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viernes

Memoria Selectiva



-¡Me estás chin…! -¡Estás loca! -¡Deja de pensar en eso!

Convivir conmigo realmente debe de ser algo muy complicado.

A veces entiendo que no queremos más que permanecer en silencio, comer y dormir tanto como nos sea posible; lamentablemente no todos pueden darse ese lujo. Ya perdimos la costumbre de respetar a los demás como nos gustaría que nos respetaran.

Cuando me encontraba cenado, después cuando expuse lo mucho que me molestan algunas personas, y por último cuando no podía dormir bajo la oscuridad a causa de un error eléctrico en mi casa, recibí cada una de las frases que abren este texto.
Por supuesto que en mi familia no sufrimos de violencia, malos tratos y palabras altisonantes, no estoy acostumbrada a ellas y por ende me lastiman en demasía cuando se salen de control por alguna situación. Lo peor de todo esto es que tristemente las ofensas se quedan en mí por largo tiempo, tal vez para otras cosas mi memoria sea limitada pero este tipo de agravios se graban sobre piedra en mi mente. Estoy tan decepcionada, a veces espero demasiado de las personas y las elevo a un rango que no les corresponde y es ahí, justo ahí, en las expectativas altas donde se oculta el dolor.
Recuerdo que hace años ame profundamente a una persona. El representaba el sentimiento más hondo, limpio y sin límites que he sentido. Fueron unos meses lindos y en gran parte fue culpa mía todo el dolor que llego después de que él me desairó. Yo tontamente o ingenuamente esperaba mucho más de su parte, algo de empatía. A veces sentía como me quería y era tan real que nunca he dudado de ello, lo que si dudo es que Él fuera, al menos en una mínima parte, lo maravilloso que lo pinté en mi imaginación. Aun lo veo, forzando o no las cosas de repente sé que por ahí anda y reconozco que es diferente, la niebla que lo cubría y esa especie de aréola que brillaba sobre su cabeza se esfumo.

La realidad es dura y cuando te dicen palabras tan lastimeras te pones a pensar en lo dificil que debe de ser el arrepentimiento, la culpa o la pena que viene después de herir a alguien que amas, tan ventajosamente. Ahora lo sé y Gracias a Dios me siento mucho mejor. En otra época hubiera reaccionado diferente, pero ahora solo siento una especie de comprensión exagerada, que ciertamente no borra lo decepcionante del momento pero sí que aminora en mucho el sentimiento de ofensa que dejo en un principio.

Me reconforta haber guardado silencio cuando más se requería y ahora dormiré tranquila porque ha dejado de llover, solo unos relámpagos esporádicos se dejan ver y oír a trasluz de las cortinas que cubren la ventana de esta habitación.


Taun We

1 comentario:

DragShot dijo...

Serena como me gusta. Yo prefiero asimilarlo todo crudo, tal y como es. Es algo difícil pero almenos te ahorra tiempo. Y sí, a veces la mente es antojadiza y recuerda todo lo que más nos duele o molesta. Te entiendo... creo que tienes razón, debería ser más comprensivo desde un principio. Bueno, haré mi mejor esfuerzo. Gracias por el consejo, Taun.