Hablemos del dolor, es tan de mí que realmente casi olvido mencionarlo, ese maldito que te hace fuerte y se pega a tu piel como un bicho raro, y al final terminas aceptándolo, amándolo porque es el mejor indicativo de tu felicidad, cuando el se va eres feliz, estas bien al menos... un descanso -piensas-, luego vuelve y parece nuevo porque duele aun más profundo, corta y muele tu piel pero lo soportas, lo abrazas como a un niño perdido; es tu enemigo y prefieres tenerle cerca, monitorearlo; saber en que punto va a tomar fuerza y cuando va a diluirse para darte una tregua.

Yo digo que se aprende a vivir con nada teniéndolo todo, se aprende a vivir muriendo, a reír llorando y llega el punto en que no sabes si lloras de alegría o de dolor pero al final lo haces como un buen desfogue porque la vida sigue y aprendes también a vivir con eso aun después de haber intentado no hacerlo más.

Se aprende, se saborea, se plasma, se advierte y aun así avanzas. Se gime, se grita y pateas, se canta, se aguanta... y al final, sin saber por que te mueres.

sábado

Otro buen hijo (Por Sabina)

Muchas veces cuando lo pongo en el asiento trasero del auto, a un lado de mi hija para salir a pasear o visitar a la familia, siento que soy aun más extraña de lo que seguramente cualquiera que me conoce o lee espera; pero a mi favor debo decir que esta sequía amorosa en mi panorama inmediato me a dejado por experiencia que quizá si sea loco querer como yo lo hago a esa bola de pelos; que con una mirada me gana y me da cuenta de lo que hace falta para que se tumbe a mi lado por largas horas, ronroneando de vez en cuando mientras imagino que solo desea hablar para decir gracias, un te quiero o yo que se... me encantaría saber que es lo que piensa, que siente y que daño le hago al tenerle tan cerca por largos días y luego cuando me vuelvo mucho mas que egoísta y me voy por horas lo dejo en el cuarto de lavar con sus provisiones pero sin una explicación de porque desaparezco. Ya casi logra abrir un huequito en la malla mosquitera de la ventana que separa mi  aparente maldad y la soledad que le impongo de la libertad que el merece tener pero que por obvias razones no me atrevo a brindar. Justo hace un mes casi lo pierdo por descuido.

Eran al rededor de las cinco treinta de la tarde de un día cualquiera, mi hija y pareja salieron a comprar algunas cosas para sentarnos a cenar y por antojadiza he abierto la puerta de repente sin percatarme de que mi gato a logrado ser rápido y escapar para seguramente seguir  a los recién "idos". No me escucharon pedir un paquete extra de galletas y como dí por echo que volverían en corto tiempo he dejado a Sabina juguetear un rato con las plantas -eso creía-.
Algunos minutos después veo a mi bola de pelos detenerse justo a mitad de la calle, no había ningún vecino cerca que de pronto se apura a regresarlo sano y salvo a casa. La ventana cerrada, yo en silencio y queriendo gritarle que se mueva pero en ese breve instante un automotor en color rojo -jamás lo olvidaría- lo enviste golpeándolo con la llanta delantera del lado izquierdo y haciéndolo caer justo en el centro del mismo; aun en movimiento  mi gato asustadísimo se apura a escapar sin percatarse que obviamente faltan dos ruedas que librar y sin  lograrlo el neumático  trasero lo hace girar a su compás  mientras yo seguía petrificada y sin expresión alguna. Fue una total pesadilla verlo girar al tiempo que la llanta y por fin cuando fue expulsado note como aun se movía. En realidad solo las patas delanteras podía controlar levemente mientras las traseras solo le siguieron como un pollo destazado en la carrera extraña que emprendió rumbo a la puerta trasera de la cocina. Por fin me moví y abrí la puerta lentamente esperando lo peor y ahí estaba él con la mitad de su cuerpo prácticamente aplanado, sin movimiento y con unos jadeos horribles y esa mirada de terror que no conocíamos. En realidad no se si lo tome en brazos o el entro y se quedo tumbado en la entrada mientras maullaba pidiéndome ayuda; intente decirle algo, quería regañarlo, llorar, salir corriendo pero sentí miedo de lastimarlo aun mas... lo deje recostado llorando quedito. Me asome por la ventana, note que mi hija y esposo se acercaban conversando.
Me senté en la sala a esperar y cuando por fin sentí que se abría la puerta, con las manos sobre mi rostro -aun desencajado por lo ocurrido- comencé a llorar. Me preguntaron que paso y no podía decir nada mas que: "Lo atropellaron, me lo atropellaron" y apuntaba bajo la mesa hasta la puerta. El llanto y lamentos no se hicieron esperar y aquello se volvió un caos. No recuerdo claramente pero de pronto me vi tratando de examinar el cuerpo de trapo que parecía tener mi Sabina y comenzó a resollar y la sangre broto por su hocico desencajado por el enorme dolor. Le pedí a mi esposo retirara a mi hija a su recámara porque no deseaba que guardara aquella escena para alguna pesadilla posterior. Me apresure y traje una caja de plástico de esas donde acomodan la fruta, le coloque varia capas de periódicos y tome a Sabina con mucho cuidado mientras sus lamentos eran cada vez más lastimeros - yo no podía dejar de llorar-; sentía un enorme vacío en el cuerpo, quería hablar y no podía, me sostenía de las sillas, de la mesa, de cualquier mueble que estuviera a la mano para no caer derrumbada. El llanto de mi hija se escuchaba también por toda la casa mientras su padre le hablaba quedito  tratando de consolar lo más posible pero inevitablemente terminamos en un solo llanto; ya nadie se contuvo porque mi gato respiraba con dificultad, la sangre espesa seguía saliendo por su hocico que mostraba los dientes y encia...


