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domingo

Un Punto



"Extrañarte podría convertirse de dolor a alegría si sólo supiera que tú me extrañas también."

Estaba tan indecisa frente al mostrador; recuerdo que buscaba algo para ti, un presente que dijera en corto lo que comenzabas a significar en ese presente. Mis amigas (Vica’s) también pretendían comprar algo significativo, algo que las uniera más a esa persona querida que parecía merecerlo todo.

¿Recuerdas cuando te obsequié la tarjeta qué tiene esa frase?

Encontré esa tarjeta con el sentimiento exacto que me envolvía y la imagen de ese árbol negro, con un fondo en tonos naranjas y amarillos me evocaban un otoño tristón pero a la vez esperanzador; me reflejo esa parte que conservo tan viva dentro de mi carácter, esa parte que me hace parecer más depresiva que melancólica.

Aún usábamos el uniforme a cuadros de la preparatoria, fue en noviembre y me daba algún tipo de miedo volver a verte y estar junto a ti. Tenía la máquina de escribir que llevábamos a todas partes para teclear las prácticas de Admón. que siempre iban un paso atrás del tiempo; en un rato libre tomé una etiqueta blanca y la coloque en el carrete. Intentaba no ser demasiado fría en el mensaje y mucho menos sonar demasiado amorosa o algo similar.  Fue difícil porque desde entonces corriges mi ortografía, no deseaba equivocarme y desviar la atención a ese punto en especial. Para evitarlo escribí todo en mayúsculas, como lo hacía en clases para evadir los acentos más que nada.

“PARA TI ---- QUE ERES MI TODO, ME APOYAS Y  TIENES EL PODER DE CONFORTARME."

TE QUIERE LAURA.

No resulto lo que me propuse y dije que te quería aun sabiendo que era lo mínimo que he llegado a hacerlo; aunque admito que un tiempo profese un gran resentimiento teñido de odio, no deje de quererte jamás.

Voy a escribir esto, aunque lo escuchas cada día y lo sientes de sobra… “Te Quiero” y significa que lo hago aún más, mucho... mucho más que aquella tarde de otoño cuando lo reconocí por primera vez.

Por cierto, todo esto es a propósito de haberla encontrado en el álbum que guarda muchos de nuestros primeros recuerdos. Encontré el punto donde emprendimos otra vida; tan lejanos y tan cercanos como nos es posible vivir.

Taun We
Diario/Enero/2009


sábado

Estrella Fugaz


Veo a través de la distancia tus enormes ojos tristes y esa infatigable voluntad por volver. Aquí solo me queda la esperanza y la tristeza de esperar que tú silueta aparezca en mi puerta.

Taun We
(LAO)

jueves

En La Calle


Todo está oscuro y sin salida
Y doy vueltas y vueltas en esquinas
Que dan siempre a la calle
Donde nadie me espera ni me sigue,
Donde yo sigo a un hombre que tropieza
Y se levanta y dice al verme: nadie.

La Calle/ Octavio Paz



Es como si tratara de contar la historia más tergiversada que nunca inventé.
Anoche intenté verte a través de ese frío cristal que te separa de la vida real, de las personas que transitan el asfalto; no pude ver sino tu silueta envuelta en telas de cuadros asimétricos y espacios lisos mientras apuntabas al vacío que ocupaba mi esencia…



P.D. Debería reconocer cuanto me haces falta; pero siempre hay un mañana que lo impide.



Taun We
Ayer.

lunes

Otra cita



El joven se encontraba sobre mí cuerpo, me parecía atractivo y se movía de adelante hacia atrás jalando con fuerza, aparentaba saber lo que hacía a pesar de su corta edad.  Lo veía cerrar los ojos y exhalar una gran cantidad de aire. No quería cerrar los ojos porque me daba pena que sospechara que era mi primera vez en esa posición. Me dolían las rodillas por la presión que ejercía sobre la silla al sentir como entraba aquella cosa enorme en mi interior. Se sentía tan fría y por supuesto la humedad ahí adentro hacia ruiditos al forzar la estreches del espacio.

Se hizo evidente mi nerviosismo y mirándome fijamente a los ojos me dijo que si de alguna manera me lastimaba le avisara inmediatamente para detenerse. El corazón quería botar de su lugar, por supuesto que me dolía. Accedí a cerrar los ojos y me concentre en el aroma que emanaba de su pecho, parecía una mezcla de brisa de mar y hojas secas. Vestía una camisa en un color claro que hacia transparentar su bien formados pectorales.  

