Bellas palabras, dichas a su justo tiempo son la mejor trampa del cazador.
Te engancha e inmoviliza de donde difícilmente puedes liberarte; el alma. Se vuelven una red que invade tu mente pausada y cálidamente.
Caí rendida, fui uno de sus premios; hoy cortará mi cabeza para decorar su añeja habitación de memorias.
Taun We