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jueves

Cobardia


Se mira en el espejo fatal, pálida, un gesto desencajado y esos ojos que si te fijas bien guardan un pozo profundo. Cada  minuto que pasa le recuerda que es hora de comenzar a sanar. Avanzar por el camino del dolor, recorrerlo a su paso y no caer en la desesperanza; no es fácil tomar la decisión. Esperar parece prudente, quedarse derrumbada sobre la cama parece fácil aun cuando sea la opción más cobarde...

lunes

Estigma

Si pudiera pedir algo, quizá un deseo que se haga realidad al despertar, me quedaría con una parte del olvido que se ha negado a entrar en mi mente, con borrar lo inevitable de este amor  que me desgarra por dentro, que corta, que duele y que cada noche surge como una vieja herida.

sábado

La bestia (Mi fobia)


-Respira... respira ya casi llega  

¡Ahí viene...!

Y sentí como el tiempo disminuía su marcha, los latidos fueron acrecentando al ritmo del temor galopante en mis venas. Lo tenía tan cerca que podía sentir su calor, olor y  el polvo que traía consigo entrando por mis oídos y posándose sobre mi lengua. 
Trataba de seguir respirando aun cuando el espacio del mundo no era suficiente para jalar el aire necesario. Mis músculos comenzaron a contraerse, tenia dormidas las ideas y solo el impulso de correr comenzaba a gobernarme; estaba más allá de mi razón y realmente creí que podía morir en cualquier momento.
Me encontraba corriendo lejos y de vuelta a casa mientras gritaban que regresara, que era inevitable el afrontarlo pero no pude y corrí lejos de la bestia de acero que amenazaba con tragarme.



La ansiedad es un arroyito de temor que corre por la mente. Si se le alimenta puede convertirse en un torrente que arrastrará todos nuestros pensamientos 

(A Roche) 



miércoles

Fastidio llamado amor


Dijo:  Oye "C" eres la luz de mi tierra y la sal en mi mar...

No respondí, le sonreí, me despedí; hubiera querido perdirle lo explicara de una manera un poco menos confusa; habiamos pasado poco tiempo juntos, aun menos que eso, creo
Pensé en lo que implicaba darle pie a conversar sobre el tema y forzarme a escuchar "algo" que habiamos notado pero que se cubría de saludos, palabras y actos amables. Estaba confundida ¿Cómo se puede querer a alguien de esa  manera? Después todo quedó claro, cuando pienso en Mia reconozco el sentimiento y lo que implica tener tanto que no sabes explicar y no cabe muy bien en tu pecho, en tus frases, palabras y sólo alguna que otra canción llega a expandir el sentimiento. Yo lo sentía cuando escuchaba "Calling all angels", más de una persona a mi alrededor llegó a sentirse extraño cuando giraba el volumen a tope en aquellas reuniones que ya no se dan. 
Ahora soy diferente y comprendo que debemos callar algunas "cosas" y también que existen personas que no valen "tanto" la pena -quizá en un futuro pagaré mi parte- pero que se convierten en tu máximo tesoro, en tu mejor recuerdo o en tu mayor tristeza -no sé-. Quizá la confusión sigue ahí y se refleja en otro espejo; tal vez me muestro distorcionada, últimamente nada me ilusiona y aun así me veo cubierta de esta cosa enfadosa llamada amor... 

¡¡¡Aghttt, que fastidio, no!!!


martes

Pájaros en la Cabeza



Es que tenía tanto amor contenido que simplemente pensé en lo primero que suelo pensar cuando alguna emoción me asalta, escribir... lo hice pensando en ti, tu sonrisa o como podría ser si me regalaras una. En realidad debería verificar que poseas un rostro, ojos expresivos, boca apasionada y lo más importante; que no seas reciclable, de plástico y sí más real de lo que suelo imaginar.
Es la época en que todo es bello, es mejor y extrañamente las soluciones llegan aun antes que los conflictos; nada puede afectarme y sacarme de este estado de aparente letargo y complacencia que me hace sonreír de esta manera. 

