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Mostrando las entradas con la etiqueta Zombie. Mostrar todas las entradas
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viernes

Despertaré mil veces







¿Por qué experimentamos dolor constante? 

En qué momento dejamos entrar hasta lo más profundo de nuestro ser la semilla de la duda que germina soledad. Falta de acompañamiento constante aun estando en tu círculo y "contenida".

Me preguntó en qué lugar recóndito y oscuro nace la angustia que nos hace reconocer que siempre hay un mañana, siempre... Quizá no el esperado, no el despertar soleado y energético que te impulsa y te mantiene a salvo de esa perra brava que vive en los rincones acechando para caer sobre tu cuerpo, entrar en tu mente, fecundar desolación.

Justo hoy la siento dueña de mis emociones y aún así me permite escribir. Es una maldita que abre los ojos; amplía la visión, te das cuenta que en los peores momentos, terminales de autobuses, hospitales, cárcel e incluso con el corazón roto; sin los que dijeron acompañarte, no tienes a nadie más fiel. Perra tenías que ser, maldita soledad, como el mejor amigo del hombre. Hoy comprendí que cuando el barco se hunde las ratas huyen primero. Y quién las necesita, solo son eso: Estúpidas bolas de pelo que viven a costa de los demás, propagan enfermedades y al final, por la noche cuando la quieta calma lo cubre todo, en sus sueños o desvelos se reconocen como tal, se sienten más solas, vacías, amargadas y tóxicas por tanta mierda que esparcen diaria y sutilmente. 

Siempre hay un mañana, después de todo, quizá se sientan como mil mañanas antes de despertar en tus brazos y tener a la fiel mascota para cuando necesitemos tiempo fuera, vamos a ser solo dos y jalaremos la cadena del retrete que la vida nos regala para expulsar lo que sobra.



Taun We / 2018 ---->




lunes

Más gato


Era la mejor parte del día, despertar con su rostro escamoso a mi lado, sentir como su apenas naciente barba raspaba mi piel al pasar de una mejilla a otra, luego a la frente para dejar un beso, besito frío con sus grandes labios carnosos. Después de eso no volvía a verle, era como si de una u otra manera se las arreglara para desaparecer hasta altas horas de la noche. 
Quizá de haber sido más gato hubiera preguntado el por que de aquella distancia tan marcada ¿seria el sol lo que le afectaba?
La cosa era que al principio no importaba mucho, me daba igual su vida y su andar lento me decía que no iba muy lejos. Luego me pareció sospechoso que aquel chico, me moviera los sentimientos al tiempo que la curiosidad fluía.

Sangre (Alguien dijo)



Uno piensa que le teme a la sangre, supone que es del todo incompatible con cualquier fechoría de corte sanguinario, y cualquier día de éstos se descubre a merced del vértigo sensual de la crueldad, donde la sangre es solo uno más de los fluidos cuya derrama hace gozar al cuerpo.

-Puedo explicarlo todo

martes

El loco -sin pies ni cabeza- que vive en mi.



Todo ese silencio para mi -pensé- y me tumbé quedándome dormida en un segundo. Una lágrima corría por mis mejillas y recuerdo perfecto su rocé al bajar lentamente. Aunque no encuentro motivos aparentes o que pudieran valer la pena debo admitir que de un tiempo para acá lloro a la más mínima provocación. En el fondo, en lo oculto de mi hay algo que falta, la pieza que no encaja, el "te lo dije", pfff... ese "no me dejes, quédate". Lo que más puede doler... "y, si hubiera..."

No todo va "tan" mal, es verdad que una hebra sale de su lugar pero a quien no le pasa. Un pendiente inalterable, un esperar constante, un no se qué que me mantiene alerta y este hueco intocable que me regalo el destino.

Galimatías, la vida es eso... brincar de acá para allá a merced de no se que diablos. Marcharte y jurar que no regresas para "¡baaam... lo mismo de siempre!

Lo sé, lo sé, la mayor parte del tiempo no me entienden nada, es confuso.
Tratar de acomodar las ideas si que puede ser un complique. Y pegarlas aquí, teclear, una imagen "bonita".
Un querer aparentar lo madura que soy, y peor aun serlo sin consentimiento propio pero que más da, la vida es así y todos tenemos una pizca de loco.


viernes

Eso

Quería decir en un a frase lo que significa para mi, y llenarle las manos de algo... no sé, nunca encontré "eso" realmente valioso para depositar entre sus dedos, y de las palabras que formarán la frase, ni mencionarlas.