Se detuvo un momento, limpio su frente con un pañuelo. Ya casi terminamos –me dijo al tiempo que una leve sonrisa de satisfacción se dibujaba en su rostro canela. Mentalmente le rogaba a Dios que acabara y me dejara salir de ese lugar, me asfixiaba poco a poco. No me permitía mover más que los ojos, deseaba ser partícipe de aquel procedimiento y el sentimiento de querer salir corriendo se hacía cada vez más presente. –Cálmate, solo un momento más, me dijo a la vez que preguntaba mi nombre para hacer tiempo y lograr distraerme. Respondí con mi vocecita miedosa –Soy Laura, y volví a sentir ese aparato largo contonearse adentro. Al terminar tuve que quejarme fuertemente pero la vi fuera de mí, él la sostenía con cuidado mientras la limpiaba con un pañuelo. Me la mostró con un tono rosado sangrante que sentí un enorme alivio. En mí alcanzaba apreciar un enorme hueco y la piel alrededor más frágil que nunca. Limpió todo el líquido que se había acumulado dentro, me extendió un vaso de agua para que enjuagara mi boca. Me quede un rato sentada y él se alejo.

Una vez en el escritorio escribía pausadamente, como cuando le envías un regalo a alguien especial y no sabes que decir en la tarjeta; pero el solo llenaba una receta médica no tenía que ser tan lento (pensé) lo hace todos los días. En tres días estarás mejor y el dolor sedera con el medicamento que ahí te sugiero. Nos vemos en una semana Laura… ¿Acudir al dentista no es tan grave, verdad? _Preguntó mientras inclinaba la cabeza y me guiñaba un ojo esperando una respuesta.  Asentí con mi mejilla inflamada y le dije adiós con la mano, no tenía ánimos de hablarle después de tan intensa situación.


Taun We

sábado

Tranquilidad



Trataba de dormir sin lograr conciliar el sueño. Ya con las luces y aparatos electrónicos apagados no había nada más que la rayita roja del interruptor que distrajera mi mente. Eso exteriormente, porque dentro de mí brotaban las ideas y pensamientos extraños sobre varios temas por los cuales ya no me asustaba. La noche parecía tan larga, seguía lloviendo a cantaros.  Por un momento pensé que era muy mala idea el dejar que mi pareja saliera a divertirse sin mí, mientras tengo que tratar de soñar un poco más de lo acostumbrado.  Por fin el sueño llego después de un raro estremecimiento que experimento cada noche, de cada día por no sé qué extraña y reburujada razón que alguien me explico alguna vez… Me resulta extraño dormir a temprana hora y aún mas esta calma que me inunda.

Taun We

jueves

No te duermas niño... (borrador)



La música apenas comenzaba y algunos acordes repentinos brincaban de aquí para allá, la banda parecía no encontrar el término donde la acústica del lugar les brindara algo mejor que un simple y estruendoso ruido sin sentido.
Mi amiga me miraba de reojo, cuando obtenía mi atención levantaba la ceja tan alto como podía, seguido de un gesto de fastidio para luego respirar profundo mientras giraba la cabeza de nuevo hacia el templete donde nuestros acompañantes rascaban  descontroladamente la guitarras. Comencé a beber aun antes de que el lugar abriera la barra y para cuando esta se saturo mi mesa tenía una docena de botellas vacías.

La noche mejoro cuando el hombre con cabello largo y ropas rasgadas me dio un poco de atención. Me besaba y saludaba a algunas personas de las mesas contiguas, nunca creí que fuera molesto ya que el alcohol recorriendo mi organismo me brindaba serenidad y empatía desmedida. Me hablaba al oído y aunque era poco lo que alcanzaba a comprender la risa salía sin poder ser controlada.  Ese hombre risueño se alejo una vez más y la charla en tono femenino le dio picardía al momento de soltería. Seguía sonriendo cuando sentía su mirada sobre mí y en un movimiento de cadera muy sexy me guiñaba el ojo con ese gesto de macho que no sabe ocultar tras la barba desalineada que complementaba su aspecto de rebelde sin causa. Eso era lo que más me atraía de su personalidad, un conjunto de maldad y sutileza a la vez. La fiesta siguió su curso y el reloj giró muy rápido. La gente comenzó a despedirse y salir tambaleante por la puerta principal de aquella gran bodega con decoración metalera. Para cuando llego mi cover preferido éramos menos de la mitad los que seguíamos bebiendo y compartiendo a una misma voz la letra.  El vocalista se esforzaba por pronunciar correctamente las palabras y al llegar el estribillo su voz se cortaba para escuchar los matices de voces sobre la música.