Pasaron minutos largos en los cuales rogué con toda la fe negada que muriera por favor, que el siguiente respiro fuera el ultimo, que dejara de verme con esos ojitos verdes que me pedían ayuda desesperada; me anime a cubrir su rostro con lo primero que tuve a la mano pero el nunca cedió y me volví a tumbar en el piso a su lado. En ratos acariciaba el poco retazo de piel que parecía no dolerle y pensaba que era muy cobarde por no poder matarlo.

Me aleje, lo pensé un rato y pedí a mi pareja que lo hiciera por mi pues era ya demasiado tenerlo en un dolor constante y sin la posibilidad de moverlo a que alguien con mayores conocimientos le ayudara a bien morir. En realidad no tengo como describirlo pero era  casi imposible que lograra sobrevivir... solo las patas delanteras y la cabeza tenían algún tipo de movimiento lo demás era solo una masa que arrastraba cada vez que intentaba girar o estirarse forzado por el dolor para expulsar un chorro de sangre espesa y con una textura similar a la goma de mascar aun dulce. Ninguno de los dos logro terminar con el suplicio del cuarto miembro de la familia y debo señalar que me parece el mas comprensivo y cariñoso de todos... Nos despedimos con cariño aun llorándole.

Me alejaron de la caja y me tumbé a llorar sobre la cama en mi habitación. Mi hija que  termino dormida por la pena y el consuelo de su padre. Yo no tuve consuelo, ni ánimos de dormir así que me colé a hurtadillas nuevamente a  la cocina y me senté a un lado de la caja donde eran ya casi imperceptibles los lamentos. Opté por abrigarlo y esperar tomada de su pata el final. En ratitos elevaba alguna plegaria muy sentida, otros tantos no podía mas que sentirme culpable y reprocharme el descuido, pensar que estaba soñando y que despertaría, el estaría ahí dormido placidamente sobre mi y todo seria como horas antes.

Nada cambiaba y me sentía ansiosa, la pálida muerte que suele rondarme y estar ahí acechando a mi y a los míos parecía no darse cuenta de que era solicitada, apreciada e importante para acabar con tanto malestar. Me cansé de esperarla; por primera vez en mucho tiempo sentí que me abandonó y decidí ir a buscarla por medios químicos. Nos pusimos de acuerdo y con sumo cuidado coloque la caja plástica en el asiento trasero del auto mientras hablaba incoherencias para distraer al animal -trataba de explicarle todo, como si fuera a dar su opinión-, regrese por mi hija aun dormida, le dije a donde nos dirigíamos  y la envolví en una frazada. Una vez arriba del auto y mientras todo era cerrado correctamente por mi esposo para marcharnos lo minutos fueron lentos, molestos, frustrantes y odie la espera.
Las calles llenas de baches, topes y torpes al volante no permitían avanzar a prisa. Buscaba en el libro amarillo la mejor y mas cercana opción para que atendieran a Sabina ya que había pasado casi hora y media del accidente, me parecía demasiado tiempo de vida desperdiciada por su parte, esa vida de dolor que lo marco para siempre.