 Todo era limitar, dejar incompleta la idea, cortar de tajo un sentimiento que siento incalculable. La riqueza que pueda poseer no alcanza para obtener un minuto de su tiempo. Como comprar tanta belleza, su sonrisa y esos ojos observándome...


domingo

Un poquito peor



Es verdad que el mundo, la realidad y en general la vida se vuelve lo suficientemente horrible que ni siquiera osas asomarte a el espejo en tu habitación, prefieres seguir despeinada y agrandar la fealdad de tu entorno.

Te pudres lentamente, primero el corazón -una partecita- y el costado derecho, la espalda y...como no, tus parpados parecen caer más y más bajo cada día. Por fin descubres que has amanecido sin un pie -ese que esta tendido sobre la cama inmóvil-; y mientras intentas volverlo a su lugar caes en la cuenta de que después de todo perder un par o trío de dedos es incalculable. 

Pero como la vida ya es lo suficientemente horrible sigues sin llorar, no sea que de hacerlo las cosas se pongan un poquito peor.

viernes

Lo único

Constantemente me pregunto hasta que punto se puede estar cansada; quizá hasta la muerte y más allá aunque me niego siquiera a considerar la idea de averiguarlo.  

Estoy sentada, con el cuerpo destrozado y el alma marchita... estoy, sigo, camino sin avanzar y me gasto la vida, que al final es lo único que poseo.

Oyente Comprensivo / Alguien dijo V




"Las cosas más importantes son siempre las mas difíciles de contar. Al formular de manera verbal algo que mentalmente nos parecía ilimitado, lo reducimos a tamaño natural. Todo aquello que consideramos más importante esta siempre demasiado cerca de nuestros sentimientos y deseos mas recónditos. Y a veces hacemos revelaciones de este tipo y nos encontramos con la mirada extrañada de gente que no entiende nada en absoluto lo que hemos contado, ni por qué nos puede parecer tan importante. Creo que eso es precisamente lo peor, que el secreto lo siga siendo, no por falta de un narrador, sino por falta de un oyente comprensivo." 

Stephen King.

jueves

Estupidez de una tarde de calor



Se aprende a vivir con y sin todo, con las envidias, con la mentira, los orgasmos y las estaciones que vienen y van; los inviernos parecen largos hasta que llega el verano y te sofocas. 

Aun no acabas de llorar la última mascota y llega una nueva. Te enamoras como la primera vez y te acostumbras para que luego se vaya también. Yo no me acostumbro a los besos pero después de tanto tiempo creo que no atán, ni los arrumacos, ni las caricias, el amor no une sin embargo las sonrisas si amarran, son una enredadera difícil de cortar.

Hablemos del dolor, es tan de mí que realmente casi olvido mencionarlo, ese maldito que te hace fuerte y se pega a tu piel como un bicho raro, y al final terminas aceptándolo, amándolo porque es el mejor indicativo de tu felicidad, cuando el se va eres feliz, estas bien al menos... un descanso -piensas-, luego vuelve y parece nuevo porque duele aun más profundo, corta y muele tu piel pero lo soportas, lo abrazas como a un niño perdido; es tu enemigo y prefieres tenerle cerca, monitorearlo; saber en que punto va a tomar fuerza y cuando va a diluirse para darte una tregua.

Yo digo que se aprende a vivir con nada teniéndolo todo, se aprende a vivir muriendo, a reír llorando y llega el punto en que no sabes si lloras de alegría o de dolor pero al final lo haces como un buen desfogue porque la vida sigue y aprendes también a vivir con eso aun después de haber intentado no hacerlo más.