No sabría decirles si fue el alcohol sin medida o la música lo que me aturdió primero; pero si me queda claro que en más de veinte minutos no sentí la presencia de alguna persona cercana a mí. Era como si todos hubieran desaparecido y seguía disfrutando la música. Después el brazo pesado del hombre regreso para envolver mi cuello y  despedirnos saliendo a toda prisa de aquel lugar. Subimos al auto y nos besamos por un largo tiempo. Por fin escuché el motor en marcha y me acomode en el asiento del copiloto, en la primera luz roja mi compañía aprovecho para cubrirme con una chamarra de piel con insignias de grupos de rock de los setenta. El semáforo hizo lo suyo y seguimos…

Por fin llegamos al cuarto de hotel donde se hospeda desde que llego a la ciudad, me tiré sobre la cama envuelta en tonos grises mientras el ponía música en un pequeño reproductor que emitía una gama enorme de colores en cada cambio de ritmo. Dichos destellos danzaban sobre el cielo de la habitación cuando la luz de está bajo su intensidad. Estiré los brazos al tiempo que mis zapatillas dejaban libres mis pies. El hombre se metió al baño y me quedé dormida hasta que sus manos frías transitaban mi espalda haciéndola enderezar. Envuelto en una toalla blanca y con el cabello húmedo sobre el rostro solo me limite a mirarlo y pensar lo bien que se veía. Se acerco contoneándose al ritmo de la música y de un tirón me hizo encontrarme parada junto a él. Bailaba subiendo y bajando mientras yo aun trataba de estar lo más despierta posible. No te duermas niña -dijo con una cálida voz- aun es temprano. Necesito algo que me anime le dije mientras aliñaba mi cabello.

Sacó de un mini refrigerante una botella con un líquido rosado dentro, envuelta en una etiqueta marrón con un grabado en letras góticas doradas, muy llamativas. El corcho voló hacia un rincón de la habitación, al tiempo que me sentaba en la suave alfombra. La música seguía y él se recostó a un lado mío colocando su cabeza sobre mis piernas y comenzó a contar lo que había sucedido en estos meses de ausencia. Me limite a escucharlo atentamente y beber algo de vino, la frase “Te extrañé” aparecía de vez en cuando mientras sus manos nerviosas jugaban con mi cabello, blusa, botones y ombligo. El líquido de la botella se fue consumiendo al transcurrir de las palabras; al saborear las últimas gotas mezcladas con sus besos él se movía sobre mi cuerpo desnudo, en medio de aquella cálida habitación mientras me dejaba consentir.

Para cuando la segunda botella dejó libre el tapón habían pasado escasos minutos del éxtasis final y el sueño comenzaba a convencerme de caer.  Me percaté de que el sol intentaba filtrarse a través de las persianas y no volví a sentir su fornido cuerpo desnudo. Al despertar solo una sábana nos cubría, él dormía profundamente y su cabello castaño descansaba como una enorme ola sobre la almohada. Me apresuré a vestirme dándome cuenta de que el reproductor seguía tocando. La canción “Trust” se escuchaba bajito mientras le besaba los labios cerrados y tibios, después salí de la habitación con las zapatillas en la mano. Me siguen fastidiando las despedidas.


Taun We

miércoles

Sin Volver La Hoja

Pensándolo bien, viendo las cosas en retrospectiva, en pocas palabras: “A calzón quitao” como diría alguien conocido; no he cambiado en nada, sigo siendo la misma y el sentimiento permanece por encima del deseo de borrarlo. Es la empresa más difícil que he tenido que sacar avante en mi vida. Me enamoré un día, así de pronto lo entendí. Recuerdo que fue una noche fresca, había unas cuantas nubes en el cielo (tal vez no) decorado con muchas estrellas. Él y yo ahí rodeados de hierbas crecidas. Fue el momento fatal ya de regreso cuando me dolió o no sé si describirlo como un dolor sino una sensación en el estomago; similar a tragarse algo por accidente, un bocado muy grande. En ese instante los insectos se alojaron en mi interior y una parte de su esencia se mezclo con ellos. Aun los siento revoloteando de vez en cuando; mas cuando los días se tornan lluviosos y lo extraño. Luego me inunda una especie de amor desmedido que fácilmente podría confundirse con rencor contenido, pero solo yo sé que no puedo alojar nada más que ese sentimiento por él.

