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lunes

Luz de sirenas



Me encontraba recostada sobre una cama maltrecha de tablas y retazos de madera, materiales que seguramente estaban resignados a desgastarse bajo los rayos del sol y las inclemencias del tiempo, antes de cargar cuerpos cansados toda la noche y quizá la mayor parte del día. Soportar los ruidos nocturnos y apasionados de algunos, las quejas, oraciones y simpladas que se llevan a cabo sobre cualquier mueble que nos brinde un poco de comodidad. Las paredes que me protegían de la fría noche, estaban construidas con tierra y paja; adobes que a fuerza de quedar unidos se resignaron a fundirse unos con otros, no más afortunados que la madera que me soportaba. Me cubría unas telas rasposas y que despedían un aroma añejo y humedad. Me sentía agotada por el recorrido y lo único que deseaba, aparte de otro entorno, era dormir un poco antes de regresar al autobús y seguir el viaje.

Me creí satisfecha al pasar la media noche y el sueño llego a mí lentamente. Unas horas después desperté sintiéndome a un sumergida en el sueño e impresionada por los gritos desesperados de una mujer arrinconada en la habitación, esta se cubría el rostro con las manos mientras levantaba la barbilla tan alto como le era posible, para luego soltar un espantoso chillido. Me tomo por sorpresa y solo cerraba los ojos y los volvía abrir de la incredulidad que me provocaba aquella escena. Por momentos pensaba en salir corriendo pero algo me lo impedía, sentía una especie de nauseas, mareo; y a la vez curiosidad por enterarme cual era la causa de tremendo escándalo, y él porque nadie acudía en mi auxilio.

 La casona donde nos hospedamos no era muy grande y los cuartos contiguos tenían solo unos pasos de separación. En el otro rincón sombrío, opuesto al que se encontraba la mujer, comenzó a vislumbrarse la figura de un hombre colgado con una cuerda muy gruesa y visiblemente rugosa. Me miraba fijamente y el dolor brotaba por sus ojos envueltos en grandes ojeras marrones que parecían lentes de sol. Me sentía acorralada y con un profundo temor por lo que pudiera sucederme. La mujer lanzaba de vez en cuando una mirada a el hombre, esté sólo movía los miembros inferiores para lograr zafarse de su atadura, mientras ella seguía sollozando entre gritos que se sofocaban entre sus manos mientras se cubría el rostro una vez más. Parecía no existir para ella y llegue a sentirme como un intruso, como un jovenzuelo espiando por la ventana, cobijado por la fría madrugada. En cuclillas sobre la angosta cama y cubriéndome con la frazada hasta la nariz, con solo los ojos fuera de está me limite a esperar, aunque en realidad no sabía para que le daba tiempo al tiempo, las cosas no parecían cambiar.

 Algo comenzó a moverse muy sutilmente por debajo de las tablas que me sostenían. Comencé a temblar profusamente de miedo y me recosté bocabajo con las manos sujetas a la orilla de la cama, para usarlas de palanca y lograr bajar lentamente la cabeza para alcanzar ver lo que me acechaba. Mi cuerpo seguía moviéndose involuntariamente y se me dificultaba mantenerme en aquella incómoda posición. La cosa seguía moviéndose y de pronto se escuchó un sollozo lento, parecido al de un cachorro perdido. Por fin alcancé a bajar los brazos y apoyarlos sobre el piso de tierra dura, extendí uno de ellos y aun sin lograr ver algo entre la penumbra bajo la base de madera alcancé a jalar una caja de cartón que contenía lo que me causaba tanto temor, sentía mientras la arrastraba hacia mí que la cosa se retorcía y pensé que antes de verla frente a frente debía buscar algo con que defenderme por si ocurría el temido ataque. La solté de golpe y se tambaleo de un lado a otro, me incorporé y corrí por la tranca que mantenía la puerta cerrada por dentro, era un palo grueso y pesado, suficiente para darle un buen golpe y aturdir aquella cosa mientras emprendía la huía. La mujer y el colgado seguían como si nada los perturbara en su afán por liberarse y seguir llorando respectivamente.

Una vez junto a la cama me arrodille y jale fuertemente la caja con una mano mientras con la otra me alistaba para derribar a la cosa en caso de que me atacara. Mis ojos parecían no creer lo que veían dentro de la caja, fue tanta la impresión que el trozo de madera se soltó de mi mano causando un ruido penetrante y ensordecedor, mientras rebotaba un par de veces sobre el piso. Noté que la pareja me miraba de una manera muy extraña, como si a penas se hubieran percatado de mi presencia y se dieran cuenta de pronto que les robe algo. La mujer se puso de pie, con su vestido desgarrado y los pies descalzos, dio un par de pasos adelante. La cuerda que sostenía el cuerpo del hombre soltó sus amarres dejándolo caer de manera repentina. Ella corrió en su ayuda y se hincó junto a Él para sostener su cabeza sobre las piernas. La cosa que contenía la caja se movía y poco a poco logro deshacerse de la mantilla que lo envolvía. Era un bebé de escasos meses. De piel canela y regordete, cabello delgado y rebelde que formaba una maraña en la nuca. Mientras lo contemplaba me di cuenta que una luz se acercaba lentamente.