Se aprende, se saborea, se plasma, se advierte y aun así avanzas. Se gime, se grita y pateas, se canta, se aguanta... y al final, sin saber por que te mueres.

martes

Perdóname

Hoy al leer esas viejas letras -únicas- que me enviaste, es que me doy  cuenta que realmente me querías; aunque yo te amaba con todo el corazón no supe comprender que en esas líneas intuías o al menos tratabas de ver el futuro. 
Ahora que no queda nada de nosotros sufro, y lloro porque debí comprender y mantenerte a mi lado como el gran amigo que siempre fuiste. Incontables ocasiones me disculpe, te pedí perdón por todo y mi insensatez, creo que es el último que puedo ofrecer y el más sincero, perdóname.



sábado

Otro buen hijo (Por Sabina)

Muchas veces cuando lo pongo en el asiento trasero del auto, a un lado de mi hija para salir a pasear o visitar a la familia, siento que soy aun más extraña de lo que seguramente cualquiera que me conoce o lee espera; pero a mi favor debo decir que esta sequía amorosa en mi panorama inmediato me a dejado por experiencia que quizá si sea loco querer como yo lo hago a esa bola de pelos; que con una mirada me gana y me da cuenta de lo que hace falta para que se tumbe a mi lado por largas horas, ronroneando de vez en cuando mientras imagino que solo desea hablar para decir gracias, un te quiero o yo que se... me encantaría saber que es lo que piensa, que siente y que daño le hago al tenerle tan cerca por largos días y luego cuando me vuelvo mucho mas que egoísta y me voy por horas lo dejo en el cuarto de lavar con sus provisiones pero sin una explicación de porque desaparezco. Ya casi logra abrir un huequito en la malla mosquitera de la ventana que separa mi  aparente maldad y la soledad que le impongo de la libertad que el merece tener pero que por obvias razones no me atrevo a brindar. Justo hace un mes casi lo pierdo por descuido.

Eran al rededor de las cinco treinta de la tarde de un día cualquiera, mi hija y pareja salieron a comprar algunas cosas para sentarnos a cenar y por antojadiza he abierto la puerta de repente sin percatarme de que mi gato a logrado ser rápido y escapar para seguramente seguir  a los recién "idos". No me escucharon pedir un paquete extra de galletas y como dí por echo que volverían en corto tiempo he dejado a Sabina juguetear un rato con las plantas -eso creía-.
Algunos minutos después veo a mi bola de pelos detenerse justo a mitad de la calle, no había ningún vecino cerca que de pronto se apura a regresarlo sano y salvo a casa. La ventana cerrada, yo en silencio y queriendo gritarle que se mueva pero en ese breve instante un automotor en color rojo -jamás lo olvidaría- lo enviste golpeándolo con la llanta delantera del lado izquierdo y haciéndolo caer justo en el centro del mismo; aun en movimiento  mi gato asustadísimo se apura a escapar sin percatarse que obviamente faltan dos ruedas que librar y sin  lograrlo el neumático  trasero lo hace girar a su compás  mientras yo seguía petrificada y sin expresión alguna. Fue una total pesadilla verlo girar al tiempo que la llanta y por fin cuando fue expulsado note como aun se movía. En realidad solo las patas delanteras podía controlar levemente mientras las traseras solo le siguieron como un pollo destazado en la carrera extraña que emprendió rumbo a la puerta trasera de la cocina. Por fin me moví y abrí la puerta lentamente esperando lo peor y ahí estaba él con la mitad de su cuerpo prácticamente aplanado, sin movimiento y con unos jadeos horribles y esa mirada de terror que no conocíamos. En realidad no se si lo tome en brazos o el entro y se quedo tumbado en la entrada mientras maullaba pidiéndome ayuda; intente decirle algo, quería regañarlo, llorar, salir corriendo pero sentí miedo de lastimarlo aun mas... lo deje recostado llorando quedito. Me asome por la ventana, note que mi hija y esposo se acercaban conversando.
Me senté en la sala a esperar y cuando por fin sentí que se abría la puerta, con las manos sobre mi rostro -aun desencajado por lo ocurrido- comencé a llorar. Me preguntaron que paso y no podía decir nada mas que: "Lo atropellaron, me lo atropellaron" y apuntaba bajo la mesa hasta la puerta. El llanto y lamentos no se hicieron esperar y aquello se volvió un caos. No recuerdo claramente pero de pronto me vi tratando de examinar el cuerpo de trapo que parecía tener mi Sabina y comenzó a resollar y la sangre broto por su hocico desencajado por el enorme dolor. Le pedí a mi esposo retirara a mi hija a su recámara porque no deseaba que guardara aquella escena para alguna pesadilla posterior. Me apresure y traje una caja de plástico de esas donde acomodan la fruta, le coloque varia capas de periódicos y tome a Sabina con mucho cuidado mientras sus lamentos eran cada vez más lastimeros - yo no podía dejar de llorar-; sentía un enorme vacío en el cuerpo, quería hablar y no podía, me sostenía de las sillas, de la mesa, de cualquier mueble que estuviera a la mano para no caer derrumbada. El llanto de mi hija se escuchaba también por toda la casa mientras su padre le hablaba quedito  tratando de consolar lo más posible pero inevitablemente terminamos en un solo llanto; ya nadie se contuvo porque mi gato respiraba con dificultad, la sangre espesa seguía saliendo por su hocico que mostraba los dientes y encia...