Yo sabía que la vida no nos da todo lo que deseamos y por un momento la creí errada al tenerle, al mismo tiempo que la felicidad me inundaba; después nos separamos sin una cordial despedida. Lo sentí tanto, lo siento cada día. Espero que comprenda que estaba enamorada y no es pretexto pero eso debería de catalogarse como un grave desequilibrio mental.

Aun sigo loca, en menos medida y con el panorama más claro. Me da gusto el alejamiento, no hubiera sobrevivido mucho de no ser así, y aunque lo quiero me queda claro que no estamos hechos para habitar el mismo sueño… Es triste por momentos pero cuando valoro lo que tengo no puedo más que alegrarme por las posibilidades que están enfrente y la vida que sigue aquí conmigo.



“Las cosas cambian todos los días, eso es inevitable , pero el sentimiento por ti no lo hará aunque por fuera no luzca igual.”

Sin Despedidas



No supe decir adiós a tiempo y ahora siento como si nunca te hubieras ido de mi lado. Estas tan presente en mi diario vivir, pienso constantemente en lo que te diré cuando te vea y cada noche comprendo que pase en vano planeando algo que no sucedió. Aunque mi sentido extra me indica que en algún punto coincidiremos, intento pensar que no será así, que solo por esta vez mis sentidos se equivocan y nunca pasará nada.

 Después de este tiempo comprendí que no quiero volver a verte como lo hacía antes. Como ese hombre perfecto que llego a sacar, de algún lugar oculto en mí, esa cantidad desmedida de amor incondicional.

 Es absurdo que siga teniendo al menos un mínimo de amor por la persona que me llevo al límite de mis sentimientos, al mínimo de mis fuerzas. Esa persona que casi me mata en un accidente vial, que por poco me hace perder la cordura, que se quedó con una gran parte de mi dignidad y orgullo propio. Definitivamente no quiero tenerte en mi vida como solías estar. Te has convertido en una hermosa ilusión, en la que has sido mejor confidente de lo que jamás sabrás ser.

Taun We

martes

En El Camino



Más que palabras son ilusiones las que inundan mi interior. Nadie me dijo que estarías tan cerca como te deseo; aun guardo la esperanza de poder reconocerte. Es como si estuviera escrito nuestro encuentro y sé que el destino juega con nosotros pero también tengo la firme convicción de que alguien nos acompaña a diario, tanto a ti como a mí un ser extraño nos vigila y no dejara que nos desviemos del camino. Te espero y te busco entre las muchas caras que transitan por las calles, no puedo más que desear que estés cerca, buscándome también.

Taun We

El Abrazo



Anoche subí al campanario de este pueblo viejo, sentía la tentación de preguntar por tu recuerdo. No había percibido tan cerca tu respiración desde aquellos días cuando jugábamos a no tomar partido, a no ser de ninguna persona. Escuché tu lento susurro haciendo olas en mi interior y deseaba que no se me alterara más el alma. Fue ahí que comprendí que estabas conmigo y seguía sin tocarte. La luna descansaba por sobre los arboles, parecía estar posada sobre los altos cerros con figuras amenazantes. Bajé presurosa los angostos escalones que me habían llevado a estar por arriba de todo un pueblo, más cerca de Dios y en armonía conmigo, haciendo inventario de los pedazos de alma olvidados dentro de ti. Fue ahí donde tu figura apareció, escuché claramente tu voz recitando historias sobre la oscuridad en la que te encuentras. Simplemente me nació abrazarte para perderte de nuevo.

Taun We
Lejos de casa

lunes

Recuerdos...

