Tumbada sobre la cama, con 40 de fiebre es similar adentrarse en un voluminoso y pesado libro. Puedes brincar de un capítulo a otro si así te apetece. Las personas dentro de el pueden venir de los lugares más inesperados, o pueden ser aquellas a las que en un millón de años no esperabas ver. Ellas vienen, caminan por la habitación, justo el día que tu salud se derrumba y tienes mucho que cuestionar. Pero todas se limitan a callar, mirarte fijamente o esbozar una sonrisa; otras se pierden al cruzar la pared pintada de lila o simplemente se doblan hasta que desaparecen.
Y sigues tirada como una hoja que el otoño desdeño, como el rayo de luz que a nadie alcanzó y se pierde en la inmensa oscuridad. Tu con tus preguntas, tus miedos y sin sabores... toda tu, por todas partes y ese enorme libro frente a ti.
14/Octubre
Con todo y la luna.
Taun We
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