  Llegamos a Veterinaria Cumbres, y no es comercial solo es agradecimiento por el buen trato, la comprensión y rapidez con que tomaron el asunto. Pedíamos sacrificio porque en realidad no teníamos otra opción disponible, no sabemos mucho sobre mascotas y accidentes similares; sin contar que no disponíamos de fondos para cubrir una posible cirugía y medicamentos, es parte de la familia y teníamos clara la responsabilidad que implica tener un pequeño integrante en casa.

Lo dejamos internado y toda la noche pensé que en ese momento en que me despertaba sobresaltada timbraría el celular avisando que no sobrevivió. Al amanecer no pasaba nada aun y mi hija se fue a la escuela llorosa, mi esposo con una pesadumbre que incluso no le permitía probar alimento y yo no me resignaba a quedarme en casa sin el, sin noticias, sin paciencia de espera y me instale en casa de mi vecina y amiga con los ojos inflamados y el animo decaído... a ella le parecía una exageración pero aun así me apoyo y trabaje lenta esa mañana pero al fin despeje mi mente. Al paso de las horas no sonaba el teléfono.
Por fin una llamada entro y pensé lo peor hasta que escuche a mi madre preguntando por Sabina, lo cual agradecí. Por cierto que la noche anterior solo mi mami me dio apoyo emocional abrazándome y reconfortándome. Mi padrastro hizo su parte sin entender el porque de mi llanto y me facilito el dinero que se necesitaba para dejar internado o no se si se diga así, pero bueno, el caso es que para brindar cuidados -servicio- debes dejar garantía de pago -todo entendible-. En fin, ya por la tarde era hora de ir a visitar al enfermo o quizá recoger el cadáver en el peor de los casos, ya había decidido remover mi rosal y cederle el lugar para que siguiera en casa, colocar la campanilla que lleva al cuello desde cachorro en mi llavero y rendirle algún tipo de tributo; tuve tiempo para pensar en todo mientras conducía.

La buena noticia fue que cuando Sabina nos escucho hablar a mi hija y a mi al entrar a la veterinaria se puso de pie y alerta. Increíblemente y como un gran milagro que aun no logro comprender, lucia mucho mejor. Sucio, con sangre en su barbilla y patas parecía sonreírme y juro que sentí querer al veterinario -exagerado, ya sé-, me permitió tomarlo en brazos y bajarlo para ser dado de alta después de aplicarle dos inyecciones que la verdad si yo fuera él no las habría soportado. Un líquido amarillo en una jeringa grandísima a mi parecer y un piquete más que contenía un liquido blancuzco y espeso fue lo último antes de marcharnos a casa. Una verdadera sorpresa, no nos explicamos como fue la recuperación tan rápida, ni el veterinario sabia bien a bien que paso esa noche, pero para la mañana y ya con etiqueta de próximo a ser dormido por siempre se quedo con nosotros, sigue con nosotros y sí, tiene secuelas emocionales pero también recibe más cariño, apapachos y besucones ficticios que le encantan, siendo yo la primera en darle su dosis diaria de amor.


Quizá para muchos sea algo exagerado, innecesario e incluso ridículo pero para nosotros fue un acontecimiento que nos cambio para bien, que nos hizo valorar lo que tenemos. Al menos a mi me hizo valorar la amistad de mi pareja, la salud de mi hija y claro el echo de que la pálida muerte se tomara un  break en el momento apropiado... Yo siempre digo esto: "Todo pasa por algo, cuando no es para ti aunque te pongas y cuando te toca con la pena pero aunque te quites..." Que mas puedo decir que no haya quedado claro o explicito. En mi familia hasta hoy somos cuatro; papas y dos pequeños que necesitan cuidados y suma atención. Sin aferrarme a Sabina -al menos no con intención-, pero si agradeciendo el tiempo que comparta con nosotros y apreciando el amor que sin nada a cambio cada día sin falta y con un meow nos da. Todo un ejemplo para mí que suelo ser la más pesimista, chillona y cobarde co-protagonista del blog.


martes

Insensatez

¿Qué le pides a la vida maldita insensatez?

