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miércoles

Autopsia a el alma


La vergüenza disminuye mientras escribo estas letras que no esperan nada más que guardar y mantener esto lejos del olvido; y por esta razón me aventuré a seguir mis impulsos y cerrar mi razón, acallar y sofocar la vocecilla dentro de mí que me decía que no continuara. Hoy a vuelto con más potencia haciendo presente la firme idea «según ella» de que fue un error -digo, sólo para no variar-, aunque no me arrepiento de nada.



El imán en tus labios surtió efecto sobre los míos que jugueteaban mientras nuestras lenguas se exprimían haciendo un hueco por demás placentero en mi estomago hasta llegar a mi vientre; un cosquilleo, unas ganas de tenerte más cerca y conectado a mis sentidos.


Buscamos un lugar alejado y tranquilo para despojarnos de la ropa, terminé desnuda en un corto tiempo mientras me negaba a seguir. Eso si, sin muchas ganas de oírme y detenerme para salvarme de un pecado más en la enorme lista que seguramente aguarda para ser leía en mi ya anunciado final.

Bueno, como he dicho desnuda sobre aquel cómodo lugar sentía tu piel tibia rozar levemente la mía. No podía emitir palabra alguna que no condujera a sonar enfadosamente romántica y encantada por el tiempo compartido; las palabras eran mordidas y detenidas por mi lengua para ser tragadas y no echar a perder o acrecentar la emociones desbordadas dentro de mi alma; ah, si pudiéramos hacerle una autopsia a mi alma sabrías cuan grande es mi amor en tu presencia.



 

martes

Miedo/Desamparo

Quizá la terapia, los medicamentos, el tiempo ó... no sé a ciencia cierta pero he descubierto poco a poco cual es el problema, y más allá de todo lo he aceptado.

Extrañamente yo que siempre navego con bandera de héroe, he sacado del fondo de mi -de alguna parte muy remota en mi infancia, en los recuerdos, sueños- este sentimiento que alguna vez llame "desamparo" y que hoy solo sé que es miedo... Un temor inmenso a fallar; pero no a quedar mal con alguien más sino conmigo misma y es que me he puesto metas que no son realmente nada alentadoras y entre que tengo que olvidar esto, conservar aquello, evitar y por sobre todas las cosas omitir decir algunas cosas me he saturado.

El miedo es el peor de los enemigos y no es que lo sienta todo el tiempo sino en circunstancias muy especificas; por ejemplo estando aquí en casa con ganas de no hacer nada  me veo a la distancia y todo es borroso -eso da miedo, ¿no creen?-. Igual cuando volteo a ver lo bueno y las "barbaridades"que se me han ocurrido -No por hacer notar que sea mala persona-, sin ningún tipo de maldad hago y digo lo que sale y no pienso, no estoy en el momento adecuado cuando -obviamente- tengo que tomar las mejores decisiones.

Así podría seguir escribiendo situaciones, momentitos, meses de tragedia, días de risas, paseos, besos, peleas, conversaciones extrañas, etc... La pregunta es:

 ¿Como le doy pelea al miedo?

-La verdad de solo pensarlo creo que ya me dió.


miércoles

Otro Momento



Hace mucho no me sucedía...

Me recosté en la cama muerta de cansancio y me quede mirando fijamente una hermosa estrella que alumbraba a lo lejos; no sé por que pero parecía amanecer rápidamente mientras me perdía en el recuadro de la ventana con las cortinas abiertas.

Al fin me rendí, y llegue a esa puerta metálica con unas cortinas añejas cubriendo el cristal; sabía que había pasado por ahí en algún punto del pasado. El árbol frente a ella también parecía reconocerme mientras movía sus hojas levemente. No sentía mis pies y aun no sabia en donde me encontraba pero no recuerdo haber tenido ni un poco de temor por lo que pudiese suceder. Llego alguien y abrió la puerta, que nos dio la bienvenida con un leve ruido.

Adentro parecían no notar mi presencia. Tengo pocos recuerdos de esa habitación dividida en dos por una leve cortina semi-transparente.
Frente a la puerta una cama matrimonial pegada a la pared se mantenía desordenada, como si alguien a penas estuviera dejando vacío el hueco formado por las cobijas y sábanas aún tibias.

Por fin lo vi, un hombre pasa a mi lado -y no diré su nombre aunque le he reconocido de inmediato-, parece tener prisa y al tiempo que cruza la cortina divisoria me acerco hasta alcanzar a distinguir del otro lado... una mujer camina perezosamente por lo que seria la cocina; un refrigerador, estufa y un mueble de madera opaca con algunos utensilios decoran el  pequeño lugar; la mesa al centro con un plato y todo lo necesario para preparar té, café o similar.

Los colores no brillan ni tienen un encanto especial, ellos simplemente están ahí adheridos a las cosas como condenados a pasar sus últimos días sin pena ni gloria.

Una conversación se deja escuchar. Es muy raro estar aquí, y ese olor dulzón en el aire que empalaga -pienso, al tiempo que trato de entender que esta pasando.
Él busca algo para comer en el enfriador, sostiene un recipiente mientras la mujer señala no tener lo necesario y se detiene, luego camina lentamente y hace una seña de silencio al hombre que la mira con extrañeza.
Como un animal en plena caza sigue mi rastro y quedamos a escasos centímetros; un movimiento brusco me hace retroceder mientras escucho vociferar palabras altisonantes en dirección a mi cuerpo. La cortina se mueve dejando al descubierto aquel cuerpo pequeño, con mirada lunática y pies enfundados en pantuflas moteadas bajo una capa de polvo. Él trata de detenerla, parece demasiado turbada. En un instante la puerta se abre inesperadamente sorprendiendo y haciendo retroceder a la pareja. La luz me llama, casi amanece, no puedo ver nada más que un color pardo brillante.