Sospechaba que por fin alguien acudía ayudarme. La pareja que yacía en el suelo se incorporó y se acercó formando un medio círculo en torno a la caja. Yo aún estaba arrodillada frente a ella y eleve mi cara para verles más de cerca. La faz que ahora presentaban era de una inmensa tranquilidad, sus ropajes ya no lucían deteriorados. La luz se detuvo frente a la puerta dejándola entrar solo por los huecos entre las tablas de esta. Comenzó el crujido de la puerta al abrirse dejándonos ver la silueta de una hermosa mujer que vestía un elegante traje negro, con piedras bordadas que brillaban al compás de los reflejos de luz del candil dorado que sostenía con una de sus manos enfundada en un guante oscuro de fino encaje. El candil en su interior contenía tres sirenas en tonos azules que sostenían la llama que nos alumbraba. La mujer llamaba con el dedo índice a la pareja que parecía no resistirse.

Me incorporé cargando la caja y acercándoselas para que la llevaran consigo. La mujer beso la frente del infante mientras el hombre sostenía su pequeña mano con ternura. Lo tomaron de la caja mientras esta quedaba con la mantilla sobre mis manos. Lo sostenían como si fuera de cristal y temieran quebrarlo de un momento a otro. Con sumo cuidado se lo cedieron a la mujer que sostenía la luz; esta dio media vuelta y se alejó con la pareja siguiendo sus pasos, uno tras otro cual fila india para luego perderse en la niebla de la madrugada. Yo no sabía si debía informar de lo sucedido, alojarme en otro cuarto, gritar, llorar y así que me derrumbe sobre el lecho para asimilar lo sucedido; en cuestión de segundos ya estaba soñando.

Al despertar mi mente estaba confundida, me parecía todo tan lejano y fuera de  lógica; como un extraño sueño. Me apure en salir lo antes posible y seguir mi camino, al subir al autobús nadie parecía alterado por un mal sueño y decidí guardar para mí la experiencia de aquella noche. Solo a una persona le conté lo sucedido casi al final del paseo de verano. Al regresar a casa y a unos días de mi cumpleaños sonó el timbre de la entrada, era un mensajero que traía una caja transparente con un enorme moño negro, la cual coloque sobre la mesa de entrada para firmar la nota, mientras lo hacía note que una hermosa luz emanaba dentro de ella y me apresure a despedir al enviado. Ahora mientras escribo me cobija la luz de la lámpara que aquella hermosa dama sostenía.

Taun We

domingo

B-day



A veces te extraño tanto que inevitablemente caigo en el agujero sin final que se esconde bajo mi colcha. Me recuesto sobre las sábanas y me dejo ir cuando la realidad sobrepasa lo que no deseo que sea cierto. Es el único lugar donde te tengo solo para mí, eres como imaginé, puedo tocarte y el sentimiento de añoranza se disipa como si nunca hubiera existido. Las distancias no afectan los sentimientos; a veces creo que los expanden, los estiran hasta alcanzar tus manos y rozar mis labios con los tuyos, luego al fundirse viene a mí el sabor a néctar que emana de tu boca, me satisface y empalaga. Después… después me rescata la realidad, te quedas dentro de mí, recostado mientras un montón de polillas blancas te cubren y protegen, guardando la ilusión que abracé un día y hoy intento desvanecer con tu recuerdo.


Taun We

Hay lugares que habitas tristemente


 


Hay lugares dentro de mi cuerpo que habitas tristemente

Tengo recovecos en el alma con tu aroma impregnada

Sueño tu silueta, eres el fantasma presente en mí

Siento tu pulso y me anima desde dentro a vivir.


Extraño tocar tu cuerpo en la realidad absorbente

Me rozas las entrañas todo el tiempo y a veces río

Pienso que habitas en mí porque te siento internamente

Royendo el sentimiento, y matando poco a poco

Las mariposas que insertaste en mi vientre un día.

 

Taun We

Para MiA

viernes

Despedida



En el fondo solo espero que después de que mis manos suelten tu mano me busques. Que el día que deje de entrometerme en tus sueños, cuando sientas que no avanzo a tu vera desees que vuelva a ti, a tu lado y viaje transparente como el agua que empapa los cuerpos por las tardes. Quiero que busques mi música y dejes que se deslice sobre ti; que sientas mis latidos y te acurruques junto a mi recuerdo cada noche. No quiero ser eterna sobre la tierra, deseo tatuarme en tu mente y fundirme junto a tus restos cuando hayas dejado de respirar.


Taun We
19/Nov.

Soñando despierta


Silenciosa, con los ojos hinchados y cubierta por lo único que es capaz de acompañar a los noctámbulos frustrados por no conseguir descansar, la amiga inseparable, la noche que nos deja estar a solas y a la vez sumergidos en cajas de la mente que contienen viejas ideas, recuerdos muy queridos y un sinfín de anhelos. Digamos que descansar por ahora puede ser dejar ir mis sentimientos y plasmarlos en hojas blancas que contrastan con el manto alrededor. Hay deseos ocultos en mi interior y me considero lo suficientemente atada a una vida que nunca imagine, como para tratar de alcanzarlos. Nunca pensé que me pudiera absorber el futuro como lo hace hoy. Deje anclada mi vocación para aventurarme por un camino que me auguraba días soleados y noches tranquilas. En lugar de eso he sorteado en ratos veredas angostas, calles empedradas, bajadas que no terminan y ascensos que agotan el alma. Estoy cansada de no ver el final, de no llegar a un árbol frondoso que me resguarde del sol de la tarde, me brinde algún fruto dulzón para quedar en un letargo interminable.

