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domingo

Palabras Contra el Olvido

Interesada sanamente por olvidar lo alguna vez aprendido, voy quedándome con fragmentos de la historia que provocaron una sonrisa, un leve gesto de bienestar o mínimo un pensamiento efímero de que todo podía mejorar. Olvidar se ha vuelto una manera de protegerme de los ataques que me han lanzado - habiendo o no dado en el blanco, haciendo o no algún tipo de mella en mí-,  y que definitivamente dejaron huella.


Debido a esto he cerrado recientemente mi primer blog y me ha costado mucho. Justo ahí se tejió una historia paralela a la que estoy viviendo hoy. Me sentía tan feliz en ratitos y luego volvía a ser yo con todas mis debilidades pero en algún punto renovada. Me mantuve enamorada de una increíble y volátil ilusión; como era de esperar se perdió en el tiempo dejándome con un sentimiento extraño y ahora sé que todo es temporal. Incluso el hecho de elevar el brazo y hacer ese movimiento que definimos como un adiós es soportable cuando te planteas la posibilidad de sufrir solo lo necesario y esperar.

Todo lo bueno suele tener un nuevo comienzo; la amistad, lazos familiares, las redes que tejes a partir de extraños que aportan y conforman una nueva idea de la realidad y claro que el desamor también puede sobrellevarse y emprender el vuelo nuevamente. No digo que esto último sea lo más fácil del mundo pero tarde o temprano cambia, se transforma y cuando la pena se va queda lo hermoso del sentimiento; renaciendo en sí para ser aplicado como un menjurje mágico sobre las heridas viejas, cicatrices mal sanadas y porque no, sobre aquellas nuevas que inevitablemente tendremos. Aceptemos lo inevitable, porque aun y cuando no lo percibamos o -en el peor de los casos- cuando nos quedemos atrás la vida sigue y seguirá. Agarremos el paso. Un paso largo y luego uno cortito –no importa-, superemos los obstáculos. Tomemos lo bueno, lo cálido de vivir, lo que nos esponja el corazón, las personas que alguna vez nos hicieron soñar y hoy son parte de nuestros recuerdos -esos que no borraremos jamás-, todo lo aprendido y plasmémoslo en el corazón con tinta indeleble, con palabras contra el olvido.


Para ti ♥

martes

Despertar


Hoy desperté con la misma sensación de aquel día triste. Abrí los ojos y me di cuenta que no te vería más. Era como si no quedara nadie más sobre la tierra que lograra iluminar mis días; sentía un hueco enorme, uno de esos que tardan años en cubrirse con banalidades y pequeños trozos de tiempo.

Después de tantos días me resulta alentador pensar que  en un despertar de tantos ya no te recordaré, ya no dolerá y mi madre dejará de decirme que ya pasara, y sin saberlo ni hacérselo notar realmente será pasado.

Mientras tanto y de forma anónima grito que te amo, como debió haber sido en nuestros días. A veces deseo despertar y maldecir esta extraña pesadilla, contarla a todo el mundo y olvidarla acurrucada en tus brazos, bajo el manto de calor que emanan nuestros cuerpos, con el entorno actualizado… pero nada es verdad, no despertaré y la realidad abofeteara mi cara con su maldita verdad un día tras otro, dolerá como duele hoy, como mañana; hasta que despierte y ya no me encuentre, hasta que no reconozca el reflejo mostrado y la caja de recuerdos sea olvidada.




Imagen The Empress off time by drherbey

viernes

Demasiado Simple

Él  tiene un brazo para levantarme cuando en el fango me pierdo, no tiene ojos llenos de egolatría, ni piernas calientes en la madrugada. Su estatura varía tanto como el sentimiento que logró implantar en mí; es tan mínimo que puedo ignorarlo en momentos llenos ofuscación y en otras ocasiones es tan inmenso que logra inundar mi mundo de su presencia, de su hermosa creación, de sus tenues colores instalados en pequeñas flores, en enormes árboles, en una brillante luna de abril.

Ese ser es todo y en raras ocasiones reconozco que se olvida de mi presencia; aunque a veces me siento una hormiga más en la fila, cansada, cargando una enorme hoja y siguiendo una línea, caminando y avanzando solo por hacerlo. Cuando me encuentra  abrumada por la soledad aparece en una brisa cálida que acaricia mi piel haciendo bailar mi cabello a su compás, diciendo palabritas al oído que resumidas y en un extraño idioma representan el amor más puro jamás mostrado.

Me ha encontrado a punto de saltar al abismo y jalando de mis ropas me mantiene suspendida, recapacitando para luego dejarme caer de golpe en tierra firme, arrepentida; y sin emitir palabra se desvanece nuevamente. Nunca le he reconocido un gesto de enojo  pero sé que al igual que a mí suele inundarlo un enorme sentimiento de tristeza y desolación.

Está en mi interior, entre las líneas de un poema, en la melodía de la tarde e inevitablemente pienso en él cuando una estrella parece brillar más que las otras. De alguna manera se las arregla para que sienta su cuidado y poder para mantener todo en su lugar. Desconozco su verdadero nombre, es tan simple que ni siquiera sé si me reconoce como algo más que un sueño, una idea o una extraña ocurrencia. Él representa la parte "buena" en mí,  esa que  desvaloré, la que aparece  en el momento más inoportuno, la que creí olvidada en algún rincón de mi infancia y pocas veces me atrevo a reconocer como  real, como algo que inevitable o afortunadament estará en mí.