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viernes

Adentro


Me encontraba parada en el centro de aquella gran construcción, de la cual yo era solo una hormiga  más. No se descifrar realmente que sucedió pero de pronto me envolvía un gran esplendor, chispitas de color en tonos azules, grises y blancos danzaban a mi rededor formando un remolino encantador.  Me creí dueña de mis sentimientos y dirigí mis pensamientos hacia la edificación, como si de alguna manera tuviera el poder de sacarme del fango; de este barro donde se arrastran muchos como yo…
         Me escabullí en sus murallas y las luces que envolvían mi cuerpo se fueron apagando. La curiosidad sobre las figuras de hombres ilustres de tiempos pasados que decoraban el lugar me guió hacia una vereda que comenzaba a poblarse de hojas en un tono verde brillante; el color más vivo que había tenido frente a mí. Al cabo de los pasos  las hojas fueron saturando las paredes;  la enredadera era tal que no había un trozo de roca que se pudiera ver sin sus ataduras. Era inevitable tratar de descifrar las figuras que formaban arriba y abajo, todo lo cubría y llenaban de vida.

        Reconocí  la figura del hombre que amo, sus pequeños y adormilados  ojos me miraban fijamente desde  lo alto de una columna; se encontraba sujeto por lianas verdes que comenzaban a marchitarse. Supe que  se desplomaría en poco tiempo. No deseaba quedarme a  ver su piel muerta regada sobre la alfombra de tan viva naturaleza. Aun no tenia idea de el porque nos encontrábamos en ese plano, así que me alejé lo mas que pude y su aroma quedó atrás tan rápido que no tuve tiempo para añorarle.

       El espeso bosque que comenzaba a cubrirme me hizo entrar en una tranquilidad casi inalterable. Mis sentidos se sensibilizaron y cualquier rose, ruidito o fragancia llamaban mi atención. Los rayos de sol que se filtraban através del techo de ramas y hojas me quemaban la piel haciéndome sentir un dolor intenso y reconfortante. Sin alterar mi respiración  y mientras caminaba lentamente, mire como perdía la piel poco a poco. No tenía temor de lo que pudiera quedar de mí. Cuando  se detuvo el deterioro en mi piel comencé a sentir un enorme  cansancio, mi cuerpo requería algún tipo de líquido o desfallecería sin haber conseguido salir de aquel extraño lugar que  empezaba  a perder color.

En un parpadeo involuntario encontré mis pies sobre una tierra tan árida y seca que  me lastimaba  al intentar ir de prisa. El sol se había marchado dando la bienvenida a una luna roja, extraña, que apenas lograba alumbrar los harapos que cubrían una parte de mi cuerpo mientras mi piel se renovaba rápidamente. No parecía haber una salida. Ahora el entorno lucia despoblado. Un ruido estruendoso se dejó escuchar bajo el suelo seco y quebradizo que de vez en vez capturaba uno de mis pies haciéndome detener para luego jalarlo, sacudirlo y avanzar más a prisa que antes. Ahora si empezaba a tener un temor inmenso de no volver jamás a mi hogar…

        A una considerable distancia de mi se revelaba un montón de arena y piedras. A medida me acercaba una brisa fresca me llenaba de esperanza y apresuré mi marcha. Subí con tres largos pasos la pila y me detuve súbitamente; un río hermoso  colmado de flores y un rico aroma me dio la bienvenida mientras mi escasa vestimenta y cabello enredado  se movía de un lado a otro como complacidos por el vientecillo que corría. Fue ahí cuando la voz de mi pareja me preguntó en un tono fuerte:

       -¿Estas bien?

       Sólo asentí levemente con la cabeza mientras volvía a la normalidad y seguí en silencio. La cena a la que fuimos invitados continuaba y tenía tanto sueño que cerré los ojos una vez más pero esta vez sólo fue para atrancar la puertecilla secreta a la que suelo entrar cuando la realidad se torna un tanto rutinaria.

       No habría podido escoger mejor panorama para disfrutar esa noche. El río, la brisa sobre mi piel, el sentimiento de renovación, las flores y el aroma eran suficientes para mostrar un semblante tranquilo y una sonrisa de satisfacción hasta la próxima vez que pueda escapar.




         Cecy =P
01/Agosto/ 2009

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