Taun We

Tanto



Ahora me pregunto cómo es posible que haya llegado a tanto. No sé cómo dejar atrás el pasado y continuar con este presente. Cada día veo tras el espejo a una mujer que no reconozco, no me agrada lo que gritan mis ojos. No sé si volver o quedarme aquí. Tengo tantas cosas por decir y me las guardo porque nunca es el momento correcto. Me siento extraña en cada lugar que piso, es cómo si esta ya no fuera mi casa. Por las noches siento que alguien espera el momento oportuno para llegar. Camino por las sombras de mi errado destino; como si hubiera seguido una línea adyacente a lo que realmente era mi vida, no sé como desviarme de este sendero y caminar por el que tiempo atrás me guiaba hacia una vida sencilla y tranquila. En qué parte del camino deje de ser yo para convertirme en lo que reflejo ahora. Necesito ayuda, necesito que alguien se siente a escucharme y no me juzgue.

Taun We

jueves

Recuerdos húmedos (31/07)



Mm… sigue lloviendo y dicen las noticias que el pronóstico no cambiara mucho este fin de semana. No sé en qué fecha me encuentro, al final es lo menos importante porque el tiempo y espacio es relativo. Nunca nos había llovido tanto y con esta intensidad. Las calles anegadas de lluvia y la gente me parece que no se cree que no pueda lavar ropa, el auto o cualquier cosa que necesite la presencia del sol para secarse y lucir limpio. A mí no me trae ningún cambio el que caiga agua o no, yo hago lo de costumbre y pudiera parecer ridículo pero mis mejores recuerdos están mojados; bueno quiero decir que los instantes más felices que he pasado los recuerdo con el aroma de la tierra mojada, los limpia parabrisas trabajando y la hierba crecida por todas partes. Me hace tanto bien construir nuevos recuerdos sobre los felices cimientos que me sostienen cada día. También está la parte triste porque desde que recuerdo la lluvia ha acompañado las perdidas en mi vida. Recuerdo que justo hace ocho años perdí a zombie, uno de mis gatos más queridos; quizá el que más cariño me brindó. Sé que me amaba como lo hago yo. Era tan lindo y cuando lo conocí solo alcancé a ver sus lindos ojos y su larga cola porque el resto del cuerpo se escondía bajo el manto de la noche. Fue un regalo y permaneció conmigo algún tiempo, no sé decir cuánto porque eso es raro para mí, el tiempo es extraño y a veces no logro descifrarlo y meterlo en los números que tratan de darle un lugar, una exactitud o algo parecido. Por supuesto que perder a mi gato no es lo más feo que he pasado. También perdí a mi abuela materna, un buen amigo, deje la escuela y la soltería. Qué cosa más triste me puede deparar un día llovioso que no haya experimentado ya. Mejor no quiero saberlo, que todo sea sorpresa. Dejaré de escribir porque el cielo amenaza con caerse. Tengo mil cosas que hacer, muchas más que pensar, música que escuchar y horas por dormir.

Tawn We
Julio/2010

Mínima expresión



Después de todo lo que vivo y lo que vive dentro de mí, sin ti, vienen estos minutos de soledad profunda en los que me detengo, a veces me siento plácidamente y otro solo deletreo lo que pasa por mi mente. Algunos son recuerdos, aunque la mayoría solo se limitan a ser deseos de lo que debería poblar mi realidad. A veces digo cínicamente que me va mal o que desearía estar mejor de lo que me encuentro; pero en el fondo estoy consciente de que lo que me rodea es lo mejor para mí por qué aprenderé algo. En ocasiones me siento tan triste. En ocasiones como esta no tengo ningún sentimiento que me inunde el alma y te recuerdo.  Siento tus brazos rodeando mi cuerpo, con tu pecho sobre mi espalda e inmediatamente vuelvo a percibir tu calor y esa ternura al más puro estilo tuyo. Tal vez no te olvide porque no quiero hacerlo. Si de alguna manera doy a entender que sufro por no tenerte, también es cierto que cada día que pasa quiero escribir lo mucho que me das al recordarte. No sé quién eres y sinceramente en contadas ocasiones deseo saberlo; prefiero imaginarte y añadirte o retirarte defectos que al final del día me den ganas de reír o de llorar, no importa, eres el mejor pretexto que tengo para sentir algo. No es un secreto que tal vez y solo tal vez aun te amo, en una mínima parte de lo que realmente abarca esa palabra, lo más comprimida que lo pueda expresar en estas líneas estará bien. Yo solo me quedo con la esperanza de saber que algún día experimentaré hasta qué punto llega el sentimiento, la emoción y el deseo de llevarlo a la práctica en su máxima expresión.

Taun We

Eres


alone-4-1.jpg gothic

“Eres el canto emitido por un ave sobre los árboles, más allá del bien y del mal; canto acompañado de sigilosos pasos que dejan huella en mi corazón. Eres el canto de amor que emite calor, que irradia vida; aun sin tenerte eres el faro de mis noches sin luz, la canción en la radio sin título y el que acompaña mis pasos por calles solitarias.”

Taun We

Tierra Roja Como Sus Labios



Vengo de un pueblo polvoriento de esos que tienen la tierra roja y tan suelta que parece que ni ella quisiera permanece en ese lugar; es como si se trepara a tus zapatos y ropa con el propósito de salir de la línea que la delimita a un solo nombre. Me siento atada a un lugar que no piso hace muchos años, así como me siento cerca de unos labios que no beso hace  tiempo. Las dos cosas me hacen una falta enorme. No puedo creer que se pueda estar tan pérdida y seguir durmiendo sobre la misma cama, yo nunca he pertenecido a ningún otro lugar que no sea ese pueblo olvidado en la sierra. Todos deberíamos volver a nuestras raíces para entonces renovarse y consecuentemente florecer. Extraño tanto al dueño de esos labios dulces que desearía nunca haberlo conocido, seguir imaginándolo como solía hacerlo en lugar de añorarlo y sentir su cuerpo junto al mío en sueños, con un deseo tan real, tan suave como la tierna piel de un bebé recién nacido. La emoción de saber que puede estar en cualquier vuelta de esquina y la desilusión de no encontrarlo a pesar de toparme con el eco de su infante voz me presiona un poco a seguir tratando de olvidarlo.