-Quien se atreve a retar al destino,

con que cara y con que justificación te paras un día de la cama y reconoces tus errores.

-Quien agacha la mirada y dice:  "¡¡¡La cagué!!!" ¡¡¡Maldita sea!!!

No soy yo, no disfrute, no sentí y tampoco fui lo que pretendí....

no estaré, no seré y también sufrí... ¡¡¡Otra oportunidad, solo una más!!!


¿Cómo le dices a la vida que nada tuvo sentido?
-Que las estrellas, el cielo azul y la luna siguen ahí a pesar de tus monólogos extraños,

que le regresas todo, que nada te funciona y que no hay dinero que compre la

felicidad; que ya no quieres "ser feliz a tu manera", que te muestre el camino, 


que te tome de la mano, que guie tus pasos.... que estas a tiempo de comenzar la andanza.


jueves

Estigma


 
 
No soy la misma, nunca lo somos pero hoy siento que han dejado sobre mi piel la marca imborrable de la indignidad, suena estúpido pero al igual que al ganado, siento que me marcaron con hierro candente hasta dejar palpable el echo de que supuestamente tengo un dueño, alguien me poceyó.
 


Luchando por que mi perspectiva de vida se desvié en otra dirección donde no me permita guardar algún tipo de rencor, creo que aun estoy lejos de lograrlo y avanzo sobre el mismo camino repleto de piedras y baches que nadie resanara. 
 


Me siento profundamente sola en este dolor -no en la vida- callado sobre mis hombros, que avanza lentamente hasta cubrirme. No quiero despertar, no quiero sentir y muchos menos recordar. 
 

Hoy no quisiera ser esta mujer; aun y con todos los cambios -Para bien o para mal- ya mencionados porque no se si en el fondo siento rabia, culpa o es solo mi orgullo pisoteado una vez más. Estoy muy triste porque me amo y no me gusta estar tan confundida.

sábado

Contour ´98





Si alguna canción me llega es la que a continuación dejo por acá pegada. Un buen "desconocido" y amigo del blog me ha recomendado este grupo que realmente me ha dejado un buen sabor de boca, y por supuesto, ganas de seguirlos escuchando...

Recuerdo esos días de soledad y carretera en el viejo Contour '98; escuchando música con una botella del licor que fuera (o alcanzara) en el asiento trasero y buena compañía... realmente llegue a creer que así seria mi vida y si fuera el caso -en cada borrachera, en la madrugada, frente a una fogata, dormida donde nos hubiera alcanzado el sueño y soñando nada- seguramente mi himno seria algo así... quizá con menos sentido pero sí, esta me va!!

Hoy extraño ser yo... lo que solía ser, "digo".



domingo

Alas de Sal


Salte de la cama y extrañada de no haber caído al suelo y quedar apenas rozándolo con uno de mis dedos.
Mi cabeza giró a la derecha, luego a la izquierda mientras miré claramente como mis pies flotaban a unos centímetros del piso ajedrezado. 
Extendí todo lo que me era posible la lengua por sobre mi hombro izquierdo y lamí las alas que batían pausadamente -tirando de mi espalda un poquito en cada uno de sus movimientos-. Paso la lengua por sobre mi labio superior para terminar mordiendo suavemente el inferior -esto me recuerda unos labios carnosos que extraño sobre mi piel, cuando la hacían estremecer-, cierro los ojos y la saliva salada baja por mi garganta.

Intento salir de la habitación pero a falta de pericia para controlar mi nueva característica solo me deslizo de un lado a otro sobre la cama. Después de algunos minutos estoy lista para avanzar por el pasillo y lograr cerrar las alas, bajar rápidamente las escaleras, parar en el penúltimo escalón y dar un brinco que me lleva a recorrer el cielo de la estancia; noto lo deteriorado de la pintura y la enorme cantidad de polvo sobre el candelabro....


miércoles

Basta, me cansé...