Cada instante estamos juntos. Nuestra historia comenzó con un clic, el sonido absorbe tus sentimientos y emociones encontradas mientras la gente camina bajo la tenue lluvia que baña las calles grises de nuestra ciudad. Yo dejó el tiempo caer, la lluvia no llega solo tu frescura y frialdad plasmadas en un montón de letras que desearía no desmenuzar. No tenemos la misma estación y aun así compartes mi corazón por un cable marrón que corre a lo largo de la habitación. Una copa vacía sobre la mesa y otras tantas llenas acompañan mi tarde, mientras el consejo de olvidarte a tiempo rueda por los cristales secos. No quiero dormir sin tu calor, no deseo cubrir tu recuerdo con otro cuerpo que me da lo que de ti anhelo

P. d: Rescatado del cesto de basura de mi memoria. Al final sólo queda algo burdo.

Marzo/2009

Cuando vuelvo a leer esta parte de mi diario, me llega una enorme ola de buenos momentos que me hacían escribir mil cosas, a veces un tanto extrañas y fuera de toda comprensión; pero eso sí, con otros aires… Unos que no tengo ahora y es evidente pero que me mantenían sobre la cuerda a varios metros del suelo, tambaleante y animada.
Extraño esas emociones, sólo que ahora, prefiero estas así con los pies sobre la tierra y la cabeza anclada a mi cuello. Qué lindo es recordar, recordarte y dejarte en este lugar hermoso llamado zona de “Casi te olvido” donde tengo un altar en conmemoración de nuestros días.

Taun We
Diario/2010



Puedes borrar a una persona de tu mente. Sacarla de tu corazón es otra historia...


sábado

Caricias ♥



Mi sexualidad está confundida
No sabe si esta pausada o sí se encuentra adormecida.
No entiende de preguntas, se disuelve en las respuestas.
Ella solo sabe que existe porque un día se dio cuenta de que vivir despierta,
le agrega a su cuenta una suma interminable de caricias de ida y vuelta.

Taun We

miércoles

Remolino



De pronto despierto en este espacio donde no pasa nada; ni bueno, ni malo. E incluso eso no me molesta.



Recuerdo que me vi sumergida en este remolino extraño que hacían mis emociones. Subía y bajaba constantemente, inclusive llegue acostumbrarme a vivir así. Amanecía y realmente nunca quise abrir los ojos pero tenía que hacerlo forzadamente porque la vida debe continuar (pensaba de una manera muy resignada) y por las noches el sueño desaparecía como por arte de magia y lo único que conseguía era teclear una especie de residuos que estaban alojados en mi interior. Las letras llamaban a mis dedos y estos obedecían al impulso de sentirse acariciados. Mi boca guardaba silencio y mis ojos miraban fijamente el camino que las palabras le iban dictando. Al principio la voz del hombre que suele acompañarme me incitaba a parar y apaciguar el volcán que dentro de mí hacia erupción de vez en cuando; sin lograr conseguirlo él permaneció a mi lado mientras lo que plasmaba en mis hojas se tornaba cada día más inútil y fuera de toda comprensión.



 De pronto y sin reparar en el hecho me veo sin ese buen hombre que suele alegrar mis días, el que comprende y alimenta mi alma cuando por mi boca no pasa bocado alguno. Lo extraño aunque me propuse no extrañarlo en demasía, no contar los días ni incluirlo en mis sueños. Está funcionando la táctica pero cuando el leve murmullo de su voz se cuela en mis entrañas deseo tenerle para compartir este especial sentimiento de estar y no ser lo que solía.



Me envuelve esta especie de luz que sale del fondo de mí, mis pies avanzan y mi mente se queda quieta esperando ser sorprendida por el nuevo panorama que cobra vida frente a mi silueta.  Es extraño porque incluso el fantasma oculto adentro, ese que tanto ame, no logra despertar mi inquietud y rebeldía. Supongo que ahora que transita mis días con esos pasos lentos no provoca suficiente reacción química que altere lo que soy; no alcanzo a comprender como fue pero apagó el remolino y encendió la llama de tranquilidad que él mismo sofocó un día con el movimiento imaginario de su mano diciendo adiós.