Taun We

martes

¿Una relación íntima? (Primer blog de mi vida)



Este es mi primer intento de blog oficial, aunque nunca antes se me había ocurrido publicarlo debido a que es muy personal. Ya han pasado seis años y quedo guardado en uno de mis diarios. Ahora que decidí quemar mis textos lo he rescatado y lo añadí a este blog que me ha ayudado a expresar las cosas que en la rutina diaria no me atrevo a compartir. En fin, lo que encuentro en este texto es extraño y hasta cierto punto reconfortante. He sido feliz y también he tenido el lado oscuro de la vida entre mis manos y cubriendo mi realidad; pero al final, solo al final me doy cuenta de lo mucho que poseo, incluida la fortuna de contar con Alex, Sofía, Daniela, Mirna y por supuesto mi madre y hermanos.

¿Una relación íntima?


Cuando empecé a descubrir esto del amor, las relaciones de amigos y novios nunca supe lo que realmente buscaba. Solo quería llenar un vacío muy grande en mi vida. Solía creer que las demás personas lo colmarían y la verdad no fue así. Tuve muchos “novios” con los cuales nunca compartí un sentimiento profundo; ninguno me hizo sentir bien, ni cómoda. Al principio todo era muy… no sé, creo que porque era novedad lo que platicábamos y hacíamos era divertido. Después era lo mismo y terminaban por hartarme y sin más ni más nada nos unía, ni siquiera una amistad.
En el fondo y contrario a lo que aparentaba, nunca creí valer lo suficiente como para creer que alguien pudiera quererme. Fue una época de descubrimientos y la pase bien la mayoría del tiempo. Tenía algo en que ocuparme al mismo tiempo que pensaba en conseguir una beca para seguir estudiando. No vivía en casa y pasaba mucho tiempo con mis amigos. Aun así sentía que algo me faltaba. Después llego la soledad a el lugar donde prestaba servicio como instructora comunitaria; lejos de mi vida normal y en una casa extraña, con personas muy diferentes a mi caí en la depresión, anemia, desconsuelo, pensamientos raros, miedo e inseguridad, y enfermé gravemente haciéndome regresar a casa de vez en cuando para recuperarme y regresar a cumplir con mi compromiso. Todo esto paso en el lapso de dos años y el tiempo seguía su curso; regrese a vivir a la ciudad consiguiendo entrar a estudiar administración, comencé un tratamiento a base de hierro y una buena dieta lo cual me estabilizó físicamente. Emocionalmente fue un cambio importante porque solo algunos amigos entraron a estudiar al mismo colegio que yo, no tuve que despedirme de nadie, simplemente no los volví a ver. Lo siguiente fue aliarme con algunas personas que parecían ser una buena influencia, comenzaban las Vica’s a reunirse. Después de dos intentos por comprometerme sinceramente para casarme y muchos más desatinos amorosos conocí a un hombre ocho años mayor, al principio creí que era uno más, incluso él lo sabe porque en su momento se lo dije. Lo que no mencione fue el gran dolor y temor que traía dentro. Aunque siempre fue evidente porque hasta ese momento estaba confundida, no compartía mis cosas ni pensamientos, era mucho más que reservada e introvertida, a lo más que llegaba era a ser irónica en las conversaciones con mis amigas, la más alegre, revoltosa pero que en soledad no era capaz de emitir una sonrisa. Recuerdo que Alex y yo pasábamos las horas en silencio dentro del coche y nos dependíamos hasta el día siguiente que salía del colegio, él fue un gran apoyo, me acompañaba y trataba de sacar de aquel raro comportamiento. Poco a poco las cosas fueron tomando otro rumbo, Él tuvo que marcharse un tiempo y comencé a extrañarlo, deseaba tenerle a mi lado. Creo que él se entregó a nuestra relación y dio lo mejor de sí cuando simplemente yo lo quería como nunca antes. Él no lo sabe pero es todo lo que deseo en una relación, no digo con esto que sea perfecto, pero nunca nadie me había demostrado tanto amor, paciencia, ternura. El me brinda una esperanza de vida, estoy comprometida y muy decidida sobrellevar los malos tiempos y lograr tener un día mejor cada amanecer; aunque a veces es muy difícil sé que estando juntos todo puede ser posible. 
 Y el vacío que sentía lo estoy llenando, no porque esté él conmigo sino porque me reconozco y quiero más cada vez, los días que paso sola ya no me pesan, incluso los disfruto y me siento más acompañada que nunca. Estoy encontrando la forma y la fortaleza para afrontar lo que sea que venga. Sé que lo único que me va acompañar toda la vida es mi YO interior, aún falta pero por algo se empieza para ser feliz. Y sobre la pregunta lo que merezco en una relación es amor, apoyo mutuo, comprensión, ternura, cariño y no sé qué más decir, en realidad siento que todo lo tengo en este momento. Soy afortunada y estoy agradecida por eso.

12/Nov./2004
Taun We

Fusión

"Y se mezclaron las pieles en el asiento trasero de un automóvil que se mecía al compás que las caricias revoltosas y fuera de todo sentido le marcaban.”