El tiempo de precisar un beso, caricias y todo lo que conlleve la palabra amor ha pasado para mi; me he cansado de esperar sin recibir a cambio un trato justo al respecto -ilusorio, lo sé-. Reconozco el sin fin de veces que lloré por no entender lo que sucedía y no fue llanto nocturno ni poético; esto se presento en su momento muy real, ruidoso, húmedo, fastidioso incluso para mis oídos que pedían una tregua... 
 
¡¡Así es la vida!!

No tengo el lugar que algún día imaginé me mantendría al punto de la felicidad, al borde de la locura amorosa que alguna vez anhelé de alguna cursi película hollywoodense. 
 
Me rindo y me dejo caer sobre la lona de la vida que no me inspira más que un hastío total, un reproche sin demasiado sentido pero si con una causa clara y saben qué... ya no quiero una pareja sincera, ni un beso apasionado, ni cenas a la luz de la velas e incluso me atrevo a señalar que no deseo un "Vivieron felices para siempre", porque sé, y valla que lo sé de antemano; no existe y por más que lo intentemos y nos partamos el alma porque todo marche sobre rieles sólidos inevitablemente la tempestad lo cubre todo y corremos el riesgo de patinar, trastabillar y caer. Caer una y otra vez, ser terca y levantarte y volver a besar el polvo incontables ocasiones; y podríamos pasar así la vida de no ser porque en el fondo esa vocecilla que late dentro se impone y te da un "Hasta aquí" un "No más" y de verdad  es cuando anhelas con todo el alma que todo paré: ser vieja y vivida, ser fuerte dentro de un caparazón aparentemente humano, aparentemente inservible pero que posee lo mejor que nos da el tiempo: "Experiencia".
 
Y no quiero más, ya no más desilusiones, ya no más fracasos fortuitos para mi.
 
 
05/09/'12
02:19 a.m.

Otro Momento



Hace mucho no me sucedía...

Me recosté en la cama muerta de cansancio y me quede mirando fijamente una hermosa estrella que alumbraba a lo lejos; no sé por que pero parecía amanecer rápidamente mientras me perdía en el recuadro de la ventana con las cortinas abiertas.

Al fin me rendí, y llegue a esa puerta metálica con unas cortinas añejas cubriendo el cristal; sabía que había pasado por ahí en algún punto del pasado. El árbol frente a ella también parecía reconocerme mientras movía sus hojas levemente. No sentía mis pies y aun no sabia en donde me encontraba pero no recuerdo haber tenido ni un poco de temor por lo que pudiese suceder. Llego alguien y abrió la puerta, que nos dio la bienvenida con un leve ruido.

Adentro parecían no notar mi presencia. Tengo pocos recuerdos de esa habitación dividida en dos por una leve cortina semi-transparente.
Frente a la puerta una cama matrimonial pegada a la pared se mantenía desordenada, como si alguien a penas estuviera dejando vacío el hueco formado por las cobijas y sábanas aún tibias.

Por fin lo vi, un hombre pasa a mi lado -y no diré su nombre aunque le he reconocido de inmediato-, parece tener prisa y al tiempo que cruza la cortina divisoria me acerco hasta alcanzar a distinguir del otro lado... una mujer camina perezosamente por lo que seria la cocina; un refrigerador, estufa y un mueble de madera opaca con algunos utensilios decoran el  pequeño lugar; la mesa al centro con un plato y todo lo necesario para preparar té, café o similar.

Los colores no brillan ni tienen un encanto especial, ellos simplemente están ahí adheridos a las cosas como condenados a pasar sus últimos días sin pena ni gloria.

Una conversación se deja escuchar. Es muy raro estar aquí, y ese olor dulzón en el aire que empalaga -pienso, al tiempo que trato de entender que esta pasando.
Él busca algo para comer en el enfriador, sostiene un recipiente mientras la mujer señala no tener lo necesario y se detiene, luego camina lentamente y hace una seña de silencio al hombre que la mira con extrañeza.
Como un animal en plena caza sigue mi rastro y quedamos a escasos centímetros; un movimiento brusco me hace retroceder mientras escucho vociferar palabras altisonantes en dirección a mi cuerpo. La cortina se mueve dejando al descubierto aquel cuerpo pequeño, con mirada lunática y pies enfundados en pantuflas moteadas bajo una capa de polvo. Él trata de detenerla, parece demasiado turbada. En un instante la puerta se abre inesperadamente sorprendiendo y haciendo retroceder a la pareja. La luz me llama, casi amanece, no puedo ver nada más que un color pardo brillante.