Taun We
Enero/2011

lunes

Correctivo



Me he vuelto tan inútil, aquí encerrada en estas paredes que cada día se estrechan más. Estar prisionera es una experiencia muy amarga, es el peor castigo que cualquier persona pueda recibir. No tengo el valor de escapar y tampoco el ánimo de intentarlo y dejarlo solo en eso. Por las tarde se cuela un rayo de luz del cálido sol de verano, los días se tornan tristes y es agobiante pensar en todo lo que está afuera. Pensar y desear estar con la persona que amas, con la persona que esperas al menos piense en ti alguna vez a pesar de los muchos días transcurridos entre la despedida y el cautiverio. A veces pienso en terminar con tanta desdicha, cometí un error, no pensé en ese momento en las consecuencias de mis actos y terminé por arruinar mi vida. Se me hizo tan fácil tratar de evadir mi responsabilidad y me creí superior a los que me rodeaban, creía que esto no podría pasarme, que era una posibilidad remota comparada con la satisfacción que percibía. Confíe demasiado en las personas que me solapaban, se volvieron insensibles ante el dolor que marcaba mi piel y no dijeron nada que me ayudara a sobrellevar la pena que me inunda.

Diario 2009

Absurdo Intercambio


Soy como mi bisabuela, no llegue a conocerla jamás y por supuesto espero a estas alturas de nuestra vida y de su muerte no hacerlo.

Soy como ella porque el frío aliento de la muerte recorre mi cuerpo. Minúsculos insectos voraces comen de mi vieja carne. Mi peinado es el mismo con que el olvido me enterró, mis ropas rasgadas dan cuenta del tiempo transcurrido y el sol ya no toca mi inservible piel.

Soy como ella con la única diferencia de que mi doctor asegura que aun respiro. Soy como mi bisabuela porque por mis frágiles venas cabalga la desesperanza y el desamor alquilo mi corazón.

Quisiera poder cambiar lugar con ella, tal vez ella sabría qué hacer con esta vida mía.



Taun We

domingo

¿De Qué Está Hecha La Confianza?

Me siento traicionada por la persona a la cual entregue mi confianza, lo que soy y todo lo que puedo dar. A veces suelo ser tan insensible y cerrarme ante lo que se presenta; es una forma de protección muy rustica pero efectiva; a lo largo de los años he tratado de perfeccionar el estado que me mantiene inmune al dolor.

En esta ocasión quiero llorar y gritar todo lo que siento respecto a la realidad tan falaz que puebla mis días. Al menos esta noche que paso sola en casa deseo darme la oportunidad de expresar este mal sentimiento que puede causarme mucho daño si le permito quedarse adentro, alojarse en mi débil cuerpo; fatigado por mi resiente enfermedad.

Hace unos días me encontraba realmente contenta con lo que creía tener en casa, era poco lo que podía desear… todo se limitaba a cosas materiales -objetos que no condicionan mi felicidad-  dentro de mi piel me sentía renovada y complacida con el amor que me rodeaba.
¿Cómo puede cambiar tanto la vida en cuestión de días?
Como llega una nube gris y se instala sobre tu casa, dejando está inundada en amargo llanto a deshoras.
No quiero que cambie nada, que todo se quede como en una fotografía. Que las personas permanezcamos sonrientes y el sol entre por la ventana las veinticuatro horas del día.

De pronto siento que me ahogo en un vaso de agua, la imagen de la fotografía se instala en mi mente y me parece que todo es una distorsión de la realidad y que se mal entendió el transcurso de la última semana a la fecha. Entre en la fase de negación y ahora solo me faltan algunos pasos para sanar; o al menos aceptar que la vida sigue, que tarde o temprano este maldito dolor lograra hacerme fuerte para que la próxima vez que alguien me desilusione de esta manera no tenga que padecer en esta dimensión la falla.
Ahora por lo menos puedo asegurar que todo pasara, que solo tengo que aguantar un poco la tempestad. El tiempo no para su curso porque me sienta mal, y es el justamente el que me ayudara a reconciliarme con lo que ahora creo perdido.

Una lágrima... dos, tres.

Una lágrima… dos, tres. Suficiente de llanto, pienso mientras volteo a un lado y luego al otro rápidamente; al ver que nadie se ha percatado de mis lágrimas deslizo el exceso de manga de mi blusa gris sobre mi cara húmeda.
Se acerca mi hija y me pregunta:
¿Estás llorando, Mami?
Le digo que no, que me ha saltado un poco de agua de los aspersores que mantienen el brócoli fresco.
Saco un espejo de mi bolsa de mano, retiro la marca corrida de lápiz negro alrededor de mis ojos, respiro profundo y me pierdo en el pasillo de las sopas.


Taun We