Letras para MIA



Tu cabeza se asomaba por la ventanilla y la cabellera ondulaba al tenue viento, apartabas la mirada para elevarla hasta el cielo casi despejado donde brillaban las estrellas.

Una y otra vez volvía a preguntarme que clase de criaturas vivían en el interior de aquella cabeza, de que estabas hecho e incluso de que sustancia eran tus visiones. En ratos se oía tu risa lenta y tranquila aparte del viento.

Se clavó en mi la idea de vivir en este mundo única y exclusivamente porque alguien como tu estaba en él. Regresaba la mirada a mi ventana; podía ver unas cuantas luces. La música flotaba mientras imaginaba extrañas figuras que danzaban hasta la luna.

Después de estar un rato detenidos en ese lugar que parece siempre estar verde y donde las hierbas crecían muy altas, decidimos irnos, la carretera nos llevo a las afueras de esta aparente ciudad. Tu al volante porque a mi no se me da muy bien el conducir. Eché un vistazo al indicador de la gasolina, apenas quedaba, últimamente el “T” parecía tener una sed increíble.

En algún instante un nudo oculto en mi interior me hizo consciente de lo importante que se volvería un roce de tus manos, el sabor de tus labios y la ternura de tus ojos.

Pasamos por delante de algunos puestos de comida rápida, nos detuvimos y bajaste a ordenar. Después de notar un error en el canje comimos y bebimos un poco. Estaba tan alegre que me empecé a sentir un poco mareada, me dolía el estómago. De regreso frenamos en algún punto del camino. El viento nocturno se estaba volviendo cada vez más fresco; conversábamos parados a un costado de la camioneta, yo me rodeaba con los brazos mientras la luz hacia brillar tu cabello…y comencé a temblar. Cuando entramos te inclinaste para cerrar la puerta; después de un momento tu mirada y atención se concentraron en la carretera al mismo tiempo que las luces del tablero daban el efecto a tu rostro de fruncir el ceño.

Faltaba tan poco para despedirnos, diste un paso atrás sin dejar de sonreír, al menos esa era la impresión que me dabas, te devolvía las miradas y parecías encorvarte, incliné la cabeza para decir adiós. Tensé el cinturón a mí alrededor y acelerando un poco me dirigí a casa, para que el retrovisor te perdiera rápidamente.

Aquella madrugada mi recamara estuvo fría, me acurruque bajo la colcha, podía dormir unas horas antes de comenzar de nuevo y aun así mis sueños fueron renovadores…


NO PODRÍA HABER IMAGINADO UN AMANTE MEJOR NI AUNQUE ME HUBIERAN REGALADO LOS PLANOS.

Poppy Z. Brite



Cecy =P

01/Nov./2008