Como si no fuera suficiente ir perdiendo poco a poco el tono con el que entraste a esta vida; ahora me siento como una madeja; esa que has olvidado sobre el sofá y un gato travieso a tomado como diversión de la tarde.
Como si no tuviera otra función que complacer, y no importara si me encuentro alineada y en la posición correcta para que un buen "tejedor" me tome de una orilla y sin más preocupación correr a través de sus dedos, fluir hasta el final para formar una prenda acogedora y poder calmar el temblor de alguien más.
Soy un ovillo de estambre decolorado, enmarañado y echo nudo. Seguramente nadie vera entre mis fibras, me guardarán un tiempo -seguiré esperando- y después seré desechado, así como nos deshacemos de aquello que no posee belleza o beneficio visible.
Taun We.
P.D. Para el tejedor:
....decimos
a los indecisos, comenzar por el principio, como si ese principio fuese
la punta siempre visible de un hilo mal enrollado del que bastase tirar
y seguir tirando hasta llegar a la otra punta, la del final, y como si,
entre la primera y la última, hubiéramos tenido siempre en las manos un
hilo firme y continuo del que no ha sido necesario deshacer nudos ni
desenredar marañas, cosa imposible que suceda en la vida de los ovillos,
y, si se nos permite otra frase de efecto, en los ovillos de la vida”.
Por José Saramago.
2 comentarios:
Sabio texto. Tiene mucha lana para desenredar , tirar y ovillar.
Muy bueno.
mariarosa
Muchas gracias Maria.
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