Salió presurosa de su casa ya por la noche, dando saltos en el auto debido a la gran cantidad de baches que la lluvia de la tarde abrió sin piedad alguna. Las luces se contoneaban y ella solo se limitaba a bajar la velocidad y sostenerse del volante con todas las fuerzas que le llenaban su débil cuerpo. Después haber meditado seriamente el salir o no resolvió en que la vida tiene que ser algo placentero, algo que le brinde un poco de brillo a la pálida piel que la protege de quedar al aire libre como una simple alma adolorida y triste. Sabía que no dudarían en llamarla terca, ya lo veía venir, por aferrarse a un amor del pasado, a una esperanza tan sutil y transparente como una bomba de jabón que va y viene con el aire desvaneciéndose en instantes frente a nuestros ojos. Pensó que sería mejor aprovechar la oportunidad de experimentar, que la soledad nocturna por lamentarse no haberlo intentado. Después de sortear  las calles difíciles se dirigió al lugar donde la aguardaba su cita. Ahora todo estaba en suspenso dentro de ella, comenzaba a enfermar y sabía que al pararse frente al cuerpo de aquel hombre todo quedaría en el pasado, y lo que en un momento significaba un engaño, una gran falacia se convertiría en la realidad y dejaría de doler tanto; los recuerdos sanarían la desdicha y la angustia de estar contando una historia que nunca sucedió, que nunca debió de haber ocurrido. Bajo corriendo del auto, le saludo con un beso en la mejilla y expreso las muchas ganas que tenia de verle. Acto después se introdujeron a un auto diferente al que llego y una vez en el asiento del copiloto las palabras no fluían, sentía la garganta obstruida por un gran sentimiento de asombro. Había pasado mucho tiempo desde la última vez y sin aviso alguno salió dentro de ella ese sentimiento que nunca perdió color, que nunca se fue. Se reconoció en su mirada y todo cobró un sentido, encontró el porqué de lo que antes se atrevía a etiquetar como “intransigencia”. La voz dentro y fuera de ella se fue aclarando y aparte de alguna que otra confusión no tuvo que mentir porqué ahora el sentimiento resurgió autentico. Aunque no quería pasarse de presuntuosa siempre supo que era correspondida, lo pudo sentir en el primer beso de la noche y en las muchas caricias que vinieron una tras otra haciendo mecer el carro al compás que estas marcaban. No distinguió cuanto de lo que sucedió fue amor y cuanto deseo. Parecía nada importar, como si no tuviese historia y el futuro no representara un temor palpable. La soledad, la muerte y el dolor se escondieron tras la oscuridad de lo que sucedía en aquellas sombras; mientras la radio sonaba en una estación de canciones románticas y el locutor se aventuraba a dar consejos sobre relaciones de amor muy ajenas a él, sonando complaciente en cada uno de ellas.  Cuando todo termino, la ropa y la bufanda que la protegía le brindaron el calor que había perdido en el interior de aquel compacto mientras pensaba en algo que decir, tal vez una frase linda que confortara a su acompañante, o un recuerdo chistoso que ambos guardaran de sus largas noches juntos; pero a cambio de eso solo dio indicaciones sobre cómo llegar a casa cual si fuera un sitio de taxi, un señor desconocido y no volvió a mirarse en lo profundo de sus ojos marrón. Cuando todo se volvía incómodo hurgo en su bolsa sin cesar buscando las llaves en el fondo lleno de cosméticos, plumas, celular, dulces y medicamentos revueltos. Al estar frente a la entrada de su casa jaló la palanca para activar la puerta y mientras está abría intento verle, pero ya era hora de bajar y sólo acató a decir “Gracias”. Qué linda palabra, encierra todos los sentimientos y a la vez es tan medida que no empalaga. Al entrar a casa se percató de que no dejo abierta de la posibilidad de otra salida, conversación o café posterior. Había pasado tantas veces por lo mismo que el tiempo ahora no representaba mucho, él va y sigue su curso dando las mejores sorpresas cuando no se espera nada, cuando ya no se le toma tanto en cuenta.

Ahora solo se pregunta una vez más como se olvida, en que caja en su interior estaba oculto tanto amor para devolverlo a su lugar y seguir ¿Cómo puede ocultar de donde es, a quien pertenece?

Realmente quiere que todo perdure...

Taun We
15/Octubre/2010

Recordando/Olvidando



Hemos llegado a un punto donde el recuerdo y el olvido se entrelazan. Igual que las manos en señal de oración bajo las estatuas pesadas que aguardan nuestras plegarias. No entiendo si eres un recuerdo real o un olvido inconcluso; o serás ambos, tan íntimamente ligados bajo las sombras, que no distinguimos en qué lado del camino nos encontramos.

No deseo que seas siempre un recuerdo, uno de esos que conservo a pesar de que los sinsabores pierden acides y termino recordando las virtudes expuestas y renovadas. No quiero olvidarte porque cualquier tarde lluviosa estaría en peligro de repetir nuestra historia, seguir nuestros pasos y recordar tu sabor sobre otros labios tiernos, nadando en un sinfín de infantes alucinaciones. Tal vez se calienta un poco mi memoria al tiempo que se enfrían mis recuerdos sobre ti.