Pasaron minutos largos en los cuales rogué con toda la fe negada que muriera por favor, que el siguiente respiro fuera el ultimo, que dejara de verme con esos ojitos verdes que me pedían ayuda desesperada; me anime a cubrir su rostro con lo primero que tuve a la mano pero el nunca cedió y me volví a tumbar en el piso a su lado. En ratos acariciaba el poco retazo de piel que parecía no dolerle y pensaba que era muy cobarde por no poder matarlo.

Me aleje, lo pensé un rato y pedí a mi pareja que lo hiciera por mi pues era ya demasiado tenerlo en un dolor constante y sin la posibilidad de moverlo a que alguien con mayores conocimientos le ayudara a bien morir. En realidad no tengo como describirlo pero era  casi imposible que lograra sobrevivir... solo las patas delanteras y la cabeza tenían algún tipo de movimiento lo demás era solo una masa que arrastraba cada vez que intentaba girar o estirarse forzado por el dolor para expulsar un chorro de sangre espesa y con una textura similar a la goma de mascar aun dulce. Ninguno de los dos logro terminar con el suplicio del cuarto miembro de la familia y debo señalar que me parece el mas comprensivo y cariñoso de todos... Nos despedimos con cariño aun llorándole.

Me alejaron de la caja y me tumbé a llorar sobre la cama en mi habitación. Mi hija que  termino dormida por la pena y el consuelo de su padre. Yo no tuve consuelo, ni ánimos de dormir así que me colé a hurtadillas nuevamente a  la cocina y me senté a un lado de la caja donde eran ya casi imperceptibles los lamentos. Opté por abrigarlo y esperar tomada de su pata el final. En ratitos elevaba alguna plegaria muy sentida, otros tantos no podía mas que sentirme culpable y reprocharme el descuido, pensar que estaba soñando y que despertaría, el estaría ahí dormido placidamente sobre mi y todo seria como horas antes.

Nada cambiaba y me sentía ansiosa, la pálida muerte que suele rondarme y estar ahí acechando a mi y a los míos parecía no darse cuenta de que era solicitada, apreciada e importante para acabar con tanto malestar. Me cansé de esperarla; por primera vez en mucho tiempo sentí que me abandonó y decidí ir a buscarla por medios químicos. Nos pusimos de acuerdo y con sumo cuidado coloque la caja plástica en el asiento trasero del auto mientras hablaba incoherencias para distraer al animal -trataba de explicarle todo, como si fuera a dar su opinión-, regrese por mi hija aun dormida, le dije a donde nos dirigíamos  y la envolví en una frazada. Una vez arriba del auto y mientras todo era cerrado correctamente por mi esposo para marcharnos lo minutos fueron lentos, molestos, frustrantes y odie la espera.
Las calles llenas de baches, topes y torpes al volante no permitían avanzar a prisa. Buscaba en el libro amarillo la mejor y mas cercana opción para que atendieran a Sabina ya que había pasado casi hora y media del accidente, me parecía demasiado tiempo de vida desperdiciada por su parte, esa vida de dolor que lo marco para siempre.

  Llegamos a Veterinaria Cumbres, y no es comercial solo es agradecimiento por el buen trato, la comprensión y rapidez con que tomaron el asunto. Pedíamos sacrificio porque en realidad no teníamos otra opción disponible, no sabemos mucho sobre mascotas y accidentes similares; sin contar que no disponíamos de fondos para cubrir una posible cirugía y medicamentos, es parte de la familia y teníamos clara la responsabilidad que implica tener un pequeño integrante en casa.

