Me sentí trastornada un largo tiempo, no sabía hasta donde había logrado correr. Con la respiración entrecortada, creí que moriría en el intento de escapar de aquel sentimiento que avanzaba tras de mí inundando todo de una sombría melancolía.
La ciudad estaba como suelen verla los de adentro, los que la caminan día a día; por mi parte sólo sentía como esa enorme masa de hierro, fluorescencia, gritos, ruido de cláxones, humo y efervescencia pretendía devorarme y prostituir mi amor.
Tomé el camino largo hacia la búsqueda aquello que no puedes brindarme. No me gusta la idea de decirte todo esto por este estúpido medio. Quizá algún día nos encontremos, quizá jamás vuelvan a reflejarme tus enormes ojos marrón...
*Mensajes borrados...