Taun We

Pócima de desaliento



En una capsula se encuentra la razón de que siga de pie. Se comprime tanto mi vida, al igual que el contenido del medicamento que avanza por mi organismo inyectando un poco de vitalidad en cada célula y tiñendo de rojo mi decolorada sangre. Estos días de convalecencia me han resultado frustrantes; empiezo a notar que las personas me tratan como si fuera de algún tipo de material frágil, he olvidado el errado orgullo que me acompañaba, siento que las personas pueden ver lo que habita dentro de este cuerpo, como si mi carne se hubiera vuelto transparente. Perdí la capa que me cubría y ayudaba a dar una apariencia de fortaleza y estabilidad. Las cosas se han tornado un poco difíciles, y no sé si es porque a casi un mes de haber contraído este virus no logro recuperarme del todo y resulta un tanto enfadoso para las personas que me rodean. La verdad es que en ratos no tengo ánimos de salvarme; creo que no tengo mucho por que seguir y me enfrasco en un estado anímico que solo me lleva a dormir sin soñar, aun escuchando lo que gira, suena y se mueve a mí alrededor, no siento deseos de abrir los ojos. Aun estando despierta no logro imaginar un futuro lejano en mi vida.

Taun we

Paredes













Es muy triste darme cuenta de que tengo todo para ser feliz y sin embargo veo las cosas  como a través de un cristal de aparador. Se ve todo tan bonito, limpio y en su lugar que las personas que recorren las calles aspiran a tenerlas con la firme idea de que estas consolidaran su felicidad. Yo me he dado cuenta de que al llevar a casa todo lo que deseamos no es, en muchos casos, lo que nos encamina a alcanzar lo anhelado. Sé que el problema está en mí, y mi familia merece un mejor futuro, uno donde yo me integre a su percepción de la vida, donde pueda disfrutar estando dentro de la tienda y no solo del otro lado de la pared transparente que me separa de todo lo que amo.

Taun We


Kafkiana


Hace unos días salí a pasear con un grupo de amigas y algunas conocidas. No tenía muchas ganas de ir porque justo esa noche había planeado estar con mi pareja. No me gusta quedar mal y accedí a ir. Nos vimos alrededor de las 10:30 en despoblado, por supuesto que nos fuimos en el carro de Dani. Ya saben, lo de siempre y cuando estábamos viendo videos en uno de los celulares me hice para atrás, hasta quedar espalda contra el carro.
Tomaba cerveza de vez en cuando, la noche estaba algo fresca, parecía no pasar nada; hasta que sentí un piquete en la pierna, a la altura del muslo y por reflejo me toque rápidamente el lugar por encima del pantalón. Logré atrapar en el momento al insecto que se metió por debajo de esté y me lastimó. Lo tenía entre la tela del pantalón, sentía como luchaba para zafarse; me dio tanto coraje que presioné al mismo tiempo que escuché como trono entre mis dedos causándome una gran repulsión. Obviamente estaba asustada y me apresuré a subir mi ropa para ver el daño; sentía algún tipo de bochorno por lo acontecido.

Nunca me percaté de que solté al bicho y debía haberlo conservado por si las consecuencias eran mayores. Avancé hasta alcanzar uno de los cartones de cerveza que descansaban detrás de otro automóvil, me senté y comencé a frotar el área afectada. Para ese entonces mis amigas ya se habían dado cuenta de que algo pasaba. Conté el hecho y las recomendaciones no se hicieron esperar: me dijeron que bañara con la cerveza el área afectada; lo cual sinceramente hice porque la comezón empezaba a fastidiarme, además de que el frío del líquido bajaría un poco la inflamación. Otra dijo que pese a sus muchos estudios (lo cual creo ya que es mucho mayor que todas) lo mejor era poner una leve capa de fango y esperar. Me da pena, pero si lo hice y por supuesto la infección estaba latente pero también sentía que me quemaba la piel la brisa que corría en el momento, no sé si fue lo correcto (seguramente no) pero el lodo me causo alivio y tratamos de olvidar el tema; mas ellas que yo porque realmente estar ahí sentada y con la incertidumbre no era como para poder olvidar el hecho.

Esperamos un rato, no por seguir la fiesta, sino para ver como evolucionaba la situación respecto a mi pierna. Una hora más tarde nos despedíamos mientras buscábamos la canción correcta en el reproductor para salir a carretera rumbo a casa, las demás siguieron la velada.

Escuchar nuestra música también me conforto hasta que la llave giró en la puerta principal de mi casa y la empuje haciendo el mínimo de ruido para no despertar a nadie. Aunque no era tan tarde no quería incomodarlos. Corrí al baño, lave mi piel adolorida, note que estaba llena de residuos de la tierra que use como compresa y me vestí para dormir. Tome agua y coloque una capa de hielo sobre la mancha rozada llena de ponzoña en mi piel, se derretía cual si lo hubiera puesto sobre un comal caliente.

Esa noche no dormí nada bien y el día siguiente estuve llorando todo el día por mil motivos. Luego soñé cosas extrañas y desperté con la idea de que realmente debí haber conservado el insecto por si me pasaba como a Peter Parker o peor aún como al personaje de Kafka; que tal que convertía o adquiría habilidades del agresor. No deseaba convertirme en una cosa rara, en un pinacate por ejemplo. Andar parando la cola para defenderse no debe de ser nada agradable. Eso me da risa, conozco a algunas personas que sin llegar a verse como insecto hacen justo eso cuando están en problemas.

Aun me duele la pierna, ya no he llorado tanto porque es una exageración, todo es una ampliación de la realidad y si le hubiera pasado a otra persona cercana a mí seguro ya no tendrían la sensación de pasitos sobre la piel en la noche. Igual si me veo sumergida en una metamorfosis no dejen de llamar, leerme y por supuesto visitar mi casa, prometo no morderlos (muy fuerte). No puede faltar una moraleja, creo que esta seria primero: Si no tienes ganas de hacer algo, pues no lo hagas y ya “No pasa nada” y segundo: Si te llega a picar algún animal (del tipo que sea, dos o más patas) consérvalo por si las consecuencias son mayores a un leve malestar o por si te gusta vuelvas a echarle “una mano” encima.

