Tez pálida casi del color de una ostia, con esa mirada sombría de antes y la expresión de tristeza anclada a su actitud, la postura semi-encorvada la delata; me da escalofríos mirarla fijamente y temo preguntarle por que se ha metido, esta mañana, a mi espejo.
4 comentarios:
Que miedo convertirnos en algo que luego no podemos reconocer
Es un texto breve pero has dicho tanto en el
Que gusto pasar de nuevo por aquí.
Besos!
Tengo un premio para ti en mi blog, date una vuelta por allá. ;)
Que gusto que te agrade Gina!!!
Abrazos para ti, gracias!!!
Publicar un comentario