Lo dejamos internado y toda la noche pensé que en ese momento en que me despertaba sobresaltada timbraría el celular avisando que no sobrevivió. Al amanecer no pasaba nada aun y mi hija se fue a la escuela llorosa, mi esposo con una pesadumbre que incluso no le permitía probar alimento y yo no me resignaba a quedarme en casa sin el, sin noticias, sin paciencia de espera y me instale en casa de mi vecina y amiga con los ojos inflamados y el animo decaído... a ella le parecía una exageración pero aun así me apoyo y trabaje lenta esa mañana pero al fin despeje mi mente. Al paso de las horas no sonaba el teléfono.
Por fin una llamada entro y pensé lo peor hasta que escuche a mi madre preguntando por Sabina, lo cual agradecí. Por cierto que la noche anterior solo mi mami me dio apoyo emocional abrazándome y reconfortándome. Mi padrastro hizo su parte sin entender el porque de mi llanto y me facilito el dinero que se necesitaba para dejar internado o no se si se diga así, pero bueno, el caso es que para brindar cuidados -servicio- debes dejar garantía de pago -todo entendible-. En fin, ya por la tarde era hora de ir a visitar al enfermo o quizá recoger el cadáver en el peor de los casos, ya había decidido remover mi rosal y cederle el lugar para que siguiera en casa, colocar la campanilla que lleva al cuello desde cachorro en mi llavero y rendirle algún tipo de tributo; tuve tiempo para pensar en todo mientras conducía.

La buena noticia fue que cuando Sabina nos escucho hablar a mi hija y a mi al entrar a la veterinaria se puso de pie y alerta. Increíblemente y como un gran milagro que aun no logro comprender, lucia mucho mejor. Sucio, con sangre en su barbilla y patas parecía sonreírme y juro que sentí querer al veterinario -exagerado, ya sé-, me permitió tomarlo en brazos y bajarlo para ser dado de alta después de aplicarle dos inyecciones que la verdad si yo fuera él no las habría soportado. Un líquido amarillo en una jeringa grandísima a mi parecer y un piquete más que contenía un liquido blancuzco y espeso fue lo último antes de marcharnos a casa. Una verdadera sorpresa, no nos explicamos como fue la recuperación tan rápida, ni el veterinario sabia bien a bien que paso esa noche, pero para la mañana y ya con etiqueta de próximo a ser dormido por siempre se quedo con nosotros, sigue con nosotros y sí, tiene secuelas emocionales pero también recibe más cariño, apapachos y besucones ficticios que le encantan, siendo yo la primera en darle su dosis diaria de amor.


Quizá para muchos sea algo exagerado, innecesario e incluso ridículo pero para nosotros fue un acontecimiento que nos cambio para bien, que nos hizo valorar lo que tenemos. Al menos a mi me hizo valorar la amistad de mi pareja, la salud de mi hija y claro el echo de que la pálida muerte se tomara un  break en el momento apropiado... Yo siempre digo esto: "Todo pasa por algo, cuando no es para ti aunque te pongas y cuando te toca con la pena pero aunque te quites..." Que mas puedo decir que no haya quedado claro o explicito. En mi familia hasta hoy somos cuatro; papas y dos pequeños que necesitan cuidados y suma atención. Sin aferrarme a Sabina -al menos no con intención-, pero si agradeciendo el tiempo que comparta con nosotros y apreciando el amor que sin nada a cambio cada día sin falta y con un meow nos da. Todo un ejemplo para mí que suelo ser la más pesimista, chillona y cobarde co-protagonista del blog.


lunes

Éxitos

Como deseo que sobrevivas a la fortuna y te quedes con una parte de mi; no pido me tatúes en tu piel mucho menos en tu alma es un tanto más simple la idea... “No me mates en olvido.”

Tampoco aseguro día a día dibujar tu silueta, pensarte, añorarte... pero cuenta con mi eterno agradecimiento y mi deseo de ÉXITO perpetuo en tu camino; yo que vivo al otro lado de ese destino sólo pido una vez más que sobrevivas en mis quimeras. Y como así será, anhelo habitar tus recuerdos (Amén).







La esclavitud del personaje.
Un tonto nunca se repone de un éxito (Oscar Wilde)

miércoles

Basta, me cansé...