Taun We

Que rico es soñar (#05)


 
Que rico soñar con una persona que hace tiempo no ves y a la cual extrañas mucho, despertar con esa sensación de cercanía es una de las cosas que agradeces y te llenan de energía. Después de todo lo que tenemos que pasar a lo largo de un día es reconfortante saber que dentro de nosotros se encuentran estas chispas de emoción que nos pueden trasladar a situaciones o momentos fantásticos que deseamos que pasen o se vuelvan a presentar. Siento como si lo tuviera junto a mí, tengo engrandecido el corazón de solo recordar lo que se siente estar a su lado y conversar, pelear, abrazar o simplemente verle a los ojos. Por momentos pareciera que aun conservamos este lazo invisible que une a los amigos; a esos buenos amigos que te dieron su apoyo en los momentos más difíciles.
La distancia nos separó hace años, lo cual inevitablemente me hizo perder su pista y ahora sin más ni más aparece de nuevo esta necesidad de tenerle cerca. Yo paso por un buen momento en todos los aspectos y me encantaría compartirlos con él. Nuestra amistad esta plantada sobre tierra muy firme y realmente no tengo idea de donde se encuentre, pero estoy segura que de vez en cuando se pregunta dónde estoy; tal vez él también amanece con la sensación de que estoy a su lado como me figuro que lee mientras escribo en su honor y solo por lo mucho que me conmueve.



“One night a day”
Taun We

Confundida



Volví a perder la razón. Esta mañana mientras trataba de hacer lo de costumbre me sorprendí pensando en tu silueta. Por un momento me invadió una tranquilidad muy confortante pero luego desee tenerte cerca y mi entorno perdió sentido. Aun se me mueve la realidad por instantes y aunque he logrado controlar la mayoría de mis impulsos reconozco que mis sentimientos son indomables. Si me preguntarán en que he perdido el tiempo diría que tratando de ser una persona normal, una de las más corrientes personas que caminan por las calles. Hace tanto que no escuchas mi voz, en cambio yo  no puedo olvidar la tuya, es como si estuvieras en el aire renovando la esperanza de encontrarte. Cada día estoy más cerca de tenerte frente y me inunda un miedo enorme. Tengo algún tipo de deuda pendiente contigo.

Taun We

A tientas (#39)

 
Se retrocede con seguridad
Pero se avanza a tientas.
M. Benedetti


 
Él sonreía detrás de la barra mientras los destellos emitidos por la cámara lo rozaban mínimamente, ella intentaba captar su mejor ángulo y quedárselo, era la manera que por lo pronto encontró para tenerle cerca. Los minutos pasaban rápidamente al compás de la estruendosa música que envolvía el lugar. La luces neón rayaban la piel de las personas que se contoneaban y sonreían a las inesperadas miradas que se posaban sobre cada una de ellas. Vanidades y mentiras flotaban en el aire mezclándose con el olor a tabaco de los más rebeldes. Mientras tanto el licor iba y venía sobre charolas por encima de indecisos que detenían su marcha formando un caos camino al tocador. Me encontraba detrás de una mesa pequeña y alta que sostenía una decena de cervezas ligeras, debo aceptar que me uní a los rebeldes cuando no lograba sacar de la música la chispa de placer e euforia que me da al asistir a este lugar. Nos levantábamos y bailábamos sobre nuestro lugar continuamente, el collage de matices sobre las notas que taladraban nuestros oídos nos invitaba y en ratos nos desalentaban a seguir moviéndonos con los brazos al aire mientras el cabello seguía su propio ritmo. Nos salimos del antro mucho antes del final sin lograr nuestro acometido. Mientras buscábamos un lugar donde saciar nuestro apetito me vi reflejada en las ansias contenidas dentro de una de mis acompañantes, impaciencia por retener algo que no nos pertenece, esa angustia que nos absorbe poco a poco al no conseguir lo deseado.
Llegamos a creer que podemos manipular el destino y nuestro entorno a conveniencia formando castillos en el aire, construcciones que al toparse con la realidad se derrumban frente a nuestros ojos causándonos desilusión y esas ganas de maldecir, renegar de nuestra suerte.
Aprendí, a base de sobrellevar varios duelos y fracasos, algo muy simple, algo que de ponerlo en práctica nos lleva a un estado de tranquilidad, nos mantiene en el área de salvación; donde puedes avanzar o regresar si así lo decides. Mantener la calma y aceptar, no resignarnos, solo estar conscientes de que todo tiene su lugar y su tiempo y no forzar situaciones que a la postre nos pueden traen más problemas que beneficios. Los deseos se vuelven realidad cuando se ven cobijados por la perseverancia. La vida no se basa en fórmulas mágicas, la historia nos enseña que no tiene final, aun cuando ya no estemos para verla pasar ella sigue y mientras plantemos cosas buenas, pensamientos y actos basados en el amor, en cualquiera de sus formas, permaneceremos por encima de esta. Si deseas con todas tus fuerzas algo y no se concreta, no tiene que ser motivo de desaliento, mientras respires existe la posibilidad.
A mí me parece muy sencillo porque ya recorrí ese camino, pero fue difícil entenderlo; aún lo es cuando me invade la inseguridad. Sobrellevar una pena tan grande es mejor cuando nos encontramos rodeados de personas que nos quieren y aunque sea un tanto molesto escucharlas; son las únicas que pueden decirnos como se ve el panorama desde afuera, sin sentimentalismos y siempre protegiendo nuestros intereses, buscando el bienestar que todos merecemos disfrutar. Dejémonos guiar y no avancemos por la vida a tientas, al menos no si tenemos quien nos tome de la mano para aligerar el paso.