Disfrutaré antes de que vuelva a ser del todo yo; a buscar todos los tonos posibles y escondidos en el brillo de un panorama negro, absurdo y oculto en mi mente.

sábado

Otro buen hijo (Por Sabina)

Muchas veces cuando lo pongo en el asiento trasero del auto, a un lado de mi hija para salir a pasear o visitar a la familia, siento que soy aun más extraña de lo que seguramente cualquiera que me conoce o lee espera; pero a mi favor debo decir que esta sequía amorosa en mi panorama inmediato me a dejado por experiencia que quizá si sea loco querer como yo lo hago a esa bola de pelos; que con una mirada me gana y me da cuenta de lo que hace falta para que se tumbe a mi lado por largas horas, ronroneando de vez en cuando mientras imagino que solo desea hablar para decir gracias, un te quiero o yo que se... me encantaría saber que es lo que piensa, que siente y que daño le hago al tenerle tan cerca por largos días y luego cuando me vuelvo mucho mas que egoísta y me voy por horas lo dejo en el cuarto de lavar con sus provisiones pero sin una explicación de porque desaparezco. Ya casi logra abrir un huequito en la malla mosquitera de la ventana que separa mi  aparente maldad y la soledad que le impongo de la libertad que el merece tener pero que por obvias razones no me atrevo a brindar. Justo hace un mes casi lo pierdo por descuido.

Eran al rededor de las cinco treinta de la tarde de un día cualquiera, mi hija y pareja salieron a comprar algunas cosas para sentarnos a cenar y por antojadiza he abierto la puerta de repente sin percatarme de que mi gato a logrado ser rápido y escapar para seguramente seguir  a los recién "idos". No me escucharon pedir un paquete extra de galletas y como dí por echo que volverían en corto tiempo he dejado a Sabina juguetear un rato con las plantas -eso creía-.
Algunos minutos después veo a mi bola de pelos detenerse justo a mitad de la calle, no había ningún vecino cerca que de pronto se apura a regresarlo sano y salvo a casa. La ventana cerrada, yo en silencio y queriendo gritarle que se mueva pero en ese breve instante un automotor en color rojo -jamás lo olvidaría- lo enviste golpeándolo con la llanta delantera del lado izquierdo y haciéndolo caer justo en el centro del mismo; aun en movimiento  mi gato asustadísimo se apura a escapar sin percatarse que obviamente faltan dos ruedas que librar y sin  lograrlo el neumático  trasero lo hace girar a su compás  mientras yo seguía petrificada y sin expresión alguna. Fue una total pesadilla verlo girar al tiempo que la llanta y por fin cuando fue expulsado note como aun se movía. En realidad solo las patas delanteras podía controlar levemente mientras las traseras solo le siguieron como un pollo destazado en la carrera extraña que emprendió rumbo a la puerta trasera de la cocina. Por fin me moví y abrí la puerta lentamente esperando lo peor y ahí estaba él con la mitad de su cuerpo prácticamente aplanado, sin movimiento y con unos jadeos horribles y esa mirada de terror que no conocíamos. En realidad no se si lo tome en brazos o el entro y se quedo tumbado en la entrada mientras maullaba pidiéndome ayuda; intente decirle algo, quería regañarlo, llorar, salir corriendo pero sentí miedo de lastimarlo aun mas... lo deje recostado llorando quedito. Me asome por la ventana, note que mi hija y esposo se acercaban conversando.
Me senté en la sala a esperar y cuando por fin sentí que se abría la puerta, con las manos sobre mi rostro -aun desencajado por lo ocurrido- comencé a llorar. Me preguntaron que paso y no podía decir nada mas que: "Lo atropellaron, me lo atropellaron" y apuntaba bajo la mesa hasta la puerta. El llanto y lamentos no se hicieron esperar y aquello se volvió un caos. No recuerdo claramente pero de pronto me vi tratando de examinar el cuerpo de trapo que parecía tener mi Sabina y comenzó a resollar y la sangre broto por su hocico desencajado por el enorme dolor. Le pedí a mi esposo retirara a mi hija a su recámara porque no deseaba que guardara aquella escena para alguna pesadilla posterior. Me apresure y traje una caja de plástico de esas donde acomodan la fruta, le coloque varia capas de periódicos y tome a Sabina con mucho cuidado mientras sus lamentos eran cada vez más lastimeros - yo no podía dejar de llorar-; sentía un enorme vacío en el cuerpo, quería hablar y no podía, me sostenía de las sillas, de la mesa, de cualquier mueble que estuviera a la mano para no caer derrumbada. El llanto de mi hija se escuchaba también por toda la casa mientras su padre le hablaba quedito  tratando de consolar lo más posible pero inevitablemente terminamos en un solo llanto; ya nadie se contuvo porque mi gato respiraba con dificultad, la sangre espesa seguía saliendo por su hocico que mostraba los dientes y encia...