El tiempo de precisar un beso, caricias y todo lo que conlleve la palabra amor ha pasado para mi; me he cansado de esperar sin recibir a cambio un trato justo al respecto -ilusorio, lo sé-. Reconozco el sin fin de veces que lloré por no entender lo que sucedía y no fue llanto nocturno ni poético; esto se presento en su momento muy real, ruidoso, húmedo, fastidioso incluso para mis oídos que pedían una tregua... 
 
¡¡Así es la vida!!

No tengo el lugar que algún día imaginé me mantendría al punto de la felicidad, al borde de la locura amorosa que alguna vez anhelé de alguna cursi película hollywoodense. 
 
Me rindo y me dejo caer sobre la lona de la vida que no me inspira más que un hastío total, un reproche sin demasiado sentido pero si con una causa clara y saben qué... ya no quiero una pareja sincera, ni un beso apasionado, ni cenas a la luz de la velas e incluso me atrevo a señalar que no deseo un "Vivieron felices para siempre", porque sé, y valla que lo sé de antemano; no existe y por más que lo intentemos y nos partamos el alma porque todo marche sobre rieles sólidos inevitablemente la tempestad lo cubre todo y corremos el riesgo de patinar, trastabillar y caer. Caer una y otra vez, ser terca y levantarte y volver a besar el polvo incontables ocasiones; y podríamos pasar así la vida de no ser porque en el fondo esa vocecilla que late dentro se impone y te da un "Hasta aquí" un "No más" y de verdad  es cuando anhelas con todo el alma que todo paré: ser vieja y vivida, ser fuerte dentro de un caparazón aparentemente humano, aparentemente inservible pero que posee lo mejor que nos da el tiempo: "Experiencia".
 
Y no quiero más, ya no más desilusiones, ya no más fracasos fortuitos para mi.
 
 
05/09/'12
02:19 a.m.

lunes

¿Donde estará?




Volví a soñarte, aunque no te había olvidado si me estaba acostumbrando a no pensar más en la posibilidad de vernos. No voy a negar que me resulto muy agradable el saber que aún lates en alguna parte de mí.

Pero al despertar ya no fue tan palpable el sentimiento y el cielo grisaceo no ayuda mucho a evitar necesitarte como antes; parece que te fuiste ayer y han pasado un par de meses ¿Donde estas?


Vica III

miércoles

No eres tú, soy yo...

Estoy muy triste y la razón principal radica en el echo de que no puedo aceptar el comportamiento de una de las personas que más quiero; yo entiendo mis razones y motivos para estar cerca pero no las que él tenga para mantenerme lejos del círculo.

Creo ser lo bastante razonable como para comprender cualquier excusa, historia, motivo o palabra que emita al decirme que ya no me quiere en su vida
-¡bien, que lo diga y me alejo!

Aunque me dolerá; pero siento que sufro más porque su silencio me ata a una idea vana de que algún día decidirá entablar nuevamente la amistad y como siempre estaré ahí para apoyarle, festejarle, consolar o simplemente ser el cuerpo ajeno que le brinda calor con un fuerte abrazo.

Cada día, cada hora lo pienso irremediablemente y me niego a dejar entrar en mí la idea clara y cortante de terminar diciendo "NO" a cualquier cosa que tenga que ver con esta persona; me aferro a las amistades y a pesar de que algunas suelen aprovecharse de mi sinceridad y lealtad no reprocho nada. Trato de entender, siempre entender y a veces tergiversar la realidad para dar más puntos de valía de los que ellos merecen por el echo de que a mí no me hace falta que me regalen nada; excepto la certeza de saber que alguien espera por mi en algún lugar, que soy necesaria e incluso soportable aun y con todo lo que pueda traer dentro y no lo exprese.
Me encuentro confusa y desconsolada; y a decir verdad he llorado un par de veces por la incertidumbre que se cuela en mis madrugadas de largas lecturas, sueños asertivos y este escalofrío en los brazos al sentir cuan alejada estoy de atraer un poco de calma a mis pensamientos. Escribo, lo hago a diario sin lograr encontrar dentro de mi alguna idea de lo que debo hacer para que no duela tanto.