Para mi hermana más cercana, por supuesto con mil de cariño y un extra por si hace falta.

Taun We

Antes no



No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto, puede que un soplo de vida se cuele en mi organismo y olvide lo muerta que he quedado sobre la alfombra.
No susurres mis letras cuando sepas que he muerto. Al escucharlas, después del tiempo transcurrido, posadas sobre tus carnosos labios pueden atraer una brisa fresca que me recuerde la sensación de tenerte junto a mí en aquellas tardes lluviosas que nos brindábamos calor.
No le digas a quien te acompañe quien fui o que persona intente ser. Guárdate las anécdotas porque buenas o malas pueden traer sobre ti la maldición de volverme a la vida en sueños fugases que te recuerden lo errado de nuestras decisiones.
No pronuncies mi nombre frente a mi lecho de madera y telas lisas; no estaré consciente de mi inesperada muerte y al oír tu voz llamándome será como morir mil veces.
No lo hagas, nunca lo intentes. No pronuncies mi nombre. Ya no estaré para escucharte, ya no tendré la puerta abierta de regreso… No podré volver a besarte.
No sentiré calor, ni simpatía por tus actos desesperados de perdurar sobre el tiempo. No estaré cada día para esperar lo que antes de mi muerte no será.

Taun We

lunes

Utopía

Quisiera empezar diciendo que lo recuerdo como un triste fragmento de mi vida, y podría hacerlo si me propusiera contar un par de mentiras, pero no es posible porque me parece tan lejana su silueta frente a la mía que por fin el tiempo comenzó a cicatrizar las heridas y borrar los sinsabores que dejó tras de sí la separación. Creo que lo he olvidado como olvide cuantas veces caí de infante. Es una herida vieja que cuando menos lo espero duele, solo un poco. No quiero decir que lo he superado del todo, pero si quiero dejar claro que ahora no duele tanto. Puedo gritar su nombre y no corta mi garganta, puedo verle a lo lejos y me causa una leve alegría que se asemeja mucho a ver tras la lluvia un brillante arco iris. A veces un flash back me remonta a nuestros días juntos y escondidos tras los árboles, sobre la tierra con olor a llovizna, a vida, a esperanza y eso blandea mi alegría por un momento y luego regreso a la realidad. Lo extraño por un segundo para luego despedirlo tan pronto como aparece. Una madrugada cualquiera sé que me lo toparé entre sueños y será como si nos hubiéramos equivocado de frecuencia y seguiremos por nuestras ya delimitadas líneas paralelas.

¡Se olvida tan a prisa! En el fondo me da miedo verle a los ojos y no recordar su nombre.



Taun We

Todo suele pasar en abril

…Pues que puedo escribir que no haya deletreado ya, me siento enferma. Escucho a Sabina, mi papá está de visita en casa, voy a resfriarme y pues eso es todo lo que ha pasado, este mes se me hace eterno. El corazón está un tanto vacío, lo comprendí cuando en una semana mencione dos veces a diferentes personas que estaba contenta por no sentir nada especial ni grande por nadie, no me amargue ni nada de eso, es sólo una temporada tranquila y aunque reconozco que me hace falta no moriré si nadie llega ¡Que cursi soy! en realidad es una recaída más, no dije que no las tendría. Aún sin ser adicta a drogas, alcohol, pastillas o cualquier otro distorsionador de la realidad (excepto más que a una mala idea de las cosas) me he sentido muy mal, traigo una cruda moral impresionante. Perdí lo poco de lista que me reconocía ante el espejo, no coordino muy bien desde el día en que caí de la escalera en el patio de mi casa, estuvo horrible, pasaron algunos días desde que mi cabeza literalmente quiso probar la boca polvosa del cemento (¿Qué otra boca puedo probar?) tal vez eso influye en mi comportamiento ¡Ah! Es un pretexto MUY malo. Estoy en recuperación y abril no apresura el paso. 

Taun We

¿Quién me ha robado el mes de abril?



Es un día más que rutinario y normal, desearía estar en otro lugar, lejos, muy lejos de todas las personas que conozco y que me conocen. Ya han pasado varios días desde el momento en que todo se nublo y la tristeza se abrazó con más fuerza a este cuerpo que aún está vivo, pero que en el fondo y aunque no lo diga desea no estarlo. He tratado de erradicar de mis pensamientos esta idea de destrucción, deje de escribir casi doscientos días y solo lo hago porque en cuatro días voy a cumplir un fecha importante, espero pasarla lo mejor posible y de una vez por todas dejar que se disipe para seguir; me urge una nueva idea de mi vida, replantear las cosas y apreciar lo que aun poseo. Obviamente no me pinta bien económicamente y emocionalmente se puede decir que no pasa nada, ni frío ni calor se guarda en mi corazón; si acaso una vaga idea de lo que pudo significar estar enamorada y creer que aún lo siento, lejos de ser lo que era sigo viva, esa es una buena forma de celebrar las fechas importantes, al menos para mí es un alivio saber que al fin empiezo a sentir el cambio de clima; en pocas palabras y resumiendo, comprendo que el año pasado no  llego la primavera y sin embargo no morí de hipotermia. ¡Ah! ¿Ven a lo que me refiero? Aún tengo mucho que aprender sobre estar consciente de que las cosas estarán bien mientras lo sienta así.


500 días sin ti.
Taun We