Ahora es que comprendo el daño que te he causado,
hoy que vislumbro tu ausencia desde este lado de los confines;
imagino siluetas con la figura de tu cuerpo; acercándose sin llegar a ser palpables.
Un espejismo culposo que me guía a dejar de contener esta empatía
que sale a la luz tarde para nosotros más no inservible para mi vida.
Aprendemos a base de tropiezos y descalabros más que de sueños realizados.
Ahora que ya no estas para resarcir el daño
es que comprendo cuanta falta me haces;
lo inútil que resulta tratar de llenar ese espacio que aun huele a ti.
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