Pasaron minutos largos en los cuales rogué con toda la fe negada que muriera por favor, que el siguiente respiro fuera el ultimo, que dejara de verme con esos ojitos verdes que me pedían ayuda desesperada; me anime a cubrir su rostro con lo primero que tuve a la mano pero el nunca cedió y me volví a tumbar en el piso a su lado. En ratos acariciaba el poco retazo de piel que parecía no dolerle y pensaba que era muy cobarde por no poder matarlo.

Me aleje, lo pensé un rato y pedí a mi pareja que lo hiciera por mi pues era ya demasiado tenerlo en un dolor constante y sin la posibilidad de moverlo a que alguien con mayores conocimientos le ayudara a bien morir. En realidad no tengo como describirlo pero era  casi imposible que lograra sobrevivir... solo las patas delanteras y la cabeza tenían algún tipo de movimiento lo demás era solo una masa que arrastraba cada vez que intentaba girar o estirarse forzado por el dolor para expulsar un chorro de sangre espesa y con una textura similar a la goma de mascar aun dulce. Ninguno de los dos logro terminar con el suplicio del cuarto miembro de la familia y debo señalar que me parece el mas comprensivo y cariñoso de todos... Nos despedimos con cariño aun llorándole.

Me alejaron de la caja y me tumbé a llorar sobre la cama en mi habitación. Mi hija que  termino dormida por la pena y el consuelo de su padre. Yo no tuve consuelo, ni ánimos de dormir así que me colé a hurtadillas nuevamente a  la cocina y me senté a un lado de la caja donde eran ya casi imperceptibles los lamentos. Opté por abrigarlo y esperar tomada de su pata el final. En ratitos elevaba alguna plegaria muy sentida, otros tantos no podía mas que sentirme culpable y reprocharme el descuido, pensar que estaba soñando y que despertaría, el estaría ahí dormido placidamente sobre mi y todo seria como horas antes.

Nada cambiaba y me sentía ansiosa, la pálida muerte que suele rondarme y estar ahí acechando a mi y a los míos parecía no darse cuenta de que era solicitada, apreciada e importante para acabar con tanto malestar. Me cansé de esperarla; por primera vez en mucho tiempo sentí que me abandonó y decidí ir a buscarla por medios químicos. Nos pusimos de acuerdo y con sumo cuidado coloque la caja plástica en el asiento trasero del auto mientras hablaba incoherencias para distraer al animal -trataba de explicarle todo, como si fuera a dar su opinión-, regrese por mi hija aun dormida, le dije a donde nos dirigíamos  y la envolví en una frazada. Una vez arriba del auto y mientras todo era cerrado correctamente por mi esposo para marcharnos lo minutos fueron lentos, molestos, frustrantes y odie la espera.
Las calles llenas de baches, topes y torpes al volante no permitían avanzar a prisa. Buscaba en el libro amarillo la mejor y mas cercana opción para que atendieran a Sabina ya que había pasado casi hora y media del accidente, me parecía demasiado tiempo de vida desperdiciada por su parte, esa vida de dolor que lo marco para siempre.

  Llegamos a Veterinaria Cumbres, y no es comercial solo es agradecimiento por el buen trato, la comprensión y rapidez con que tomaron el asunto. Pedíamos sacrificio porque en realidad no teníamos otra opción disponible, no sabemos mucho sobre mascotas y accidentes similares; sin contar que no disponíamos de fondos para cubrir una posible cirugía y medicamentos, es parte de la familia y teníamos clara la responsabilidad que implica tener un pequeño integrante en casa.

Lo dejamos internado y toda la noche pensé que en ese momento en que me despertaba sobresaltada timbraría el celular avisando que no sobrevivió. Al amanecer no pasaba nada aun y mi hija se fue a la escuela llorosa, mi esposo con una pesadumbre que incluso no le permitía probar alimento y yo no me resignaba a quedarme en casa sin el, sin noticias, sin paciencia de espera y me instale en casa de mi vecina y amiga con los ojos inflamados y el animo decaído... a ella le parecía una exageración pero aun así me apoyo y trabaje lenta esa mañana pero al fin despeje mi mente. Al paso de las horas no sonaba el teléfono.
Por fin una llamada entro y pensé lo peor hasta que escuche a mi madre preguntando por Sabina, lo cual agradecí. Por cierto que la noche anterior solo mi mami me dio apoyo emocional abrazándome y reconfortándome. Mi padrastro hizo su parte sin entender el porque de mi llanto y me facilito el dinero que se necesitaba para dejar internado o no se si se diga así, pero bueno, el caso es que para brindar cuidados -servicio- debes dejar garantía de pago -todo entendible-. En fin, ya por la tarde era hora de ir a visitar al enfermo o quizá recoger el cadáver en el peor de los casos, ya había decidido remover mi rosal y cederle el lugar para que siguiera en casa, colocar la campanilla que lleva al cuello desde cachorro en mi llavero y rendirle algún tipo de tributo; tuve tiempo para pensar en todo mientras conducía.