Sé que entre letras trato de despedirme de lo que me afecta y seguir adelante con aquello que me hace feliz  pero aún no estoy lista; y podría escribir todo el día y al final quedaría igual con un montón de preguntas que nadie responderá y mi aferrado comportamiento sobre el tema.

Oasis

En muchas ocasiones soportar las tormentas es difícil, pero en el fondo siempre tenemos la idea de que las buenas nuevas estarán a la vuelta de la esquina; lo cual las hace perder poder. Es cuando piensas en esa persona especial, en lo mucho que disfruta la vida, lo bienaventurados que se vuelven sus pasos mientras el olvido borra tu imagen de sus recuerdos antes recurrentes; quedando cada vez más sumida en un profundo sueño.

A otros se nos da también sufrir la entrada a la mal andanza acompañada de amor, es decir, a esa felicidad que hace que vayamos poco a poco dejando atrás lo que solía mantenernos anclados a una nube muy lejos de tierra firme.


Es como pasar a través de un enorme telón, de una escena a otra y cambiar totalmente el curso de la historia. La llegada del sediento al oasis y el miedo de que todo sea una ilusión puebla los primeros instantes de tan inesperado despertar. Caminas lentamente por la orilla de los buenos sentimientos hasta que te atraen por completo inundando tu piel de esa capa que te hace brillar entre un montón de personas grises y somnolientas que atrapa la rutina.

Yo sufro los buenos tiempos, yo no me acostumbro a ellos porque en el fondo de mi ser germina la semilla del pasado como un hechizo maligno que no tiene remedio. Me siguen los recuerdos y la melancolía hasta el punto en que las primeras flores brotan -en abril- por mis ojos, oídos y las raíces me anclan a personas que quizá ya me han dormido en sus mentes, me han quemado en palabras y letras plasmadas en viejos papeles, en antiguos recuerdos que jamás volverán a traerme a sus vidas.

Me doy cuenta que he muerto de mil y una maneras en diferentes personas, que la vida que se suponía me pretendía sorprender con dicha se lamenta de no alcanzar su acometido rodeandome con esta aura que suele cubrirme y distinguirme haciéndome un ser extraño, sombrío y en ocasiones sin limites emocionales;  eso vive dentro de mi llevándome de la cruel soledad de sentirme acompañada de muchas personas sin poder tocarlas a la fraterna unión con un alma que me atrae a cruzar el telón porque la función debe continuar.... siempre.

 04/Abril/'12

martes

El último beso del día

Pensé en escribirte algo justo antes de tu cumpleaños pero los días se las han arreglado para atropellar mis mañanas y convaleciendo lentamente las horas han sido atléticas.  No pido que comprendas ninguna de las letras que duermen sobre las hojas de mi diario, sé que cada paso que he dado ha sido acompañado por una parte de ti; por esa razón creo que suelo ser una mala persona a tu lado, y en ocasiones siento que te perderé de un momento a otro y quedaré a punto de diluirme en mis propios líquidos.


Me pediste que cepillara tu cabello y levantará una coleta, recuerdo haber estado sumergida en un hermoso sueño -de esos que luego comparto contigo- y me incorporé quedando sobre mis rodillas mientras  estabas sentado en la orilla del colchón con la espalda frente a mi. No recuerdo haber abierto los ojos y te cepillé de una manera autómata quizá retomando en algún punto el sueño antes pausado. Terminé y tu cabello parecía bien alineado, seguía con los ojos bien cerrados  y me tumbé sobre el calor que huía de mi frazada intentando perderse en la habitación.

No estoy segura del tiempo transcurrido y me pediste que lo intentará de nuevo para luego seguir diciendo: "No te enojes..."
Hice todo de principio hasta que me derrumbé nuevamente sobre la frazada mas fría que antes, sentí tu beso de despedida, balbuceé un te quiero, un cuidate, el adiós y me dormí irremediablemente. Ahora me causa risa -Es muy gracioso-.  Pero no es el punto sino el amor, cariño y esa cosa que haces cuando estas junto a mi; como si de un momento a otro te transformaras y dejaras de parecer una persona gruñona y rebelde, seguido de un "Oye, niña..."
Tienes la mayor de la paciencias. Tus besos son dulces mientras tu piel siempre me ha parecido una armadura. Tus ojos grandes y expresivos dan cuenta de lo que guardas dentro; tanto que en ocasiones me molesta conocerte tan bien porque es poco lo que logras ocultarme.
Me parece graciosa la manera en la llevas el ritmo con los dientes, ese movimiento casi imperceptible de mandíbula y lo despistado que eres en la cocina; aunque me gusta que el desayuno se estacione a un lado de mi cama,  ya sé que la cocina baila sobre una pata y tendré que contar hasta diez si me da tiempo el estruendo dentro de mí.
Te has echo cargo de cada cosa que me corresponde tener en orden, incluso dentro de mi te ha tocado acomodar pensamientos -sueños-, sentimientos -esas pasiones- y rencores -sólo errores.