Despierto sobre mi cama, nadie me acompaña y pienso en escribirlo...



jueves

Muy loca, y...


Te maldigo y te odio; no soporto el pensarte, estar aquí sin ti y esta agonía que se ha vuelto olvidarte.

Maldigo el día que nos revolcamos hasta quedar siendo una masa de piel y dos bocas unidas al caer la tarde.

Maldito el sabor, el placer, las vueltas, las palabras y el éxtasis que aún me ata a una parte de ti.

Maldigo el que no me quieras hacer sufrir provocando una maldita cadena de sinsabores y el candado que has colocado en mis labios -antes dulces sobre los tuyos.

No te deseo nada; que incluso lo malo y perverso de la vida pase a tu lado ignorándote, dejando en ti  vacío, melancolía y esta perdida irremediable de alguien que hoy locamente te maldice pero seguramente mañana te olvide.

miércoles

No eres tú, soy yo...

Estoy muy triste y la razón principal radica en el echo de que no puedo aceptar el comportamiento de una de las personas que más quiero; yo entiendo mis razones y motivos para estar cerca pero no las que él tenga para mantenerme lejos del círculo.

Creo ser lo bastante razonable como para comprender cualquier excusa, historia, motivo o palabra que emita al decirme que ya no me quiere en su vida
-¡bien, que lo diga y me alejo!

Aunque me dolerá; pero siento que sufro más porque su silencio me ata a una idea vana de que algún día decidirá entablar nuevamente la amistad y como siempre estaré ahí para apoyarle, festejarle, consolar o simplemente ser el cuerpo ajeno que le brinda calor con un fuerte abrazo.

Cada día, cada hora lo pienso irremediablemente y me niego a dejar entrar en mí la idea clara y cortante de terminar diciendo "NO" a cualquier cosa que tenga que ver con esta persona; me aferro a las amistades y a pesar de que algunas suelen aprovecharse de mi sinceridad y lealtad no reprocho nada. Trato de entender, siempre entender y a veces tergiversar la realidad para dar más puntos de valía de los que ellos merecen por el echo de que a mí no me hace falta que me regalen nada; excepto la certeza de saber que alguien espera por mi en algún lugar, que soy necesaria e incluso soportable aun y con todo lo que pueda traer dentro y no lo exprese.
Me encuentro confusa y desconsolada; y a decir verdad he llorado un par de veces por la incertidumbre que se cuela en mis madrugadas de largas lecturas, sueños asertivos y este escalofrío en los brazos al sentir cuan alejada estoy de atraer un poco de calma a mis pensamientos. Escribo, lo hago a diario sin lograr encontrar dentro de mi alguna idea de lo que debo hacer para que no duela tanto.

Sé que entre letras trato de despedirme de lo que me afecta y seguir adelante con aquello que me hace feliz  pero aún no estoy lista; y podría escribir todo el día y al final quedaría igual con un montón de preguntas que nadie responderá y mi aferrado comportamiento sobre el tema.

martes

Corre


Mi guarida esta cerrada no insistas más,
la ciudad brilla tras la nube de fantasía ¡Por favor sólo corre...!

Las luces que vez son destellos de esperanza que se van apagando en mi,
corre lejos, piérdete en la distancia y olvidaré que existes.
Sólo por un momento quiero olvidar que alguna vez te conocí,
que te llevas el poco  amor mostrado en mucho tiempo.

Alejate, no lo pienses  mas, la vida nocturna y ruidosa espera por ti.
Yo quiero dormir  y perderme en otro ambiente,
uno diferente a lo que conocemos como realidad; esto que nos absorbe.

¿Y si estamos dormidos y caer es comenzar a vivir?
Sí, caer en un sueño profundo que nos transporte a lo que realmente merecemos
qué quizá por ineptitud u omisión no hemos captado aún;
sin llegar a ser un deseo palpable que pudiésemos lograr alcanzar.

Corre tras tu  vida, vana vida de juventud desperdiciada en presunciones;
hasta que la desilusión pueble tus días y te encuentres en mi lugar,
que algún día fue de otro que logro el sueño eterno,
ese deseo aún no concebido que vive dentro de nosotros.