Despierto sobre mi cama, nadie me acompaña y pienso en escribirlo...



En Silencio

Me dices en corto que estas en la ciudad de nueva cuenta; solo siguiendo tus instintos.

Yo con la misma historia en el bolso -siento pena-. Mi vida simple pasa bajo el manto de mis ojos y reprimo el deseo de emitir un sin fin de comentarios; pensar en tus piernas torneadas, el aroma de tu piel, tu calor y emitir algunos huuus o quizá eran unos haaaas.

Sigo modosa y pasiva en casa planeando el siguiente despertar para hacer lo mismo -sin presentir que esa noche me traicionaría tanta emoción-, volviendo a ver una figura desgraciada en el espejo del tocador -si, la mía.


Gira una idea de cambiar la agenda apretada de ser la misma, o al menos la que recuerdan. El deseo de verte avanza tibiando la fría sangre corriente en mis venas, pienso en ti... sólo en ti, mientras balbuceo casi emitiendo tu nombre antes de apagar la luz -echando una mirada atrás noto como la mujer en el reflejo se muestra riéndose sin someterse-, presionando el interruptor vuelvo a fingir ser dócil.

Como algo sobrenatural en mi interior sé y reconozco que he tomado una buena decisión, una real y rozo mi mejilla imprimiéndome algo de animo a través de las yemas de mis dedos, luego sonrío disimuladamente cruzando la habitación en silencio para tomar las llaves del automóvil lentamente...



Sin fecha exacta... 2012

viernes

Fuera de mí...





Quiero un día sin tu nombre taladrando mis oídos,
sin suspiros alocados que se escapan sin permiso
y este huracán interno contenido.

Una tarde de cine sin llanto, pensamientos renovados
y ganas de vivir por algo. Tener una mínima razón de sonreír
sin que tu estés a mi lado.



domingo

Unas Mujeres/ Yo Un Gusano


Lucía, Alicia, Mia, la inolvidable Sarah y la puta de Carmen han estado dentro de mi pensamiento por largo tiempo; estas mujeres representan en gran parte lo que debí haber sido en alguna otra vida. Tiempos que se han ido perdiendo lentamente, recuerdos añejos y sepultados dentro del camposanto de mi mente que vuelven en oscuras y solitarias noches para quedar sobre simple papel. Momentos que sólo saboreo mínimamente como trozos de un día más que ha pasado sin pena ni gloria por este cuento del cual soy presa y erroneamente etiquetamos como realidad.

Duermo interminablemente para lograr consiciliar paz en las aventuras que ironicamente me vuelven a dar un poco de vida, aún y sabiendo de ante mano su inalterable final; peleo contra el olvido de lo que fue sin duda un mejor tiempo o al menos uno menos lento que éste que habito hoy. Me siento atrapada sin ver salida alguna que no me tache de cobarde -sabemos a que me refiero...

Dormir para siempre sería lo necesario y lo que anhelo día tras día. Es casi insoportable despertar sobre la misma cama, comer y avanzar perezosamente por un camino el cual hasta hoy considero que me ha traido muy pocas gratificaciones y sin embargo algunos me consideran una persona afortunada. Sí, aquellos que saben de mi y se llevan una pequeña nota de lo que soy ¡Suponen que mi vida resulta cómoda!
-No con mucho lujo pero tampoco con grandes privaciones ni restricciones que trunque mi «estable» rutina.
-¡Que estupidez!
Suponiendo que Mia, especialmente ella existiera... pues, eso me haría ver un poco bisexual -completamente, digo. Perdón.- actividad que no creo llevar a la práctica por diversas razones y la más obvia es que me encantan los hombres. Entonces en este cuento Mia es un hombre de un aspecto poco definido por mi imaginación -y es que lo «amé» tanto- Como lo he dicho eso es vida pasada y como tal las cualidades de esta persona han cobrado fuerza así como sus defectos han desaparecido casi completamente de mi memoria. Casi perfecta o perfecto mejor dicho «me fallan las palabras», y es que aun lejos de olvidar lo necesario y lo que sería correcto parece que mi aferrado comportamiento sólo se limita a mantener el recuerdo latente; similar a un corazón recien sacado de un pecho tibio que aún palpita negándose a dejar de bombear, sentir y reprimir aquello que ya no será; terriblemente extraño sentimiento para una mente tan inmadura como la que hoy pretendo ocultar pero que sin duda ya han notado me resulta un tanto imposible.

Pensando en otra posibilidad por sobre todas las cosas yo me instalaría en el cuerpo de Carmen; sin duda y por muchos acontecimientos es la que puede llevar su camino más allá de lo que tiene enfrente. Es libre y sí, con algunas trabas sentimentales y muchas, muchas heridas por sanar lo cual le da a su apariencia algo de amargura que en el fondo y siguiendo una buena guía creo que es la que más promete de todas las mujeres en mi blog.

Sarah a muerto, dejemosla en paz. Alicia es vieja y se encuentra aun atada a un hombre que definitivamente no se atreve ni dejará jamás; es la peor de todas y es fastidiosamente similar a muchas mujeres que conozco y no, definitivamente queda fuera de toda posibilidad.

Por las demás debo decir que a penas si recuerdo sus nombres, cortas historias y sin embargo el personaje principal casi siempre lo he representado yo; con mis ochenta años a cuestas, mi primer amor por bandera, mis errores aún no asimilados y lejos del arrepentimiento creo que he vuelto a caer en un nuevo bache.

Saldré, lo haré y seguramente ya se elabora en mi un proceso complicado de cambio y lo sé, lo siento latente y en cualquier momento se hará presente así que aguardando la «metamorfosis» aquí estoy compartiendo mis galimatias, mi tiempo lento....