Finjo enfado cuando te mofas de mi enamorado cantor y aun mas cuando simulas cantar bajo la luna tomando mi mano, para luego estallar en una irremediable risa mezclada con una pizca de burla. Sabes el sentimiento que guardo sobre tus exparejas y sin embargo escuchas las historias de mis relaciones pasadas y a veces no tan lejanas.

Comprende que no tengo las palabras suficientes para detallar cada una de las muestras de amor, son incontables, y a veces pasan desapercibidas por la ventana de mi cuerpo sin ser mínimamente agradecida, -Lo siento. 

Pero yo sé que sabes cuanto te quiero, cuanto agradezco el que camines a mi lado por este lugar extraño donde nos ha tocado estar; sé que a veces perdidos y pocas veces  cómodos nos encontramos bajo el sistema que otros han impulsado para dejar sin opciones a aquellos que sólo quieren una vida mejor. Es políticamente incorrecto señalar que te amo y debido a nuestra situación legal esta de más recordarlo pero es cierto, te amo y amo tantas cosas de ti que parecieras una extraña mezcla de personalidades surgidas de un mundo paralelo, un complicado alebrije en mi pensamiento, uno muy amado y muchas veces -injustificadamente- relegado a recibir el último beso del día.



Espero que pasemos un excelente día "LAO".

miércoles

Retrato de Cecilia



El título esta errado -ya sé-, pero como se parece tanto a mi vida (me refiero a los últimos días) pues seguro es gata y se llama Cecilia - o debería- ¡Jajaja...!

jueves

Recuerdos húmedos (31/07)



Mm… sigue lloviendo y dicen las noticias que el pronóstico no cambiara mucho este fin de semana. No sé en qué fecha me encuentro, al final es lo menos importante porque el tiempo y espacio es relativo. Nunca nos había llovido tanto y con esta intensidad. Las calles anegadas de lluvia y la gente me parece que no se cree que no pueda lavar ropa, el auto o cualquier cosa que necesite la presencia del sol para secarse y lucir limpio. A mí no me trae ningún cambio el que caiga agua o no, yo hago lo de costumbre y pudiera parecer ridículo pero mis mejores recuerdos están mojados; bueno quiero decir que los instantes más felices que he pasado los recuerdo con el aroma de la tierra mojada, los limpia parabrisas trabajando y la hierba crecida por todas partes. Me hace tanto bien construir nuevos recuerdos sobre los felices cimientos que me sostienen cada día. También está la parte triste porque desde que recuerdo la lluvia ha acompañado las perdidas en mi vida. Recuerdo que justo hace ocho años perdí a zombie, uno de mis gatos más queridos; quizá el que más cariño me brindó. Sé que me amaba como lo hago yo. Era tan lindo y cuando lo conocí solo alcancé a ver sus lindos ojos y su larga cola porque el resto del cuerpo se escondía bajo el manto de la noche. Fue un regalo y permaneció conmigo algún tiempo, no sé decir cuánto porque eso es raro para mí, el tiempo es extraño y a veces no logro descifrarlo y meterlo en los números que tratan de darle un lugar, una exactitud o algo parecido. Por supuesto que perder a mi gato no es lo más feo que he pasado. También perdí a mi abuela materna, un buen amigo, deje la escuela y la soltería. Qué cosa más triste me puede deparar un día llovioso que no haya experimentado ya. Mejor no quiero saberlo, que todo sea sorpresa. Dejaré de escribir porque el cielo amenaza con caerse. Tengo mil cosas que hacer, muchas más que pensar, música que escuchar y horas por dormir.

Tawn We
Julio/2010