La buena noticia fue que cuando Sabina nos escucho hablar a mi hija y a mi al entrar a la veterinaria se puso de pie y alerta. Increíblemente y como un gran milagro que aun no logro comprender, lucia mucho mejor. Sucio, con sangre en su barbilla y patas parecía sonreírme y juro que sentí querer al veterinario -exagerado, ya sé-, me permitió tomarlo en brazos y bajarlo para ser dado de alta después de aplicarle dos inyecciones que la verdad si yo fuera él no las habría soportado. Un líquido amarillo en una jeringa grandísima a mi parecer y un piquete más que contenía un liquido blancuzco y espeso fue lo último antes de marcharnos a casa. Una verdadera sorpresa, no nos explicamos como fue la recuperación tan rápida, ni el veterinario sabia bien a bien que paso esa noche, pero para la mañana y ya con etiqueta de próximo a ser dormido por siempre se quedo con nosotros, sigue con nosotros y sí, tiene secuelas emocionales pero también recibe más cariño, apapachos y besucones ficticios que le encantan, siendo yo la primera en darle su dosis diaria de amor.


Quizá para muchos sea algo exagerado, innecesario e incluso ridículo pero para nosotros fue un acontecimiento que nos cambio para bien, que nos hizo valorar lo que tenemos. Al menos a mi me hizo valorar la amistad de mi pareja, la salud de mi hija y claro el echo de que la pálida muerte se tomara un  break en el momento apropiado... Yo siempre digo esto: "Todo pasa por algo, cuando no es para ti aunque te pongas y cuando te toca con la pena pero aunque te quites..." Que mas puedo decir que no haya quedado claro o explicito. En mi familia hasta hoy somos cuatro; papas y dos pequeños que necesitan cuidados y suma atención. Sin aferrarme a Sabina -al menos no con intención-, pero si agradeciendo el tiempo que comparta con nosotros y apreciando el amor que sin nada a cambio cada día sin falta y con un meow nos da. Todo un ejemplo para mí que suelo ser la más pesimista, chillona y cobarde co-protagonista del blog.


martes

Con Encanto






El pisó mi mundo y lo estremeció, lo que parecía fuerte y constante cambio....




Cecilia Iwal P.

domingo

Parlanchina Estúpida


Me sentí mal, y aun lo hago por que después de recapitular esa terrible noche he caído en cuenta que el primer error fue cometido por mí, tal vez por la premura y los impulsos no contenidos me perdí en las palabras y los hechos verdaderos; pase de lo real a lo que se suponía pasaba en una historia alterna y lejos de llegar a aceptar que todo aquello tendría consecuencias en el diario vivir. 

Hoy que trato de olvidar y seguir, tropiezo con esas palabras dichas a destiempo y fuera de contexto; el porque lo hice no me queda claro del todo... fui una estúpida que solo hablé porque tenia boca y una lengua bastante rápida sin contar que al frente de mi una persona -que me conoce mas de lo que debería- me escuchaba analizando cada movimiento, punto y coma. 

Una de esas noches donde parece que el mundo acabará y que no pasará nada  si tergiversas un poco la realidad, lo cual es una idea falaz. Es verdad que de haberlo escrito podría desdecirme de lo ocurrido y aseverar que fue un error gramatical, que se puede corregir en un tris y que plantaría, en mis hojas blancas, de nuevo la semilla de las palabras para obtener verdades esta vez. 

No puedo creer que lo hice de esa manera, que  pasé los límites y pretendí estar sumergida en un montón de letras y dar por echo que mi historia se mezclaría con las muchas que se cruzan sin cobrar importancia. Perdí lo que había conseguido a base de mucho esfuerzo y de ser yo, ser real y no dejarse llevar por la emoción; debí callar, aunque eso es poco original... 

Si pudiera y fuera un tanto más fuerte juro que iría en su búsqueda, le diría mi verdad  y afrontaría el final que corresponde. Pero no puedo sino sentirme mal, escribir y tratar de seguir; aun con todo lo que implica mantener dentro esta sensación terrible de querer salir corriendo y no tener piernas que me sostengan.
Me he quedado en el aire de una relación lo bastante desquebrajada y deteriorada como para ser reconstruida. 

¡¡Que confusa es la vida cuando lo único que sale de mis pensamientos es la incapacidad para volver atrás y actuar mejor!!